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La Victoria de Maldonado según Tirios y Troyanos


El podio de Pastor amerita una reflexión de largo aliento. Tendremos ocasión de profundizarla y desarrollarla por redes sociales, a consecuencia de la censura de los medios tradicionales, a un lado y otro del espectro.
Por lo pronto, solo adelantar un par de inquietudes. Primero, es una soberana tontería apelar al recurso de la teoría de la conspiración para desacreditar la victoria del criollo. El hombre ganó en buena lid, debemos reconocerlo y celebrarlo dentro de su contexto. Es un triunfo importante para nuestro país, sin duda, pero una gota en el agua dentro del estanque de la historia de la disciplina, donde apenas hemos emprendido el arranque. Ojalá se mantega la tendencia ascendente del hijo querido del estado Aragua.
Insisto, imposible el cuento de la trampa en Fórmula Uno.
Segundo, resulta lamentable la instrumentalización política y propagandística de la victoria del piloto, por parte de la aplastante hegemonía audiovisual del gobierno, de la revolución bonita. No me quiero ni imaginar la cantidad de información manipulada y basura, a desatarse desde hoy en los canales afectos al partido rojo rojito, con el fin de levantarle la imagen alicaída al presidente enfermo. Será una inyección de aliento para su carrera, aseguran los entendidos.
Por consiguiente, invitamos a la comunidad a meditar en torno a la impronta de ambos escenarios: el de la negación absurda y el de la reafirmación del modelo proselitista del proceso de cambios, a costa del terreno del deporte.
Aguardo por las opiniones de ustedes, estimados colegas.
Mis sinceras felicitaciones al «team» de Maldonado en España.
Justificado su apoyo privado y público. Prefiero dinero de PDVSA invertido en Pastor, a derrocharlo en cruzadas de persecución a la disidencia y destrucción de la memoria colectiva.

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