Universidades apolíticas

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Hace poco, se dijo que una profesora de la universidad Santa María fue despedida por llevar a Diego Arria a una clase. Se alegaba que por razones de proselitismo político. Esta noticia ha sido desmentida, luego confirmada, luego desmentida, hasta el punto de que ya se ha tornado bochornoso el asunto.

Pero no es eso de lo que va este articulo, sino de la política que practican ciertas universidades de censurar todo tipo de conversaciones y debates en torno a la política actual de Venezuela.

Y es que, ¿Cómo se va a seguir censurando la política como tema, si es uno de los temas primordiales de la vida de todo ser humano?, porque uno puede declararse como apolítico, pero incluso eso es una tendencia política. Nadie puede escapar del contexto histórico-social-económico en el que vivimos, en definitiva, nadie puede mantenerse al margen.

Queramos o no, ellos (El gobierno) dictan la dirección del país. No quisiera dirigir esto hacia si lo hacen bien o no, sino esa estúpida necesidad de censurar las conversaciones respecto a eso. Los profesores están en su deber de hablar sobre la gestión política, y pueden hacerlo con mayor o menor objetividad (Cosa, en mi opinión, imposible), ya que todos los que vivimos en este país sentimos las consecuencias de dicha gestión.

Lo que no se puede hacer es intentar poner una venda en los ojos y que uno no se pueda enterar de nada. Gracias al Internet, y medios de comunicación varios, uno puede informarse, si, pero esa información también debe impartirse en los centros educativos.

Ya basta de la farsa de universidades apolíticas, de sus inútiles y retrogradas medidas para mantenernos lo más alejados posibles de lo que ocurre en el país.

O si no, que alguien me diga cómo se imparte Historia de Venezuela sin hablar de Chávez. Es el deber de los profesores no callarse, y decir lo que tengan que decir respecto al gobierno, sea bueno o malo, deben decirlo.

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