En Venezuela hoy está naciendo una nueva religión con el mandamiento de que hay que tomar partido para sacar ventaja y así no ganes nada únete porque sino te van a joder igual. Los mismos que por siglos promovieron arrancarnos nuestra espiritualidad ahora quieren devolvérnosla masticada digerida y cagada en una mierda que sinceramente no se entiende.
A la gente le gusta creer que vive un tiempo importante. Creíamos que los años de héroes, dioses y titanes se habían perdido pero nuestra alma recurre a ese recurso nuevamente luego de tantos años de no creer en nada y acumular vacío espiritual. Si el verdadero Dios murió pues creemos uno nuevo. Hasta los marxistas estrictamente ateos se suman a esto.
Pero no. No vivimos tiempos de héroes, no vivimos tiempos más o menos históricos que los que nos precedieron. No hay gigantes, ni mártires, ni cristos. Es sólo propaganda, hecha para que ese vanidoso ego tuyo y mío se despierte y diga yo pertenezco aquí, con los «buenos». Somos gregarios. En el fondo todo esto es pura biología.
Mis carencias espirituales las lleno yo mismo. Mi vida la hago rica y valedera yo mismo. No necesito ningún santo o capitán o comandante o su contraparte que de sentido al poco y terrible y grandioso tiempo que estoy aquí.
¡No me representan! Ni tú, ni nadie ni el otro. Estos tiempos son de decadencia de ver como lo que conocemos se transforma en algo más cruel y es el momento de mirarse uno y al que está más cerca de ti y de por favor no joder más a nadie. Ahí hay más satisfacción y plenitud que en los supremos y en los ungidos modernos.
Y en medio de toda esta esquizofrenia colectiva nadie ve el peligro cercano de la guerra.
