A partir del triunfo de la Ultra Izquierda en Venezuela, fundamentalmente signada por sus reconocidas ascendencias hacia el Narco Trafico y Terrorismo Internacional, bien camufladas como emprendimientos SOCIALES y COLECTIVISTAS en pro de la lucha por los Derechos de las Minorías, obviamente sólo donde, y cuando, ellos no hayan logrado llegar al poder y ser mayoría a la FUERZA (de ser necesario haciendo gala de su extrema violencia y criminalidad que empaña hasta los crímenes Nazistas más horrendos contra la humanidad), se observa una fuerte predisposición del régimen chavizta por destruir totalmente todos los elementos que conformen parte significante de nuestra identidad cultural, entre ellos el más importante al propio “BOLIVAR”.
Han disfrazado estos esfuerzos, haciendo un manejo mediático internacional enorme, multimillonario, y apoyado desde organizaciones con grandes cadenas comunicacionales poderosas, reforzando la idea de encontrase inmersos en una lucha romántica y noble, casi apoteósica, por alcanzar una “SOBERANÍA”, realmente inexistente o cada vez más influenciada por imperios ideológicos de corte Socialista, Comunista y Fascistas, cuando en realidad lejos del manejo hábil de la Post verdad por la palangre e influencers intelectuales o artísticos de Ultra Izquierda (bien pagados en Dólares Americanos), Venezuela es totalmente dependiente en áreas estratégicas como la alimentación, la salud, la energía, el manejo y control de notarías, registros civiles, de identidad, extranjería, y hasta de la defensa del ya casi inexistente ESTADO VENEZOLANO, hasta de países con muchísimos menos recursos naturales, tecnológicos o humanos que el nuestro, principalmente de Cuba para quienes somos su colonia, excepción de China y Rusia. Este conglomerado de países, más allá de un verdadero sentido de grupo ideológico, le sirven para el lavado de Dólares, como bases y ruta del Narco Trafico, el apoyo para la injerencia en otros países, así como paraísos fiscales de los grupos corruptos ligados al Chavizmo y los Militares en el poder, entre los que se encuentran la gran mayoría de los actores políticos auto denominados opositores.
Ahora bien, debemos estar claros que la mejor manera para poder destruir una Nación, como la venezolana, y así apoderarse de sus inmensos recursos naturales, comenzando por el oro y demás minerales preciosos fáciles de negociar y transportar a naciones santuario del crimen organizado mundial para su posterior disfrute, como obviamente lo hace el régimen en Turquía y Bielorrusia principalmente, mucho más rentable para ellos que la compleja explotación, producción y posterior negociación del petróleo que incluye muchísimos trámites y registros internacionales, es acabando con su identidad cultural, lo cual les facilite la transculturación hacia formas y objetos, héroes, mitos, tradiciones multivariadas, entre otras, que en nada nos cohesiona como nación y les pone en bandeja de plata la Neocolonización y Neoesclavitud de nuestro pueblo, por parte de la Ultra Izquierda Criminal Mundial, incluyendo en ellas a ETA, las FAR, el ELN, e ISIS entre otros.
La identidad cultural, para colocarlo en contexto, refiere al grado en que una persona se siente conectada como parte de un grupo cultural, al propio grupo de referencia en el que ha crecido. Incluye una compleja combinación de factores, tales como autoidentificación, sentido de pertenencia o exclusión, deseo de participar en actividades del grupo. La identidad cultural no sólo crea pertenencia de un individuo con relación a un grupo, sino también un proceso de diferenciación de otros grupos.
Por tanto el régimen Chavizta, o podríamos llamarle la Ultra Izquierda Criminal capitulo Venezuela, que comenzó agregándole una estrella, la estrella cubana misma que usó Chávez como slogan en su campaña electoral, a nuestra bandera, cambiando la dirección en la que apuntaba el caballo blanco de nuestro escudo nacional, y haciendo de nuestro himno nacional una burla que pueden entonar en los cuarteles y alocuciones mientras la bandera cubana ondea por sobre la venezolana, sólo le queda destruir el máximo exponente que representaba la fortaleza de nuestra nación, al mismísimo Simón Bolívar, a quien comenzó pintándolo y masificándolo en todas las instituciones públicas de manera obligatoria, como un negroide parecido al infame Aristóbulo Istúriz, nada que ver con la imagen que el mismo Libertador aseguraba “Retrato mío hecho con la más grande exactitud y semejanza” pintada en Lima, Perú, por el artista José Gil de Castro en 1825.
Pero para destruir a Bolívar, aún es necesario desaparecerlo por completo de nuestro lenguaje diario, de su connotación emblemática como objeto que significa la posibilidad de poder de adquisición de bienes materiales y servicios, o sea, es necesario eliminarlo como SÍMBOLO DE NUESTRA ECONOMÍA. Y para eso se crea El Petro, como cénit en la destrucción de nuestra identidad cultural.
Obviamente el Bolívar ha sido fría y consecutivamente llevado a su mínima expresión como moneda, se ha convertido en un símbolo decadente de un anterior pasado glorioso y brillante, que nos significaba prosperidad y soberanía nacional. La moneda más fuerte de Latino américa, devenida a menos que el valor de una moneda de monopolio, que es botada a la calle para ser pisoteada por sus propios hijos, a quienes Bolívar libertó y hoy en día representa la viva imagen de su Venezuela destruida y saqueada por el Neocolonialismo Ideológico de la Izquierda Internacional.
De allí que, debemos entender la verdadera y más profunda razón para la creación de una “moneda fantasma”, “irreal”, que es el Petro, más allá de los aspectos económicos y su verdadera razón de ser, que para mí es, como herramienta para el lavado de dinero proveniente del narcotráfico y de las actividades ilícitas del Narco Terrorismo Internacional, profundamente relacionado con la Ultra Izquierda Terrorista Mundial, por su falta de transparencia, confiabilidad y credibilidad de sus emisores, quienes ni siquiera pagan sus obligaciones contraídas legalmente a nivel internacional, como fue el caso de la perdida de Citgo y que el banco alemán Deutsche Bank se quedara con 90 toneladas de oro venezolano hace poco, entre muchas otras, perdidas estas que representan un daño patrimonial para Venezuela y los venezolanos, así como un acto de alta traición a la patria, la venezolana obvio, no a la cubana a la que les son muy fieles…hasta la muerte, o hasta que los atrapen los de la DEA.
