Amuay: explosión roja rojita

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«No hagan de este evento un hecho noticioso» advirtió (¿amenazó veladamente?) a los periodistas el ministro de la defensa, dando a entender que tiene el poder para detener que se difunda información acerca del estallido de la principal refinería del país, de nuestro pobre país petrolero. El resto de los emisarios de Chávez han pedido encarecidamente que no se politice el tema, cuando no lanzan indirectas acerca del «beneficio» que Capriles espera sacar de esto o al presunto sabotaje terrorista-imperialista en época electoral.

Sin embargo, en ningún momento se ha hablado de establecer responsabilidades porque como señala Vinz en su artículo, de plano se descarta que haya habido un fallo en el mantenimiento de la refinería, dejando de lado cualquier posibilidad que no sea la casualidad o el sabotaje electorero.

¿Cómo no politizar la explosión de Amuay cuando PDVSA se ha convertido en un agente político? Parece que se nos olvida que lo del 11A empezó cuando los petroleros reclamaron que se acabara con la politización de nuestra industria y se promoviera la famosa «meritocracia», en aquella oportunidad se advirtió acerca de las posibles consecuencias de seguir por esa línea y finalmente 10 años más tarde estamos comprobando que los profetas del desastre tenían razón en sus reclamos.

Todas las instalaciones de PDVSA están forradas de propaganda roja, la comunicación oficial ha identificado plenamente a Chávez y su socialismo con la empresa, utilizando recursos de la misma para hacerle campaña, con sus empleados siempre a la vanguardia en las manifestaciones del presidente y financiando dentro y fuera del país las actividades del gobierno nacional. 

Rafael Ramírez, presidente de PDVSA y Ministro de Energía y Petróleo afirmó, hace años ya, que la empresa es «roja, rojita» añadiendo además que quién no se sintiera identificado con el proceso no tenía lugar en la industria. Eso ha sido en lo que han convertido a PDVSA, el brazo económico de la política de Chávez para bien o para mal. Ahora encuentro de mal gusto que ante este fracaso de la explosión de Amuay se nos pida a los venezolanos no politizar el tema. Lo lamento pero no puedo. 

Esto no significa que no me solidarice con las víctimas o que crea que la sociedad no deba unirse para ayudar en una desgracia de esta magnitud, significa que no podemos dejar pasar la oportunidad una vez más de exigirle a este gobierno responsabilidad y transparencia ante la tragedia. 

Por donde se mire esto es responsabilidad del gobierno, por un lado tenemos a Ramírez que como Ministro de Energía y Petróleo es responsable de supervisarse a sí mismo en su faceta de presidente de PDVSA, en criollo, se cobra y se da el vuelto. Siendo esto así no es secreto entonces que el gobierno está en completo control de la industria petrolera. ¿A quién le vamos a pedir cuentas si no es al gobierno?

Yo quisiera que se estableciera una comisión independiente, traída de fuera preferiblemente, que investigue hasta las últimas circunstancias lo que pasó en Amuay, no porque me quede duda acerca de la responsabilidad del gobierno pero me gustaría saber si fue un accidente, por qué ocurrió, si hubo error humano, de haberlo quién lo cometió, por qué no se detectó y si hay responsabilidad penal. Si fue sabotaje soy el primero en pedir cárcel para los saboteadores pero eso sí que los muestren en la televisión y digan quién está detrás del ataque: fueron fulano y mengano por órdenes de perencejo, todo esto sin testigos estrellas, por supuesto. Pero mi conclusión en este tema es que si fue un accidente, probablemente haya habido negligencia y si fue sabotaje, el gobierno es incapaz de garantizar la seguridad de su principal industria, en ambos casos queda en evidencia la incapacidad del presidente.

Quisiera además una evaluación del resto de las refinerías e instalaciones petroleras del país para determinar si existe algún riesgo de que se repita la tragedia de Amuay en otras partes de Venezuela. Pero nada de eso va suceder porque como me he cansado de decir en otros artículos, el gobierno no se hace responsable de nada aunque no le cuesta atribuirse los éxitos con los fracasos es otra historia, además a la oposición se le caerá la lengua pidiendo explicaciones sólo para ser acusados de oportunistas y traidores a la patria, mientras en las filas del chavismo se tragarán la explicación oficial con alegría como suele suceder. PDVSA sigue siendo la misma caja negra que era en la mal llamada cuarta república, la misma actitud que cuando ocurrió la tragedia de Tacoa, el mismo adequismo de siempre. 

Lo cierto del caso es que el país se nos viene abajo en nuestras narices y nadie tiene la culpa, nadie sabe nada y a veces pareciera que simplemente a nadie le importa que hayamos adoptado la destrucción como modus vivendi.

5 Comentarios

  1. Todos los artículos sobre este nuevo desastre que he leído en Panfleto están excelentes.

    #panfletonegro_is_on_fire (no pun intended)

  2. «Lo cierto del caso es que el país se nos viene abajo en nuestras narices y nadie tiene la culpa, nadie sabe nada y a veces pareciera que simplemente a nadie le importa que hayamos adoptado la destrucción como modus vivendi.»

    Eso

  3. A mi nadie me convence que fue falta de mantenimiento. En el memoria y cuenta del 2011 dice que se iban a realizar 9 paros programados de los cuales 6 NO se realizaron por falta de partes. MALDITO SEA EL GOBIERNO MIL VECES, una tragedia perfectamente evitable que sucedió por la desidia del gobierno y como siempre se quiere lavar las manos con lodo.

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