Semiología palestina

6
1627
La bufanda kufiyya de Arafat es el nuevo Che
La bufanda kufiyya de Arafat es el nuevo Che
la bufanda kufiyya de Arafat es el nuevo Che

El conflicto israelí-palestino representa la vanguardia de la revolución mundial. Dentro del discurso progresista bien pensante, la situación de opresión que viven los árabes en la Franja de Gaza sintetiza todas las contradicciones del mundo contemporáneo. La solidaridad automática con el pueblo palestino, más allá de las consideraciones políticas reales, recicla las imágenes binarias, de colonizador-colonizado, amo-esclavo, imperialista-oprimido, que fungen como gran movilizador de la masa que se quiere crítica, rebelde y contracultural.

palestina4

Por supuesto que existen análisis políticos pertinentes y consideraciones serias en torno a este conflicto y la posibilidad de una salida pacífica. Pero acá no estamos hablando de política real, estamos hablando del lugar que ocupa Palestina dentro del discurso ideologizante. Es aquel discurso que se quiere emancipador, que se presenta como defensor de los más desvalidos pero que, al final, termina siendo el motor de una opresión aún mayor. Es un discurso conservador, timorato y escéptico ante la globalización, que pretende vendernos el rechazo al progreso como una forma de defensa de las excepciones culturales. Es el destino final de toda revolución contemporánea, quiérase cubana, regionalista bolivariana o pan-arabista en su versión Gadaffi: subdesarrollo, corrupción y destrucción del concepto «occidental» del Estado, lo cual termina en un sistema judicial disfuncional que significa cárcel y represión.

 

En este sentido, no se trata de manifestar contra los bombardeos de Gaza, una postura política coherente y legítima. Porque si hablamos de manifestar contra la opresión en el mundo árabe, bien podríamos citar casos peores y más legítimos para suscitar nuestra indignación: la masacre de civiles en Siria, por ejemplo. O la creación del nefasto estado islámico en Irak y Siria (ISIS), gran destructor de la libertad de los árabes. Porque ¿dónde estaba el manifestante progresista bien pensante cuando mataban musulmanes en Bosnia, o Chechenia, o incluso en La India?

palestina3

Estamos lejos de hablar de una defensa del pueblo musulmán oprimido. En este discurso dizque emancipador, se anula el sufrimiento de ciertos árabes (los que no convienen) llegando incluso hasta aberraciones como apoyar a opresores como Bachir Al-Assad en Siria.

 

Una foto de niños árabes muertos en Palestina funciona como detonante de la rabia mundial, mientras que una foto de niños muertos en Siria se recibe con escepticismo, con relatos de manipulación mediática, con hipótesis enrevesadas de complots internacionales imperialistas. Con disparates, pues.

 

Esto se debe a la extraña fijación que se tiene con Palestina. Los palestinos representan la vanguardia de la revolución, son el nuevo proletariado global.

 

Basta con leer el manifiesto de los jóvenes de Gaza para entender el control totalitario que ejerce Hamas sobre su propia población. Es suficiente para separarse de este «nuevo mundo» propuesto por la progresía bien pensante y cuestionar los valores que se pretende defender.

 

Dentro de este nuevo discurso emancipador global, Palestina representa lo que Charles Sanders Pierce llamaba un token: es una pieza que condensa, por sí sola, todos los males de la globalización. Como el humo precede al fuego, Palestina es la prueba viviente del fracaso del Fin de la Historia. El movimiento de globalización económica produce violencia y opresión, de la misma manera en la cual el Estado de Israel segrega y somete a los árabes de la región.

palestina5

Por eso es que aparecen expresiones de antisemitismo primitivo en las manifestaciones pro-palestinas, porque lo que se manifiesta no es la indignación ante las muertes, es el rechazo irrestricto al sionismo, que se percibe como punta de lanza del imperialismo globalizador en el mundo árabe.

 

Palestina como metáfora de la opresión globalizadora, el rechazo a Israel como rechazo a los valores occidentales y el supuesto respeto a la diferencia cultural: es por eso que el progresismo bien pensante, reaccionario y conservador como suele ser, se activa ante el token palestino.

 

Es el «¡fuego!» que grita alguien en un teatro cuando percibe humo. Es la necesidad de movilizarse, sin hacer muchas preguntas, hacia la salida. De esta misma forma, «¡Palestina!» activa las dendritas progresistas, de algo-va-mal-pero-no-sé-bien-qué, y se erige en una pseudo reflexión que enmascara el no-pensar.

palestina6

De esta manera, el progresismo bien pensante convierte a Palestina en un peón dentro de su juego de ajedrez ideológico mundial. Se apropia de los muertos árabes y los exhibe en su afán de movilizar gente contra «la globalización occidental», un modelo político-económico que se define como malvado a priori, de manera acrítica.

 

Mientras tanto, árabes oprimidos siguen muriendo en Siria, algunos hasta son crucificados en el nuevo califato musulmán, sin que ello despierte más que un murmullo atropellado sobre la diferencia cultural y la incomprensión de las manifestaciones regionales. Qué lástima que esta gente no muere en Gaza; tal vez si los reventara el Tsahal a bombazos en vez de Al-Assad, al progresismo mundial sí les importarían.

Artículo anterior15 años de panfletonegro
Artículo siguiente¿Los pobres se ríen? – pregunta a los cristianos
Barman, guía turístico, sirviente y amo de casa, traductor, profesor de lenguas, niñero, encuestador en la calle, extra de películas, vigilante nocturno, obrero de mudanzas, editor de películas, músico de Metro; eso hasta ahora. Aparte de sus incursiones en el mundo laboral, escribió y publicó novelas (https://www.panfletonegro.com/v/2010/11/22/yo-mate-a-simon-bolivar/), colaboró con periódicos y revistas electrónicas y participó en debates y mesas redondas. Hoy en día, colabora con oscuros y desconocidos artistas de todo tipo y añora realizar su sueño, ser dueño de un circo. Por las noches lleva a cabo audiciones para el puesto de “tragadora de espadas” con mujeres de todo tipo. Jamás ha practicado patinaje artístico.

6 Comentarios

  1. Cuál «detonante de la rabia mundial» por las fotos de niños palestinos muertos…? Israel ha sido castigado por el uso de bombas racimo? Por el bombardeo? No pasan de declaraciones que Israel se pasa por el forro como las resoluciones de la ONU sobre los territorios ocupados desde el 67. La «movilización de la masa crítica, rebelde y contracultural» existe, aparte del twitter y de 4 gatos que llenan su muro con fotos de «FREE PALESTINA», en una caspa de quien firma este artículo.
    Boring…

  2. Brillante artículo. Además del uso que se le hace al pueblo que vive en los territorios ocupados como punta de lanza para la ideología «progresista», mucha gente sencillamente No acepta la existencia del estado de Israel, y mucha gente no está ni siquiera al tanto de la verdadera historia que ha ocurrido entre los israelíes y árabes de la región.

  3. Estoy cansado de decirlo. Quién toma partido por alguno de los bandos en este conflicto tan complicado es 1) un fanático político o religioso 2) un ignorante en materia de historia. Si leemos el Antiguo Testamento, no como libro para convertirnos al judaísmo o al cristianismo, sino como testimonio histórico, nos damos cuenta que Israel y Palestina son términos intercambiables, definen al mismo espacio geográfico. Palestina, además, es un término creado por los romanos para nombrar a una zona que consideraban provincia del imperio, una zona predominantemente judía en esa epoca. Los turcos y los británicos siguieron conservando a Palestina como colonia, pero nunca fue un territorio libre. La población musulmana se hizo mayoría por la expansión árabe y la diáspora judía, pero al fin y al cabo, se constituyó en base a invasores árabes y hebreos conversos al islam. ¿Cual es la solución? que dejen de creer que tienen derecho a un pedazo de tierra sólo por pertenecer a una religión…yo creo que hasta los budistas tienen derecho a vivir en Palestina-Israel

  4. ….No he visto a nadie salir a protestar por la crucifixión de cristianos en Siria. No hay justificación ni para el Estado de Israel ni para Hamas, ni para palestinos inmolados. Aqui no se puede estar del lado de posiciones políticas ni de poder, hay que estar del lado de quienes mueren de manera violenta.

  5. «[…] discurso… que se presenta como defensor de los más desvalidos pero que, al final, termina siendo el motor de una opresión aún mayor…». Vaya ironìa… Con esta frase se pudo haber escrito no uno sino 15 artìculos sobre polìtica (doctrina?) exterior norteamericana en: Bahrein actual; el Tùnez de Ben Ali; el Egipto de Mubarak; la Panamà de Noriega; el Chile de ya sabemos quien; la hemorragia de Zaire; el cancer Talibàn; la septisemia moral del Apartheid y hasta el Irak de «Saddam»…

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here