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La muerte como solución

domino

Este post es en respuesta del comentario de lenguaeniple, en el post Debate: ¿Quién gobernará en Venezuela? Lo hice así para no desviar el tema central del post, y porque la respuesta era muy larga:

No me gusta entrar en especulaciones como «Qué hubiera pasado si Gandhi se hubiera enfrentado al nazismo» o algo parecido. Los hechos históricos son eso, hechos, y cualquier especulación «qué hubiera pasado si» es sólo fantasía. Los acontecimientos suceden por un sinnúmero de causas, tratar de dar un «escenario posible» a un hecho histórico es, para mí, una pérdida de tiempo, nunca se llegará, ni por asomo, a algo cierto, porque simplemente es imaginación.

Y como prefiero irme a los hechos, y sin ánimo de repetirme pero creo que es necesario, tengo mis principios básicos al respecto:

Para matar a alguien se necesita de ira, de odio, sea la razón que fuere, así sea para hacer «justicia». El sentimiento motivador es inalterable: la aversión, uno de los tres «venenos» que generan el sufrimiento, los otros dos son el deseo vehemente y la ignorancia.

La ira genera sólo ira, el odio genera sólo odio, la violencia genera sólo violencia; es imposible que la ira, el odio, la violencia generen paz, armonía. Decir que a través de la ira, el odio y la violencia se genere paz, armonía, es un error que se ha cometido desde los inicios de la civilizaciones hasta el día de hoy.

Ese mismo error, de tratar de conseguir la «justicia» a través de la violencia, de la muerte, es lo que ha llevado a la debacle que tenemos ahora.

Quien mata a un asesino se convierte en asesino, se le iguala.

La violencia es la afirmación de nuestro ego a expensas de otro. La violencia hacia otro ser humano representa una negación de la fundamental solidaridad humana, ver al otro sólo como un objeto, una cosa, poniendo por encima nuestra satisfacción e interés personal.

La violencia es la máxima negación de una vida ética y espiritual.

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