Sobre la intensa necesidad de sacar del calendario el día de mi cumpleaños

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Sobre la intensa necesidad de sacar del calendario el día de mi cumpleaños

Podrá sonar un poco extraño esto que voy a decir en una mente ajena a la mía pero, ¿Cuál es la necesidad de estar contando año a año que somos más viejos? Es cierto que la edad juega un papel importante en nuestras vidas, con respecto a las leyes, la jerarquización de la sociedad y claro para el conocimiento de uno mismo; naces queriendo crecer y cuando finalmente lo haces quieres retroceder el tiempo para volver a ser joven, ¿que esto no sería más fácil si simplemente no conociéramos cuantos años tenemos? Creo que si.
En mi caso, hablando particularmente, al cumplir 14 años siempre tuve esa fantasía de ser como Peter pan, si. ¿Saben quien es no? Aquel niño que aun dice que no quiere crecer, vive en el país de nunca jamás y NO SABE cuántos años tiene, siempre lo veía y soñaba con él, se veía tan feliz, por esa razón es que apoyo fielmente el hecho de no querer cumplir años, claro está que igual se cumplen, pero desconociendo el día que esto pasa y la suma que se lleva hasta ese día, la gente seria más feliz.

Unas interrogantes ayudaran a la comprensión de este planteamiento: ¿Cuál es una de las razones por la cual la gente se deprime al envejecer? Porque saben cuántos años tiene y a qué altura de la carrera va. ¿Por qué las personas se enfrascan en madurar cuando llegan a cierta edad? Porque están consientes de que a los tantos años se supone que tienes que madurar; ahora me pregunto ¿Quién invento tal barbaridad? Creo que madura quien quiere, eso no es algo indispensable para vivir, al contrario, es algo necesario para ser feliz, en cierto equilibrio claro está.

Se me ocurre poner alguna cita del personaje que mencione anteriormente, si de Peter pan, para que reflexiones un poco y antes de desechar mi teoría te imagines como seria todo sin ese imprudente día que año tras año llega al igual que la factura de los servicios a recordarnos todas estas desagradables verdades.

“Wendy: ¿Y cuántos años tienes?; Peter: 13 o 14, creo. Wendy: ¿Cómo no vas a saberlo? Peter: no me hace falta pensar en eso, para eso vivo en nunca jamás.”
Regreso al país de nunca jamás.

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