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Poemas Distópicos. #1.

Sortie par le portail du camp d'Auschwitz I pour aller au travail. Peinture de Wladyslaw Siwek, 1946 (coll. Musée d'Etat d'Auschwitz-Birkenau).
Sortie par le portail du camp d’Auschwitz I pour aller au travail. Peinture de Wladyslaw Siwek, 1946 (coll. Musée d’Etat d’Auschwitz-Birkenau).

Auschwitz, Caracas, mayo, 2016
Amanecí en un campo de concentración
No hay luz, no hay agua, no hay canasta básica
Estoy hacinado en una barraca
Me marcaron el brazo con un número, el 674
Alrededor huele a muerte
Acaban de proyectar una película antisemita
Nos quieren lavar el cerebro a todos: a los presos, a los carceleros
Los cautivos tienen la mirada perdida, hacen cola por un asqueroso plato de comida
Los guardias Nazis son arrogantes, prepotentes, hablan golpeado, nos humillan
Existe un grupo intermedio, colaboracionista, a pesar suyo, los llaman Sonderkommandos
Uno es muy famoso, le dicen el hijo de Saúl, obedece, cumple con su trabajo sin chistar
Según cuentan, debe limpiar y quemar las evidencias de los asesinatos selectivos
A lo mejor, comentan, le dedican un largometraje a futuro
Pero su tragedia es imposible de filmar
De repente, una cámara se cuela y consigue tomarnos un «retrato de familia»
La imagen es pornografía de la miseria
Una fila de cadáveres de pie, de zombies, fingiendo una sonrisa
Nadie quiere salir arrugado para la foto
En vano, porque la enorme descomposición no se puede disimular
Unos altoparlantes difunden mensajes intimidantes del Führer, cada quince minutos
Pregunto si hay chance de escapar
Obtengo como respuesta, silencio, hastío y caras de resignación
Explotados y cabizbajos
Auschwitz es feo, como Praga, un laberinto caligarista
Y lo peor, aquí en el encierro, carecemos de plan B
Sueño con un milagro
La realidad circundante me tumba cualquier esperanza
Ahora nos mandan a desvestirnos y a marchar, asediados por una manada de pastores alemanes
Por lo visto, nos llegó la hora

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