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“La Venezuela Inmortal – Viejas fotos”, la intolerancia y la inmadurez política

Qué grata coincidencia que el día que escribo este artículo, publican esa foto
se lee: «Viene Pérez Jiménez. Aprienten ese culito»

“La Venezuela Inmortal – Viejas fotos” es una página de facebook que está “dedicado a la buena fotografía de antaño, el recuerdo de la Venezuela Inmortal, la Venezuela que volverá. Dedicado a la memoria urbana nacional en distintas épocas, en especial los años 50 lo que hemos bautizado como «La Venezuela Inmortal».

Me gusta mucho la fotografía y la sigo desde hace más de un año. La verdad, a veces comparte algunas joyas, y en un país donde la memoria histórica no es tomada como un valor fundamental, yo no puedo sino celebrar este tipo de iniciativas.

La mayoría de las fotos que comparten son de la década de los cincuentas, donde, sin duda, se dio una de las mejores etapas arquitectónicas de Caracas, auspiciada por el dictador Marco Pérez Jiménez, digamos, que ese era su delirio, y durante los diez años que estuvo en el poder construyó edificaciones hermosas y emblemáticas, pero también persiguió y torturó a la disidencia, y un buen día, agarró un avión y se fue, dando paso a la era democrática en Venezuela.

Nada nuevo bajo el sol, un dictador con buen gusto arquitectónico. El hombre fuerte y su policía política invirtieron dinero en fundar la arquitectura moderna en Venezuela.

Una noche, antes de irme a dormir, revisaba mi facebook. Esa noche, un administrador de “La Venezuela inmortal” estaba compartiendo fotografías de presidentes venezolanos con Fidel Castro. Entiendo que Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez tienen su cuota de responsabilidad en la génesis del chavismo, pero no es precisamente haberse reunido con Fidel Castro su peor contribución, es un análisis demasiado simplista decir que “Ellos eran unos comunistas, ellos son los culpables del infierno que estamos viviendo, Pérez Jiménez jamás se hubiese reunido con Fidel Castro”. Entrecomillado, porque no lo dijeron, pero uno ata sus cabos.

Para hacer de un cuento largo, uno corto, pasó que “Venezuela Inmortal” publicó un estado pidiéndole sugerencias a sus seguidores, y por primera vez me animé a comentar, palabras más palabras menos, les dije algo como:

“A mí lo que me hace ruido, es que ustedes se promocionan como una página de fotorografía y cultura, pero son abiertamente perejimenistas”

Mi intención era entablar una discusión sobre el asunto de los “dictadores buenos” y los “dictadores malos”.

Pero nada de eso pasó. Fui bloqueada inmediatamente por la administración de “Venezuela Inmortal”. Ahora, puedo ver sus publicaciones pero no puedo comentarlas ni comentar en su muro, ni mandar mensajes a los administradores.

Aparentemente no soy la única bloqueada. Varias veces he visto mensajes como el que copio a continuación:

“Los comentarios relacionados con la política actual están siendo y serán borrados, persona que incurra varias veces en los mismos comentarios será bloqueada. Saludos”

Y en la descripción de la página dice:

“La Venezuela Inmortal se reserva el derecho de eliminar comentarios y bloquear usuarios que se consideren fuera de lugar y/o puedan atentar contra las políticas internas definidas por los administradores, sin necesidad de comunicación previa al usuario.”

Ok

No los he dejado de seguir, porque pienso etiquetarlos cada vez que comparta este artículo en mi muro.

Los administradores de “Venezuela Inmortal” pueden hacer lo que quieran.

Pero quiero tomar el hecho para comentar su actitud, y cómo este comportamiento contribuye al continuo fracaso de nuestro país.

1

El caudillismo es un mal que arrastramos desde la época de la colonia. Lo increíble es que en este momento, se esté añorando a un hombre fuerte que ponga orden. Lo increíble es que resulte siendo tan determinante actualmente en la política venezolana. En este deseo su unen, actualmente, chavistas y muchos, demasiados, opositores.

Un Militar que pusiera orden, estaba en la cabeza de muchos de los que votaron por Chávez en 1998 y ya sabemos cómo terminó esa historia. Hoy, 15 años después, con Chávez muerto y dejando a una gallina descabezada con un magno desastre económico en las manos, pareciera que no hemos entendido nada.

Para algunos, el problema es que Chávez era comunista (sic) (y es verdad, uno de los demagogos populistas que peor ha administrado al estado venezolano). Pero que si hubiese sido un tipo como Pérez Jiménez el cuento hubiese sido otro, estaríamos en el “paraíso” donde se puede dormir con las puertas abiertas.

Se trataría entonces de escoger a un hombre fuerte que ponga en una situación óptima al país para tener una vida tranquila. Si el tipo sirve y administra bien y tiene “buen gusto”, que se quede el tiempo quiera, total, estamos bien.

Para los amantes de las charreteras no es un precio muy alto, sacrificar la libertad de expresión, el derecho a disentir y la civilidad por tranquilidad y bienestar.

Los “con hambre y sin empleo, con Chávez me resteo” y a los añoradores de la “Venezuela Inmortal” se regodean en sus complejos no resueltos. Corta mira, absurdo, a parte, es bueno recordar la mortalidad de los seres humanos, y que es técnicamente imposible que un país o un proyecto dependan de “El hombre”, porque los hombres se mueren o se van a la Carlota un buen día y se largan en un avión.

Detrás de esto del “dictador bueno y el dictador malo”, detrás del ídolo religioso que nos quiere (y nos pegan), detrás de “la mano dura que necesita un pueblo”, se esconde un profundo desprecio por el venezolano. La certeza que somos unos inútiles incapaces de resolver nuestros problemas, que no podemos ser ciudadanos y vivir en una democracia moderna.

2

La inmadurez política del venezolano, es una situación compleja que merece varias lecturas especializadas. Pero se expresa cotidianamente en detalles que pasan inadvertidos. Como que la gente se autodenomine “chavista”, y después la oposición comenzó a rodar un escalofriante “caprilista”. En nuestras básicas y vacías campañas políticas (“Chávez, corazón del pueblo”). En nuestras discusiones cotidianas. En los insultos que nos lanzamos unos a otros (pitiyanky, burgues, chavestia, animal, toripollo, mariconsón) todos tan ridículos y patéticos, tan llenos de nada.

En la necesidad de escribir en mayúscula. En el analfabetismo funcional o falta de comprensión lectora que impide que los unos y los otros se entiendan.

En la incapacidad para argumentar una posición, de defender un punto de vista, de aceptar la opinión del otro. En la incapacidad para tolerar una crítica, en lo alarmantemente pobre que es nuestro sentido crítico ante nuestras circunstancias y ante el poder.

Por eso es que en este país hay tanto enclosetado, chavistas enclosetado, perejimenistas enclosetados, opositores enclosetados, no hay ni siquiera valentía intelectual para que se dé una buena discusión.

Esa inmadurez nos postra y nos inmoviliza, no hay evolución en las ideas.

Por eso estamos encarcelados en nuestra mentalidad colonial del siglo XIX.

Por eso se caen a golpes en la asamblea nacional.

Por eso bloquean a las personas en una página de facebook.

Así se fortalece la cultura del arrastrado, del sumiso, del irreflexivo.

3

Finalmente, este es un mensaje para los administradores de “Venezuela Inmortal – Viejas fotos”

Sigan vendiéndose como una página de fotografía y cultura en facebook. Sigan bloqueando gente, que con un conocimiento básico de historia de Venezuela, puede advertir sus segundas intenciones. Sigan en su closet. No discutan ni defiendan sus puntos de vista con quienes “hieren su sensibilidad”. Vayan cerrando su círculo de seguidores y depúrenlo con gente que los aplauda y los celebre. Sigan excluyendo a quienes les dicen cosas que a ustedes no les parece.

De hecho, creo que un Pérez Jiménez hoy, ya hubiese regulado el internet en Venezuela, y “Venezuela Inmortal“ sería la página con más seguidores en el país.

Sé que les emociona solo imaginarlo.

Entiendo que la democracia y la libertad es difícil de digerir, es un problema, y trae consecuencias.

Se van a sorprender con los que le voy a decir, así que primero siéntense:

Aquí en panfletonegro pueden abrir una cuenta sin costo y sin necesidad de permisos, y publicar una réplica a este artículo. Y nadie lo borrará o bloqueará la cuenta del usuario.

Y les explico cómo funciona las cosas en la internet:

El hecho de que yo escriba “La Venezuela Inmortal – Viejas fotos” en este post, hace que, inevitablemente, cuando los busquen en Google, este artículo aparezca por ahí.

Y no hay nada que puedan hacer al respecto.

Próxima entrega: El culto al hombre de la etiqueta

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