Mi Post

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Quería escribir el post más arrecho y cojonudo de la historia. Algo realmente bueno que revolucionara la Internet y en especial las redes sociales. Algo que fuese tan bueno, pero tan bueno que no hubiese otro igual. Un post hecho para triunfar, un duro pues.

Esto lo pensé esta mañana mientras me sentaba en mi trono matutino, ese lugar íntimo donde se despiertan los sueños más sublimes. Ese que es el único lugar al que vamos con un objetivo claro en mente, porque del resto vagamos sin rumbo por este mundo como quien abre caminos sobre la mar, al más puro estilo de la canción de Serrat.

No se si sería el calor o alguna otra cosa como la falta de papel higiénico, pero al terminar se me vinieron todas las ideas a la cabeza.

Es que mi baño es ese Aleph del que hablaba Jorge Luis Borges. El objeto maravilloso que contiene dentro de sí, toda la sabiduría del mundo, el pasado, el presente y el futuro… Lo malo es que sin papel, es como estar en un jardín sin flores, como en un cine sin cotufas, algo tan incomodo y bizarro como la cadena nacional donde Nicolás Maduro se besó con Cilia Flores.

Ahora que hablamos de flores quiero referirme al hecho de por qué no tengo papel higiénico, por cierto, que las marcas de dicho importantísimo elemento no se por qué, pero siempre se refieren a estas creaciones de la naturaleza: Floral, Jazmín, Rosal, etc. El hecho es que fui al supermercado pensando precisamente en regalarle unas flores a mi amada esposa y los ingredientes necesarios para mi famosa mermelada de durazno. Fue entonces cuando vi el espectáculo más extraño de toda mi vida: Un carrito lleno hasta el tope, pero no de comida, no, no, no, sino de papel tualé. Al instante me olvidé de aquellas flores que indefectíblemente se habrían de descomponer en el florero que adorna nuestra mesita de noche y me lancé a buscar uno de esos rollos.

Justo cuando lo agarré, saltó un señor muy malhumorado él, y al cual no había visto jamás por aquellos lares -y eso que voy todos los días-, con cara sería me interpeló alegando que esos rollos eran suyos. No podía ser. Algo estaba mal. No tenía más nada en su carrito ¿Sería acaso un comprador compulsivo?¿Estaría la gente comiendo papel a estas alturas de la escasez?¿O era un simple revendedor? En todo caso yo sí tenía mi objetivo claro, sabía que me llevaría mi rollo de papel aunque fuese lo último que hiciera.

Empecé por hacerme el loco, alegando que no sabía, que pensaba que era allí donde los estaban poniendo ahora. Luego pasé a otro estado de ánimo debido a la cara de pocos amigos del tipo. Llegué hasta la humillación de pedirle disculpas quién sabe por qué. Él ni se inmuto y por el contrario amenazaba con quitármelo por la fuerza. Fue entonces cuando emprendí mi carrera titánica por el super. En realidad nos parecíamos a Tom y Jerry pasando por los pasillos atestados de gente, esquivando al frutero, saltando por encima de los coches con sus niñitos dentro. Hasta que por fin volvimos por cuestiones del azar hasta la zona de las cajas y pudimos observar como la gente expropiaba su anteriormente repleto carrito de papeles higiénicos.

La gente sacaba, o mejor dicho, saqueaba ese carrito, como quien se arroja sobre los caramelos que caen de una piñata. El hombre se desmoronó como una galleta. Gritaba, zapateaba y se llevaba las manos a la cabeza al ver que cualquier esfuerzo por frenarlos habría de ser inútil. Así que lo consolé, le dije que me ayudara a pagar mi rollo y que luego lo dividiríamos a partes iguales. Pero no accedió y me pidió que me quedara con ese rollo, que ya no valía la pena. Así que me dio tanta lástima que se lo dejé a él y me vine a casa sin flores ni papel tualé.

Fue de esa manera como lo vi todo claro. Mi único motivo para vivir, mi razón de ser ontológica, milenaria y profética era esa: escribir el post más cojonudo de la historia, pero ¿Cómo poder hacerlo si mi cabeza la tengo que ocupar en otros asuntos, digamos más terrenales como la falta de papel tualé? Digamos que me faltaría alguien que supiese escribir las cosas como son, sin errores ortográficos o de redacción. También necesitaría un poco de dinero para pagar mi propia página web y esas cosas, así que por el momento me conformaré con este post y que la gente decida. Tal vez corra con suerte y me pase como el tipo ese que por estar ocupado en quitarme mi rollo de papel dejó su carrito solo y se lo saquearon. No se.

2 Comentarios

  1. La verdad me divertí leyéndolo es liviano pero interesante. Me gustaría leerte otra vez.

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