El desertor quiere silencio

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Cierta mañana me conduce
Hacia esta conducta intransigente,
Hacia este despertar americano
Que hace que todo te pertenezca.

Cuando despiertas, yo también despierto.
Cuando lees todo lo que escrito está
Reclamas lo que te corresponde.
Por que estas palabras son tuyas y mías.

Estas palabras trasmiten e investigan,
Reclaman todo a la mitómana historia,
Ellas exigen una realidad incolora
Una verdad que crece sin la húmeda levadura.

Estos versos que escribo no me pertenecen
Sino a los ojos más sabios, a la vista audaz,
Son tu canción, son tu melancólico himno
Reproducen el ruido que necesitas.

Cuando la desnudez me posee
Adoro esta naturaleza de hombre que me puebla,
Amo cada centímetro humano
Cada situación de esta complicada especie.
Por eso existen estas palabras que no conozco,
Para que no dejes de hacer ruido
Para que tu sabio corazón no calle,
Para que tu voz se apodere de las avenidas.

Naci en este pequeño país
En donde las mañanas nacen contentas,
Son mis mañanas y tus mañanas
Son el tiempo que nos une y determina.

Hoy con esta música te amo,
Ámame por que también es tuya
Todo su mudo ritmo te ciega
Toda su dulzura adelgaza tu oído.

Escúchame bien. Lee mis labios
Por que las palabras se enmudecen.
Todo lo que tengo, lo que soy
De alguna forma es tu propiedad.

Toma esta casa que no es mía,
Toma esta motocicleta estruendosa,
Toma esta mesa que estornuda en su polvo,
Toma estas costosas sillas vacías.

Todo te corresponde desde mi sangre,
Te corresponde todo lo que llevo puesto.
Aunque sólo lo tomes sin algún permiso
Es tuyo por el hecho de que existes.

Tienes un valor incalculable
Aunque no lo digan los diarios en su portadas,
Y la gente no lo susurre en las cafeterías,
Tu valor yace en cada instante que vivimos.

Sino quien arará esta tierra salvaje,
Quien llevará el trigo a los hangares,
Quien cargara toda la harina y su blancura,
Quien llevara el pan tibio a los hombres.

Pero cuidado, cuidado cuando duermes
El león vigila con silencio desde su palacio,
Todo lo que sobre el respira en las noches
Pensando que nuevo impuesto cobrar por existir.

Cuidado por donde caminas, por donde transitas,
Esta vieja hiena todo lo está viendo,
Sus armas se han apoderado de todo lo que es tuyo,
Sus cachorros falderos vigilan cada esquina.

Este salvaje león de la democracia occisa
Es el más rudo enemigo de la imprenta,
Odia al intelectual, al universitario,
Al que alza la voz en cada esquina donde juegas.

Se oculta detrás de frases libertarias
Mientras en los despachos judiciales,
Están las viejas impresoras saturadas
De órdenes para encarcelar a quien lo adversa.

Por esta razón te sugiero que despiertes,
Abre tus ojos ante toda esta luz que se extingue
Desvélate ante esta realidad que es de ambos,
Esta realidad de metrallas y olor a vinagre.

Así que cuando por fin despiertes
Toma esas calles que nos pertenecen,
Toma el vinagre y los pañuelos de mi casa
Para que el gas de los cobardes no pueda vencerte.

Lucha como yo lucho en mi secreto
Por que estos metros cuadrados,
Esta latitud saqueada por burócratas
Es tu casa, es tu flamante morada.

Descarga tu artillería mineral,
Pero ama al pagano que te azota,
Pon miel sobre su nombre amargo
Pon un pie y otro pie frente a los suyos.

Yo nací en esta terrestre longitud
Puesta en América como un pecho indefinido,
Donde una parte es nudo de naciones
Y otra es eterna amante del océano.

Allí he crecido desde entonces,
Allí mis pies desde su origen caminaron,
No hay suelo en mi país que amo
Que no conozca de mis pies y mi peso.

Por eso a ti y a este subsuelo
Heredo toda mi naturaleza hospitalaria,
No quiero para mí esta verdad de librería,
Esta eterna desgracia de autopista.

No quiero andar perdido entre las direcciones,
No quiero ser errante sobre carteles y ciudades,
Sobre pálidos rostros que se que ya conozco,
Sobre la bifurcada sombra de esta juventud.

Sólo quiero un momento de sueño,
Una situación de ojos perdidos
Una insuperable ansia de mercadería.
No quiero para mí ni un momento lúgubre.

Hoy estas palabras más que mías son tuyas,
Desde su agria soledad te pertenecen,
Por eso canto con esta voz sollozante
Para que despiertes de tu sueño martillado.

Sólo despierta desde el fondo de ti,
Por que hoy transmigro todo tu sueño
Hoy se acuestan mis venas, mi corazón se acuesta
Hoy somos quienes tal ves seremos.

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