En vísperas de la caída del muro de Berlín, me atrevo a redactar este pequeño decálogo:
1. Nacer en un país democrático, donde se respete la libertad de expresión y puedes dar rienda suelta a tus insultos anti-sistema sin que nadie te mate o te meta preso por ello.
2. Ignora todas las teorías socio-económicas que no fueron escritas y/o influenciadas por Karl Marx. El marxismo, siendo la teoría que descubriste cuando tenías 17 años, es obviamente la teoría definitiva e infalible, ya que como todos sabemos, en nuestra adolescencia siempre tomamos las mejores decisiones de vida y ya sabemos absolutamente todo lo que hay que saber sobre política y sociedad.
3. Insultar abiertamente al capitalismo y a las religiones, usando el IPhone que te regaló tu papá mientras sigues ciegamente todos los dogmas marxistas al pie de la letra sin cuestionarlos.
4. Apoyar a todo gobierno socialista en sus comienzos.
5. Cuando estos gobiernos caen inevitablemente por sus políticas socialistas, niega con contundencia que estos hayan sido realmente socialistas, ya que, obviamente, el «verdadero socialismo» no puede fracasar.
6. Afirma que apoyas «el progreso», mientras te opones al matrimonio homosexual, a la legalización de la marihuana, al aborto o a cualquier progreso social por considerarlo un complot capitalista o en su defecto, del Imperio.
7. Volverte un exitoso escritor como resultado de las muchas personas que comparten tu utopía marxista. Escribir un libro cuyo título tenga alguna de las siguientes palabras: «Lucha, Capitalismo, Las venas, Latino América, Hegemonía, Opresión, Imperialismo, Colonialismo, Transculturalización».
8. Darte cuenta de que ahora eres rico y exitoso, y por lo tanto perteneces a esa burguesía que tanto criticaste en tu juventud. Entender lo ilógico del marxismo pero seguir escribiendo libros para que nadie se de cuenta y seguir haciendo real.
9. Volverte un profesor mundialmente reconocido y cobrar 2000$/Euros por cada presentación en la que hablarás de lo malvado que es el capitalismo por media hora.
10. Comenzar tu propio emporio transnacional; vendiendo camisas del Che Guevara, Chávez o Fidel, explotando a la mano de obra infantil de China y maximizando tus ganancias.
Felicitaciones, Daniel, por este artículo sencillo que muestra las contradicciones de un sistema inviable que posee una permanencia basada en falacias y absurdos. Si muchas de las personas que lo siguen se rigieran por las leyes de la lógica, el sentido común y por un pensamiento carente de violencia, tal vez tendríamos el país que merecemos.