panfletonegro

Todos los animales son iguales…

«…pero hay un animal más igual que otros», dijo hoy el diputado Julio Moreno de la Asamblea Nacional de Venezuela, antes de levantarse en dos patas, aplaudir como foca y recibir un pescado en su hambrienta y babeante boca abierta.

Es otro caso ejemplar para la justicia venezolana, la justicia más ciega del mundo. No hablamos de ceguera en el caso de «imparcial» u «objetiva», como dice Moreno, sino en el caso saramaguesco de ser incapaz de ver absolutamente nada. La justicia venezolana, esa dama con la balanza en la mano y los ojos vendados, ha dado hoy un increíble paso adelante en su cruzada épica por convertirse en el retardado mental alegre y simpaticón, Corky.

Señales había hace rato: La imposiblidad de ver que Cilia Flores tenía veinti-tantos clones trabajando en la Asamblea, como en la película esa con Michael Keaton, ya era motivo de alarma. Pero la «falta de veredicto» o ausencia de justicia de hoy de verdad que sienta las bases de un récord, tal vez mundial, de desfachatez.

Veamos las cosas paso por paso, y que el lector determine si soy yo el que está equivocado. Puede que sufra de paranoia, quién sabe. Pero el caso presentado por William Azuaje se puede resumir más o menos así:

En un caso relacionado, un niño de 5 años le preguntó al diputado Julio Moreno si podía afirmar que la fórmula matemática «2+2=4» era correcta pero el político, después de reunirse con una comisión de sabios designada por la Asamblea, concluyó que no había pruebas suficientes para pronunciarse en ese caso tampoco. Luego afirmó que la luna estaba hecha de queso y que en los Médanos de Coro existe un túnel que nos conecta con la China.

Por supuesto que el hecho, mucho más objetivo, de que la hacienda «La Malagüeña» excede con creces las 5 mil hectáreas de la ley de tierras y por tanto debería ser investigada y probablemente expropiada, es completamente irrelevante. En Venezuela no sólo la justicia es ciega: La propia familia de Chávez es incapaz de ver y denunciar el latifundio de la hacienda de al lado y proceder a intervenirla socialistamente.

A menos, claro, que no sea la hacienda de al lado. En Venezuela, algunos animales son más iguales que otros…

Salir de la versión móvil