Rango:El Cine de la Decepción Obama

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Es el tiempo de las películas de Obama. Así de simple. Y las distingue el hecho de ser camaleónicas,de ir en busca de una identidad propia en medio de un contexto polvoriento de crisis y decadencia,con visos de spaghetti western y cinta retrofuturista,donde necesariamente se mira al pasado a objeto de encontrar una salida a futuro,no solo para el cine,sino para el estado de bienestar.
De ahí surgen todas las contradicciones estéticas y políticas de un film animado como “Rango”, a caballo entre Quijote y Sancho Panza,entre la deconstrucción y la restauración conservadora,entre la tragedia piscológica de «Hamlet» y la cursilería rastrera de «Shakespeare Enamorado»,entre la emoción de las primeras de cambio y la decepción del esperado desenlace a pesar de su autoconciencia,entre republicanos anticuados y demócratas envilecidos, entre la izquierda y la derecha, entre la “Guerra de las galaxias” de George Lucas y la reconversión de la mitología ortodoxa de Joseph Campbell,entre la desmitificación del clásico “Django” y la regeneración del antihéroe reaganista por excelencia,“Rambo”,por otros medios.
En suma,son las ambigüedades y las incongruencias del discurso populista de la posmodernidad,cuya principal meta es unificar a los polos opuestos para abarcar una mayor cantidad de electores y espectadores.
Como diría Fernández Porta, el kistch de Hollywood, aunque se vista de “Urban Outfitters” o “Quicksilver”,kistch se queda.Para el autor español,la meca sabe comerciar e instrumentalizar dicha impostura como una golosina radioactiva:
“Producción industrial de caramelos de glucosa y glutamato con la etiqueta:Bombón de Licor(con la garantía de Walter Benjamin):tal es uno de los discursos publicitarios más efectivos del mercado.Como en una versión etílica de la festividad de Sant Medir,el reparto universal de dulces borrachos ha acabado funcionando como un criterio de legitimación pseudointelectual del dispendio,a la vez que ha redefinido de manera engañosa su historicidad.”
Por ello, el contenido agridulce de “Rango” puede combinar una gama de ingredientes y sabores tan diferentes como el encuentro demagógico del Michael Moore de “Capitalismo,Una Historia de Amor” y el Charles Ferguson de la conspirativa “Inside Job”,junto con la prédica ecologista de Leonardo Di Caprio en “La Hora Once” y Al Gore en “La Verdad Inconveniente”, sin dejar de producir contaminación y polución por vía de la explotación derivada del juguete óptico para grandes y chicos.
Por la compra de la entrada, el combo de “Rango” te sale por la mitad.
En consecuencia y más allá de sus buenas intenciones,resulta difícil tragarse el paquete ideológico de la pieza en cuestión, bajo la sombra del “Manifiesto Comunista” según la paleta caricaturesca de Rius,la resistencia de terciopelo de los desclasados de la tierra de oportunidades y el reparto socialista de los bienes acaparados por las tortugas burocráticas del poder central.
Guste o no,nada distinto a la visión maniquea implícita en el enfoque bipolar de “Al Sur de la Frontera”,a favor de “La Cadena del Rey”.
Los nietos y las viudas de la revolución bolivariana, celebrarían de pie la proyección de “Rango”,como una encarnación sublimada de su líder mesiánico por accidente,del culto a la personalidad del redentor del pueblo oprimido por las taras,las culebras,las serpientes y los halcones de “Érase una vez América”.
Por consiguiente,el guión también le hace guiños oportunistas y lejanos a cuanto problema cercano abunda y existe en la actualidad.No obstante,jamás se compromete con ninguno.Del rollo limítrofe con México,saltamos a la caída financiera de las entidades de ahorro y préstamo,en una centrífuga alegórica e informativa, carente de profundidad.
Allí vemos desfilar,cual feria de cachivaches y coroticos cool,a docenas de referentes y artículos de consumo degradados, rescatados como tabla de salvación por la nostalgia: Johnny Depp vuelve a chocar consigo mismo en el cuarto de espejos de “Miedo y Asco en las Vegas”, luego naufraga en una pesadilla de Buñuel y Dalí a la usanza de “El Perro Andaluz” conoce a “Destino” de la Disney, eventualmente recibirá consejos de un alter ego de Miguel Cervantes,y por último,descubrirá el mantra absoluto del viaje del antihéroe de la mano del propio “Jinete Pálido”,Clint Eastwood.
En el nudo, se peleará con los clichés y estereotipos del género, para finalmente reforzarlos en el happy ending,porque el espíritu de “Superman” debe resucitarse por defecto, en aras de garantizar la perpetuación de su legado económico y simbólico.
En descargo de su contrabando semiótico, reivindicamos la dureza del diseño trash(deluxe)de los personajes y el código cifrado del homenaje a “Petróleo Sangriento” y “Mad Max” en la cúpula del trueno.Implacable metáfora de “El Nacimiento de Una Nación”, forjada en el oscurantismo de la devoción por los paraísos artificiales del becerro de oro.
“Rango”, el único ciudadano consciente de la polis, cumple con expulsar a los charlantes y manipuladores de cerebros de la comarca,en pos de la emancipación de la república. Su gesta independentista tiene legitimidad de origen y una justificación razonable,además de sentido del humor negro.
Por desgracia, sucumbe al reinado del dogmatismo,el reduccionismo y la concesión histórica,presta a la tergiversación.
Cada bando la aprovechará en su beneficio y la utilizará como reflejo de su proceso de confrontación bélica. Irónicamente,colonizados y cruzados se logran identificar con la épica triunfadora sobre el mal de nuestro elegido, de nuestro Neo de la “Matrix”, de nuestro amigo “Rango”,ícono de las ilusiones de limpieza sembradas en la gestión de Barack,el número uno de la Casa Blanca.
Por algo, ambos representan la técnica del “flip-flop” y del cambio “Gatopardiano”.Nos prometen el gran viraje. Lamentablemente, nos cuentan la misma historia de vaqueros de siempre, de forastero vencedor de las plagas del lejano oeste,a punta de suerte,coraje y pistola.Lucha de clases y de castas en la tradición de Ford,Leone y Copolla. “Apocalipsis Now” al “Corazón de las Tinieblas”,versión “Industrial Light & Magic” versus “Pixar”.
Una guerra de adultos por el dominio y la hegemonía de la oferta infantil.
Verbigracia,lo mejor de la obra es la parodia de “La Cabalgata de las Valquirias”,ahora apta para el oído de todo público,gracias al estupendo coro de los búhos mariachis.Recto por el hígado a Zack Znider y sus lechuzas solemnes de “La Leyenda de los Guardianes”.
Lo peor: su esterilidad fuera del desierto del reciclaje y su parentesco con la moraleja «pentagonista» de “Ga’Hoole»,tipo propaganda de enrolamiento y crecimiento para parasitos y reptiles pasivos.
O sea,el pensamiento te estanca en una pecera y tu mudas de piel en la acción,en el conflicto.
Vaya sofisma.

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