Quisiera tocar un tema que a muchos les pudiera parecer irrelevante o de poca importancia comparado con otros temas de interés social y nacional, ello es la limpieza y el orden, empezando por los que deben haber en casa hasta los que deben haber en una ciudad.
Yo he tocado mucho el tema a nivel familiar, a nivel amistad grupal y hasta a nivel laboral, incluso una vez se dio un debate entre un grupo familiar, y surgieron muchas interesantes bifurcaciones, cada quien apelaba su punto de vista, parecer, opinión y experiencia, entre otras aristas.
Una vez leí que identificaban el caos y la suciedad como señales de pobreza y lo contrario como señales de prosperidad y bienestar, en mi caso particular debo decir que mi preferencia, gusto, agrado y lo deseable por el orden y la limpieza se afianzaron mucho desde el año 2007, año en que viaje a Europa y percibí lo limpio y ordenado de algunas ciudades, sobre todo Alemania y Suiza, y en Suiza yo me quedé como unos 15 días en casa de un amigo, el cual era muy ordenado y limpio en el cuidado en lo que se refiere a su casa, y allí sucedieron dos cosas, que me dí cuenta que era muy agradable el estar allí y percibir y ver todo en orden y limpio y la otra que me adapté a ese ambiente y aprendí a respetar esas reglas, las cuales de regreso a mi país, Venezuela, quise aplicar y poner en practica, y de allí empezó mi acción por implementar en mi casa orden y limpieza, en busca de esa misma sensación y percepción que sentí y viví estando en Europa.
Por una parte empezó esa implementación de orden y limpieza y esa sensación de bienestar y satisfacción, pero por otra, ya que no habito yo solo el lugar de convivencia, empezó un conflicto con los demás que no compartían ni comprendían mi visión y filosofía en cuanto a esa percepción y visión, donde yo defendía y trabajaba por establecer un orden y una limpieza y los demás lo empezaban a ver como un TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo o neurosis obsesivo-compulsiva).
Por lo que en este punto quizá sería prudente citar al Colegio Oficial de Psicólogos (http://www.cop.es/colegiados/MU00024/TOC.htm), según el cual las obsesiones se definen por:
(1) Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan, alguna vez durante la perturbación, como intrusivos e inapropiados, y causan marcada ansiedad o malestar.
(2) Los pensamientos, impulsos o imágenes no son simplemente preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida cotidiana.
(3) La persona intenta ignorar o suprimir tales pensamientos o impulsos o neutralizarlos con algún otro pensamiento o acción.
(4) La persona reconoce que los pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son un producto de su propia mente (no impuestos como ocurre en la inserción del pensamiento).
Y las compulsiones se definen por:
(1) Conductas repetitivas (por ejemplo, lavado de manos, orden, comprobación) o acciones mentales (por ejemplo, rezar, contar, repetir palabras en silencio) que la persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión, o de acuerdo con reglas que deben aplicarse rígidamente.
(2) Las conductas o acciones mentales están dirigidas a neutralizar o reducir el malestar o algún acontecimiento o situación temida; sin embargo, estas conductas o acciones mentales no están conectadas de forma realista con lo que están destinadas a neutralizar o prevenir, o son claramente excesivas.
También se destaca que las obsesiones o compulsiones producen marcado malestar; pérdida de tiempo (en general, el individuo emplea más de una hora diaria en ellas); o interfiere significativamente con la rutina habitual del individuo, con su actividad profesional, con sus actividades sociales o sus relaciones con los demás.
Y es interesante por otra parte destacar lo referente a los rituales compulsivos con obsesiones, los cuales se dan cuando el sujeto evita los estímulos que evocan el ritual, y podemos enumerar y diferenciar varios rituales además del de la limpieza y el orden, como lo son los siguientes:
A. Rituales de limpieza: se evitan posibles focos, reales o imaginarios, de suciedad o contaminación (pasar al lado de basura, delante de un hospital, al orinar) sintiendo posteriormente la necesidad de realizar complicados rituales de higiene y limpieza.
B. Rituales de repetición: pueden repetirse las más extrañas secuencias, por ejemplo, santiguarse siete veces, tener que repetir un determinado número ante un pensamiento, seguir una secuencia de números pares en cualquier situación.
C. Rituales de comprobación. Hay multitud de posibles comportamientos. En este sentido están los de comprobar repetidamente que se ha cerrado el gas, o la puerta; pero puede ir más lejos, como necesitar comprobar que no se han matado a la persona con la que se acaban de cruzar.
D. Rituales de acumulación: tienen dificultades para desprenderse de cualquier cosa y acumulan grandes cantidades de artilugios inservibles. Pasado un tiempo puede resultar imposible transitar por la casa.
E. Rituales de orden: todo ha de estar en el mismo lugar, posición, de mayor a menor,… notan incluso el mínimo cambio produciéndoles gran ansiedad lo que les ocupa muchísimo tiempo ordenando.
A partir de las anteriores definiciones, descripciones y diferenciaciones, quizá podríamos tener una base para discutir al respecto y considerarnos afectados por alguna de estas patologías.
Por lo que debo decir entonces, que no me considero un obsesivo-compulsivo del orden y la limpieza.
Sin embargo, profundizando más en el tema, esta preocupación (de orden y limpieza) que va seguida de una acción (ordenar y limpiar), va más allá de preocuparnos y ocuparnos, ya que es muy común que en un lugar donde convivan dos o más personas se presente el conflicto por el orden y la limpieza en dicho lugar, por lo general una de las dos personas es más ordenada y limpia que la otra, y eso puede ser comparado en los niveles de comportamiento y organización que tenga cada uno, hasta llegar al trastorno obsesivo-compulsivo, que es el nivel patológico; por otra parte se puede presentar también el caso de quien viviendo solo sea en extremo ordenado y limpio llegando a lo patológico y en el lado opuesto, están quienes viven dentro del caos, la suciedad y el desorden como estilo de vida, lo cual puede llegar desde luego una patología también.
Pero sin irnos a los extremos patológicos, el simple sentido común quizá nos indica que dentro de un sistema ordenado y limpio hay mayores ventajas y beneficios que en uno que no lo sea o que sea lo opuesto, las razones pudiéramos decir que son obvias, pues desde siempre la misma historia desde el Neolítico nos demuestra que una metodología donde se encuentra implícito el orden y la limpieza es más factible la posibilidad de éxito.
Si vemos la naturaleza exitosa, tiene un orden y una limpieza, las sociedades y las civilizaciones se han preocupado y ocupado desde siempre por esos dos factores, explicita o implícitamente, la ingeniería, la arquitectura, el urbanismo, nos hablan de “la ordenación del territorio en las grandes ciudades” (Ordenación del Territorio y Desarrollo Sostenible – José Aparicio y Enrique Rebollo) o del diseño urbano, el urbanismo, la planificación, el diseño, un país sin aceras, las ordenanzas que no ordenan, ordenar Los Roques y por dónde comenzar (Entorno Urbano 1999-2001 Unimet), y siempre se toca el tema del orden y la limpieza, ambos se hacen necesarios para tener o crear espacios exitosos, desde muchos puntos de vista, pero entre los más destacados el bienestar y el nivel de vida.
Creo que eso es lo que hay que entender y tratar de hacer entender, ¿Cómo? Pues yo diría que poniendo en práctica orden y limpieza y estableciendo reglas o más bien tratando de negociar reglas que a todos favorezcan y que eso sea palpable, un ejemplo muy frecuente es el de El metro de Caracas, donde otrora todo funcionaba bajo esas dos normas, en la actualidad diría que ambas se siguen manteniendo pero con un grado evidente y palpable de desmejora, sin embargo, seguimos manteniendo un orden y una limpieza dentro del sistema Metro y eso también es innegable.
Pero por otra parte, se ha ido desarrollando un fenómeno al que yo llamaría “orden y limpieza en casa, lo demás no me interesa”, porque cada vez más el ciudadano caraqueño tiende a ocuparse de mantener orden y limpieza en su hogar pero de esos limites hacia fuera pareciera no importarle, no interesarle y en muchos casos ya ni siquiera afectarle, pues salimos y no es nuestro problema el estado del edificio, el estado de la acera, es estado de la calle, el estado del alumbrado, etc., no nos ocupamos de recoger un papel en la calle, sea porque no es nuestro problema o porque pensamos que no aportamos nada recogiendo un papel cuando nos vamos a encontrar con muchos más en el camino y porque así como yo puedo recoger uno el otro tira dos; y he allí una actitud de dejadez y un pensamiento retrogrado al creer que solo manteniendo nuestra casa en orden y limpieza hacemos o aportamos lo que nos corresponde, cuando la realidad es que la ciudad en su totalidad es el entorno que nos corresponde y es donde debemos desarrollarnos como personas y ciudadanos.
El tema es para mi particularmente interesante, porque está relacionado con la psicología humana y la antropología, ya que orden y limpieza han sido desde siempre dos factores preponderantes y significativos en la existencia del ser humano y su entorno, sin embargo, dejaré mi escrito hasta este punto para no hacerlo largo en exceso, no vaya a ser que me acusen de sufrir un TOC por el análisis, el pensamiento y la escritura.
So What??