Inicio Azares Confesionario Yo amo diferente, pero sigo siendo el mismo.

Yo amo diferente, pero sigo siendo el mismo.

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Siempre he crecido en mi familia con el patrón de normas que a mis padres les enseñaron en sus respectivos hogares. Yo nunca intenté cambiar ninguna de las reglas, valores o principios, pero algo se me olvidaba, los gustos. Desde muy pequeño pude observar que mis gustos eran muy distintos a los de todos los niños que me rodeaban. Por ejemplo a ellos les gustaban los deportes, jugar bruscamente, socializar y hablar de mujeres.

Por mi parte, me gustaba el teatro, la poesía, pintar, y al hablar de mujeres con otros hombres, sabía perfectamente que estaba mintiéndome.  Esas diferencias las he venido guardando todos estos años en los que he sentido que mi vida se ha partido en dos.  En esos años que menciono he llorado en silencio, he recibido insultos y vejaciones de compañeros de clases, me he sentido perdido en la mar y sin remo, pero nunca, nunca me separé de Dios. Ese Dios incluyente que todos sabemos que está allá arriba.

Soy de esas personas que le encanta la gente que es pura esencia, lastimosamente así no lo ve la sociedad, la sociedad se ha dedicado a separarnos por géneros y agredir a todos aquellos que se amen entre sí, dentro de su mismo género. Luego de haber vivido y haber visto de todo en esta vida, quiero felicitar a todos aquellos valientes, porque si, han sido valientes al enfrentarse al monstruo de la sociedad y aceptarse tal cual son sin importar lo que los demás digan y piensen. Hoy quiero formar parte de este grupo de valientes.

Ahora, conozco a muy pocas personas que han sobrevivido al viacrucis que se convierte el tener una doble vida. A ellos los respeto porque sé lo desgastante que es fingir algo que no eres. Pero tienen que tener mucho cuidado, recuerden que mientras más quieran tapar una mentira, la verdad termina saliendo a flote.

 

Con esta carta no quiero decir que yo voy a cambiar mi fisionomía y me voy a convertir en una mujer, pero si les aseguro, que yo amo diferente a como aman las demás personas. Eso sí, sin dejar de ser yo mismo.

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