panfletonegro, un lugar para la difamación

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En Julio de 2006, panfletonegro.com se transformó en un sitio libertario, participativo, 100% libre de criterios editoriales, en el que todos los visitantes pueden publicar lo que quieran, como lo quieran. Utópicamente creíamos que, en medio de una tormenta de mensajes personales, propaganda y textos inconsecuentes, ocurriría la poesía.

Desde entonces, en efecto, se han publicado textos mediocres y excelentes. Pero con frecuencia, esta libertad de edición ha generado controversia. panfletonegro, como cualquier otra iniciativa colectiva, es un nido natural para la fauna fascista que constituye una minoría importante de la gente que crea contenido y fomenta el crecimiento de la participación en Internet.

La última cayapa (a falta de un mejor nombre), comenzó con un artículo pendenciero del Sr. Cobranza contra las bases de la convocatoria para el evento más importante de difusión de nuevos autores en Venezuela. De allí en adelante, los comentaristas –regulares y no– enloquecieron y publicaron observaciones cada vez más atroces, hasta caer, como dicta la norma, en los ataques ad hominem. El último recurso de los envidiosos, los fundamentalistas y los perdedores.

Eso, por supuesto, no es poesía, ni libertad, ni autonomía. Es una viñeta del horror en una galería patética.

Un grupo es su peor enemigo

Me atrevería a sugerir que los trolls no merecen la libertad que la vida en occidente les otorga. Pero en el fondo, su conducta es el resultado de dos fenómenos ampliamente documentados:
1. A medida que el costo de expresarse se aproxima a cero, lo expresado se banaliza.
Por ende,
2. El modo natural de un comentarista en Internet, es la estupidez.

Sin embargo, ese concepto de libertad que profesamos en panfletonegro, abarca también la libertad para trollear. Los trolls son un hecho de la vida en Internet, no desaparecen ni se mueren de hambre, como propone la campaña de «don’t feed the troll«. Los trolls se toleran, y si se dispone de tiempo, se contrarrestan con consenso, humor, o retórica. Todos los días nace un troll y la única posibilidad real para eliminarlos (asumiendo que uno quisiera eliminarlos) es desenchufar todos los cables, y volver a las enciclopedias, o mejor aún, saltarnos la ilustración, y regresar a la Edad Media. El resto, esos sueños de un mundo sin trolls, son pavadas.

Los trolls únicamente producen ruido, son un grupo nefasto para el fortalecimiento de la libertad, la generación de conversaciones y el progreso de la humanidad. Pero si algo hay que aprender de estos tiempos bárbaros es que la gente hacia la que sentimos un desprecio reciproco, tiene pleno derecho a existir.

La reacción natural, el consenso para combatir a los trolls, es la censura. «Edición», le llamaban en el siglo pasado, y ahora le dicen «Moderación». Funcionaba de las mil maravillas cuando usábamos papel y el método de distribución era físico, detallado, centralizado y seguro.

Particularmente, respeto la idea de la edición y, sobre todo, respeto la historia de la difusión literaria. Pero múltiples iteraciones de Slashdot (por nombrar un modesto ejemplo) confirman que aplicar conceptos de broadcasting en la web social, es una garantía para el fracaso.

Otra alternativa sería bloquear al autor del artículo original. Podríamos discutir kilobytes acerca de cómo el estilo del Sr. Cobranza es una de las características definitorias de panfletonegro, o de las múltiples oportunidades en las que no hemos estado de acuerdo. Invariablemente, acabaremos en esa máxima usada hasta el cansancio en Venezuela: si no te gusta, cambia el canal.
(o argumenta, que para eso están los comentarios)

La alternativa (¿solución?) final, sería cerrar panfletonegro. Y si, supongo que la Thinkpol tiene la potestad de hacerlo.

Pero la realidad es que todavía no existe la forma «correcta» (nunca un entrecomillado fue más oportuno) de mantener una comunidad en línea. Como usuarios de Internet estamos, desde hace un poco más de una década, en una Beta permanente.

Majadería, 2.0

Sería fantástico poder engañarse, autoconvencerse de que esta historia pasó por debajo de la mesa. Pero creo que más de uno leyó y calló, en una manifestación de complicidad y envidia.

En el transcurso de la semana pasada, nadie, ni uno de los 3408 visitantes del artículo en cuestión (la mayoría provenientes de Facebook), se atrevió a saltar al ruedo por la Semana de la Nueva Narrativa Urbana (SdlNNU).

Con esas pruebas, las repetidas críticas del Sr. Cobranza al «mundillo de la cultura venezolana», se acercan agudamente a la realidad.

Así que, para sumar un punto a la civilidad:

Algunos podrían encontrar fallas en la SdlNNU. Pero, el valor intrínseco de montar un evento literario en Venezuela y tener esa convocatoria –o lidiar con esos reyecillos que son los escritores (jóvenes, por demás)–, supera con creces los posibles puntos ciegos que pueda tener el evento.

En ese sentido, supongo que la SdlNNU merece, al menos, tolerancia, un margen de operación. Y si, un aplauso.

Google y la historia de una vergüenza

Afortunadamente, panfletonegro ofrece la posibilidad de que los organizadores contesten. Sin embargo, puedo entender lo difícil y a la vez, fútil, que es rebatir argumentos vacíos. Además, en el mundo real, suceden cosas que requieren mayor atención.

Lo más relevante es que tanto la actitud fascistoide de los comentaristas, como la negativa de los organizadores a rebatir, como la necedad cómplice de más de 3000 visitantes, queda indizada en Google. A la vista de todos por siempre, o mientras la humanidad tenga control sobre la energía eléctrica.

panfletonegro, un lugar para la difusión

Nuestro intención última es, desde 1.999, congregar en el mundo virtual a un movimiento que se sigue gestando en la red, abrazar una visión alternativa para la difusión del hecho creativo, que definitivamente desplazará a los métodos tradicionales de publicación.

Por último, quisiera agradecer a todos los colaboradores y comentaristas de panfletonegro –sin excepción–, porque este pequeño impasse constituye el punto de partida para pensar otras mejoras en la plataforma de publicación que ofrecemos. Mejoras que quizás nos permitirán desvelar un ápice de civilidad durante otra de estas frecuentes discusiones.

dp./Ex-Editor.

Post-post: Pedro Rodríguez escribió un lúcido (y generoso) artículo sobre esto.

Post-post2: ¿Tienes una opinión? ¡Comenta! O mejor aún, regístrate y publica tu propio artículo en panfletonegro.

21 Comentarios

  1. Rescato de esta difícil lectura (los dos posts y el de Pedro) la reflexión que Panfleto Negro hace de si mismo, y aplaudo. Lástima que se haya quedado allí, nadie mas piensa que debe revisarse. Respeto el «irrespeto» de las opiniones y post que no gustan, como quizás no guste esta. Muchos saludos.

  2. Hola. Confieso que había dejado de seguir panfletonegro cuando pocos meses después de «Julio 2006» porque tuve la impresión de una bajada en la calidad… pero ante el horror sobre las críticas al SdlNNU (del cuál me enteré por la Nota de Pedro en Facebook), he decidio acercarme de nuevo… Quizá la mediocridad haya que atacarla con participación.

  3. Pratt: matas a tránsito, no hay más cervezas en los espacios abiertos. Te casas. Chávez se divorcia. El paro. La esquina. (Recordé a Rubén). En fin, se puede o no escribir en panfleto?

  4. «el punto de partida para pensar otras mejoras en la plataforma de publicación que ofrecemos»
    Disculpa pana, no leí eso.

  5. Mérida, «sólo tienes que registrarte», como reza el slogan que está por ahí.

    Acuérdate de mi cuando seas ministro y tu tío me meta preso.

  6. Mucha tela que cortar. La gran diferencia con las páginas que implementan la moderación de comentarios es la sempiterna amenaza de ser borrado, ergo, esto crea una especie de moral del comentarista que sirve, hasta cierto punto, para civilizar la discusión y disuadir a los trolls.
    Tal vez resida allí el tuétano del asunto: ¿Cómo implementar una moral de la responsabilidad en los comentarios de internet? ¿El comentar «anónimamente» significa que puedo deslastrarme de toda responsabilidad en lo que digo y humillar, insultar, descalificar? ¿Cómo crear ese «vínculo» de responsabilidad por lo que se dice, sin censurar o prohibir el anonimato?
    Saludos.

  7. Ciertamente, fue una discusión lamentable en la que todos nos convertimos en cómplices de algo tan venezolano: destruir lo que hay para sustituirlo por nada.
    Con sus posibles fallas, la Semana de la Nueva Narrativa Urbana hace lo que muy pocos hacen: ocuparse del mundo cultural. Si los atacamos por preocuparse en ello y a cambio no ofrecemos alternativas estamos cayendo a un nivel de destrucción y atraso que pronto nos llevará a las cavernas.
    Considerando que ya el error se cometió, ojalá sirva para evaluar mejor nuestra manera de ver y participar en panfletonegro.

  8. No que mi blog sea muy concurrido, pero a los que van y me insultan los anulo con dos armas: tratarlos con el respecto que ellos me niegan y recordando que aunque se metan con mi mamá nada de lo que dicen es personal, uno sabe quién es y punto. Como el niño que uno le dice «deja eso» y lo sigue tocando, responderles a las ofensas y argumentarles los hace mas «tocones», indiferencia es la clave. Defiendo la libertad del anónimo y del que insulta, porque limitar sus opiniones son el comienzo de la peligrosa censura. Saludos.

  9. estoy en total acuerdo con martha. Por eso odio cuando se «moderan2 coemntarios. Yo acepto totodo tipo de comentarios siempre y cuando no seanm personales. Si es un insulto personal, simplemente lo borro.
    Se puede insultar los conceptos que emito, pero de ahi a pasar que soy un «hijodeputa» por lo que dije, ya cae en en plano personal y eso prefiero dirimirlo con cuchillos (freudiano el asunto ¿no?) no con palabras

  10. ¿Comento o no comento?, he ahí el detallazo. ¿Cómo realizamos una ponderación acerca de lo que catalogamos como arte versus bazofia?, ¿quienes somos en realidad para liquidar o ensalzar un escrito o manifestación artística, siendo esta algo tan personal?. Si bien acepto, apoyo e incluso exhorto a la defensa de la libertad de expresión como derecho e incluso deber inherente al hombre, no puedo evitar chirriar los dientes cada vez que leo a un “erudito” desprestigiando lo que considera “basura intelectual”, detesto a los cobardes enfundados en su anonimato para mortificar, atacar y mancillar cualquier escrito, incluso aún cuando firmen con nombre y apellido. No hay dos pensamientos iguales, por lo tanto hay que ser justos y aceptar que todo el mundo tiene derecho a escribir, así sea para garrapatear un diario personal, o analizar y criticar acérrimamente al gobierno de turno. Acepto la presencia de los Trolls y su participación en la Web 2.0, como la de las cucarachas en el jardín trasero de mi casa, o de los pájaros que hacen nido en las matas de mango. Debo ser tolerante hacia todo aquello que me es incluso adverso, es la ley y el orden en que están establecidas las cosas, la luz no existe sino hay oscuridad.

  11. Martha, quizás las madres sean las mejores domadoras de trolls ;)

    Luis, ¿borrar los comentarios que te insultan no es precisamente censurar? Igual, respeto la voluntad de que cada quien haga en su casa lo que le provoca.

    Ensayista, eso de «Acepto la presencia de los Trolls y su participación en la Web 2.0, como la de las cucarachas en el jardín trasero de mi casa, o de los pájaros que hacen nido en las matas de mango.», te quedó brillante.

    Gracias a todos por enriquecer la discusión.

  12. Siempre es bueno mantener el espíritu de conversación e intercambio de información, una forma de hacer que las ideas se mantengan en constante evolución. Me gusto el tema Daniel, cuando mi trabajo me lo permita, haré mención a la censura y lo que opino de ella ¬¬,

    Saludos!

  13. Lamentablemente en Venezuela no tenemos una cultura del debate sino vean a nuestros políticos.

    Es triste pero es cierto.

  14. Aleister, si bien es cierto lo que dices, el fenómeno del trolling no tiene que ver con los venezolanos.

    Para no complicarnos mucho, te doy el mejor ejemplo: El canal b de 4chan (http://img.4chan.org/b/imgboard.html) es unánimemente considerado como el retrete de la Internet, y el último lugar libre del planeta. Sus habitantes ni tienen cultura de debate, ni saben qué es Venezuela.

    El comportamiento de un troll es producto de una serie de factores, principalmente el anonimato y la distancia.

  15. Lo que demuestra todo esto es que los venezolanos tienen todavía arrechísimos complejos de honor… ¿Qué importan los crímenes de nuestros abuelos? ¿Por qué se indignan tanto cuando se los mientan? ¿Por qué son tan importantes? ¿Por qué se percibe al respecto tanto temor? Los australianos descienden todos de criminales, y lo comentan con orgullo. En cambio aquí…
    En teoría, los fueros familiares y de nobleza, incluso los del dinero, fueron abolidos. En la práctica, los obsevamos, los acatamos, los tememos y los ansiamos para nosotros.
    Acéptenlo, la suya no es una sociedad moderna y punto. Todavía sienten el peso de los antepasados, el honor y la tradición de la familia, etc

    Y van a tener que acostumbrarse o cambiar porque esos prejuicios medievales que les tienen jodida el alma no se compaginan con las actuales formas de vida y medios de comunicación. No se puede mantener la fachada de respetable, ni pretender que todos nos rindan pleitesía, existiendo medios como estos. A menos que renuncien a ellos…

    Por último, no tienen diálogos inteligentes porque no quieren tenerlos. Ustedes nunca han querido oír lo importante. Siempre que viene alguien a asomarlo, le caen encima pidiendo respeto (que es pacatería y un montón de complejos coloniales) y conminándolo a hablar sólo de lo tolerable.

  16. Tal cual, enmanuel. LO mas triste como algunos se ofuscan es tratar de mantener a toda costa una «reputacion» por internet ante gente que nunca veras en tu vida personalmente (gente que en realidad no tiene ningun papel importante en sus vidas y por tanto deberia resbarlarles que puedan opinar sobre sus personalidades virtuales inexistentes en el mundo real), arrecharse si la «reputacion» virtual queda «mal» por los «ataques» de algun troll o individuo aburrido que mata su ocio «jodiendo» a los otros.

    Hay que estar de psiquiatra para arrecharse por un comentario de algun pajeado en internet que ni te conoce y que ni siquiera tiene algo contra tuya en realidad, que solo mata su ladilla haciendo comentarios «ofensivos».

    Por otro lado, da risa que algunos postulen que con unos comentarios se puede «destruir» algo como la Semana de los novelistas urbanos. Por dios, la semana solo se destruiria si los individuos involucrados en esa institucion deciden no participar mas en ella. Ademas, se huele un tufillo a censura: no critiques algo porque lo destruyes y por ende es malo. Mejor no criticar. Falso razonamiento.

    Personalmente respecto al tema de la polemica, si bien considero que La Semana es una buena iniciativa, es una mosca en la sopa desde el punto de vista moral que limiten a los narradores urbanos escogidos para participar a aquellos graduados de universidad o con carrera previa, tal cosa deja afuera a muchos talentos entre los que podria estar el proximo Wilde (por decir un escritor que no fue a la escuela de letras). No obstante, la Semana es una iniciativa privada y sus organizadores tienen todo el derecho de poner las condiciones que quieran para los participantes.

    Lo ideal como se acoto en el otro post es que no solo existiese La semana sino multitud de eventos y premios para los nuevos talentos literarios, artisticos, musicales, etc. Pero estamos en Venezuela y aqui todo siempre queda en monopolios, alguien hace algo mas o menos interesante, al poco tiempo no obstante se vuelve una rosca y una corrupción, nadie presenta una alternativa y todo los demas chillan y finalmente nada avanza.

  17. Creo que la libertad de decir llega hasta donde se pisa el respeto por el otro. Yo creo en la libertad de expresión pero no en la libertad de insulto, ni la de la falta de respeto. La libertad absoluta no existe. Si existiera deberíamos entonces condonar la de robar, la de abusar a menores, distribuir pornografía pedofílica, etc… No confundan libertad de expresión con violencia verbal. El insulto no es más que eso, violencia y no entiendo porque se aboga y condona disfrazándola de libertad de expresión.
    Las críticas que se le hacen al evento en sí no estarían mal si se hubieran hecho con alguna seriedad pero al hacerse a punta de descalificaciones e insultos, pues pierden toda validez y alguna incidencia constructiva para eventos en el futuro.

  18. Me parece haber entendido que:

    1. Panfleto negro no sea abierto para que todos los ciudadanos con actitudes para la escritura puedan colocar sus pensamientos en esta web
    2. Hay que sacar a todo el que «no este deacuerdoo conmigo2

    No creo que esas sean las mejores formas de combatir el troleo. A mi me parece maravilloso que Panfletonegro este «democratizada» si se quiere el termino porque le permite expresarse a todos aquellos que no tenemos oportunidad de hablar en un medio de comunicasión por X o Y razon. De todas maneras, cuidar la moderación y defenederla es una responsabilidad colectiva y lamentablemente a Panfletonegro le tocara «aguantar la pela» para que no paguen justos por pecadores mientras todos vamos a ver como hacemos.

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