RCTV (2da. Parte)

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Por más inexorable que sea el suceso uno siempre espera a que ocurra para poder creerlo. Es así con la muerte y era así el domingo en la noche. Estaba viendo la tele, contando los minutos, activando la alarma y asomado a la ventana uniendo mi voz de protesta a las de los vecinos. Finalmente llegó la hora, a las doce salió del aire RCTV y, luego de unos segundos con la pantalla en negro, apareció el logo giratorio de la Televisora Venezolana Social (Tves), nombre más orwelliano no puede ser.
Por una parte lo de RCTV ha sido grandioso: la dignidad de sus trabajadores, y aunque no es santo de mi devoción, hay que decir que Marcel Granier también tuvo una actitud estoica. El domingo los venezolanos fuimos testigos de la dignidad y coraje de un grupo de trabajadores qué, enfrentándose al poder casi absoluto del gobierno, decidieron mantenerse de pie hasta el final. También vimos la dignidad y fuerza de los ciudadanos (la mayoría jóvenes), frente a CONATEL; reprimidos por las armas de la república, secuestradas por el régimen de Hugo Chávez.
Tves comenzó como era de esperarse: Lil Rodríguez hizo el discurso de apertura que en palabras de Milagros Socorro en El Nacional podríamos decir que echó mano “de muchos trucos para hilar retazos supuestamente poéticos para evadir el punto y la razón que la había llevado a esa posición. Ya es habitual que los funcionarios opten por un tono melifluo para encubrir errores y envolver hechos brutales en raptos de inspiración”. Posteriormente comenzó el musical de inauguración con una serie de arcaicos estereotipos, las caricaturas de nuestra cultura étnica, las ridículas y aguadas representaciones típicas, me refiero a esas bolserías que vimos con personas haciendo el baile de tambores, los diablos de Yare, el baile a San Juan y toda esa jodienda que se presentan todos los años en el Miss Venezuela. Luego vino el desfile del resentimiento, primero Román Chalbaud citando a Woody Allen y a Shakeapeare, olvidando los millones de millones que el estado Venezolano le dio para hacer sus películas durante la Cuarta República; Y OLVIDANDO TAMBIÉN QUE MESES DESPUÉS DEL CARACAZO RECIBIÓ DE MANOS DEL MISMÍSIMO CARLOS ANDRÉS PÉREZ EL PREMIO NACIONAL DE CINE. Cecilia Todd, Francisco Pacheco y otros cantantes excluidos interpretando música de arpa cuatro y maraca, nada de esa música Yankee del rock and roll o esa basura vulgar del hip-hop, todo clean, todo pulcro, todo bien republicano, tanto, que hasta pensé que George Bush iba a aparecer a declararle la guerra a algún país por atentar contra nuestra pura y antiséptica identidad. En el público estaban los otros militantes del resentimiento con Walter Martínez, Pedro Soto (el mismo que en la Asamblea Nacional se burló de la vagina de las mujeres e hizo referencia a lo sabroso que es chuparle el clítoris a una dama), Nelson Paredes, Simón Pestana, Henry Galué, Pedro Lander, Eduardo Gadea Pérez (compartiendo con unos títeres los valores del socialismo), la chama de amores de barrio adentro, el bobolongo de Ricostilla y otros más que ahora no recuerdo. Cada palabrilla en vivo, del Presidente del TTC, de Mariano Alí un periodista que nadie conocía; eran seguidas por un videito que nos mostraba la excelente programación qué, en diferentes áreas, nos ofrecerá Tves. Pude distinguir la miniserie sobre Bolívar con José Vieira, Leo el león una moralizante comiquita gringa, un show de títeres, una vieja sembrando matas (no de marihuana claro está), imágenes de ríos, de cielos, de tierras: imágenes de paz, situaciones idílicas para dopar al Venezolano y no enfrentarlo con la cruda realidad que está allá, a la vuelta de la esquina… …En fin, la peace and love, que tanto gusta mostrar el gobierno en televisión mientras compra aviones y fusiles y los prueba en cadena nacional a pleno mediodía y a la vista de los niños niñas y adolescentes que supuestamente se trata de proteger y que no cuenta con la supervisión de sus padres, madres, representantes o responsables y toda esa palabrería de la Ley Resorte. O como ocurrió el domingo, por un lado las imágenes bonitas de Tves y por el otro el plomo parejo de la PM frente a RCTV.
Pero el momento cumbre fue cuando un trío de deportistas se presentaron y primero nos echaron el cuento de siempre, el de los cuarenta años en los cuales “nunca se apoyó al deporte Venezolano, y los medios nunca nos dieron sostén bla, bla, bla…”. Pero luego vino el anuncio “Y este año, la copaaaaaaaa Améééééééééricaáaaaaaaaaaa”. Esta fue la frase más repetida por los (des)animadores, por los invitados, por los presentes. La promesa de la copa América se convirtió en la promesa de un premio, en la promesa de una evasión, en la cocaína que le darán a un adicto si se queda tranquilo y accede a lo que el dealer le esta pidiendo. Ese fue el punto de la transmisión del domingo, la promesa paternalista de asilamiento: no se preocupen ya no tendrán que verle la cara a la cruda realidad nosotros los mantendremos entretenidos y dopados mientras el país se termina de caer a pedazos. Y no es que esté desestimando tan importante torneo, y la importancia de que se celebrará en Venezuela, pero es que la malicia de quienes salieron a ofrecernos la Copa América como el emperador que le ofrecía carne a los romanos antes de empezar la locura en el coliseo, me pareció demasiada; se le veían en los ojos la tranquilidad de los gobernantes que saben que sus gobernados se olvidarán pronto del abuso y volverán a sus vidas mientras ellos hacen y deshacen a discreción.
Sin embargo a nadie pareció convencerle este vulgar ofrecimiento de escapatoria; ni Lil Rodríguez lucía convencida en la rueda de prensa que ayer daba con motivo del primer día de Tves. Ayer, las imágenes de unos tipos esquiando, las imágenes de unos viejos y desfasados documentales, el mediocre programa humorístico que colocaron a la misma hora de Radio Rochela y el tragicómico noticiero que transmitieron en la noche, no solo no tuvieron rating: fueron tan malos que ni el gobierno se atrevió a dar la cara por ellos. La respuesta fue un país ardiendo. Venezuela se unió a una gigantesca jornada de protesta: Valencia, Anzoátegui, Margarita, Zulia, Maracay y Caracas, fueron algunas de las ciudades y estados donde los estudiantes, enfrentando a la fuerza de la policía y la Guardia Nacional, salieron a protestar valientemente contra el ultraje al que fuimos sometidos.
Quiero hacer una mención especial a San Antonio de los Altos, mi ciudad: por primera vez vi las calles de San Antonio plagadas de estudiantes provenientes de los liceos Luis Eduardo Egui Arocha, Boris Bocio y estudiantes universitarios que viven en San Antonio pero estudian en Caracas.
Eran casi las ocho de la noche cuando todavía las calles de mi ciudad estaban tomadas por los estudiantes a los que se les unieron los vecinos. Lo digo en serio, cuando vi con mis propios ojos el elevado, la Avenida Perimetral, y la redoma de San Antonio llena de estudiantes me sentí absolutamente emocionado. Nunca, jamás, los estudiantes habían salido de esa manera a las calles; esta ciudad, que siempre fue apática en las luchas políticas de Venezuela ayer estaba sencillamente alzada.
La coronación de toda esta jornada de la infamia la hemos visto en horas de la tarde de ayer cuando el José Luís Rodríguez de la política, entiéndase William Lara, apareció ante las cámaras para denunciar el nanogésimo magnicidio contra el Presidente Chávez. Con su vocecita engolada y sus ademanes de galancete en decadencia el ministro nos contó como Globovisión manipuló imágenes qué, según un sesudo semiólogo pudo determinar, incitan al asesinato de nuestro eterno gobernante. Daría para echar una risita, sobre todo tomando en cuenta que esta vez el engolado funcionario hasta cantó un versito de Rubén Blades lo que devino en la carcajada general de los periodistas presentes en la rueda de prensa, pero no es para reírse, esta denuncia puede ser el inicio de la cacería contra Globovisión el único canal independiente que todavía existe en Venezuela.
Hago la pregunta de siempre: ¿LO VAMOS A PERMITIR?

La dignidad de unos Venezolanos:

La represión de un gobierno:

La estética populista en pleno: Tves, el canal para calmar a los Venezolanos y aislarlos de la realidad:

John Manuel Silva

4 Comentarios

  1. coooooppaaaaaa ameeeeericaaaaaaaaa…

    …y venezuela sera campeon. como argentina en el 78.

    O.

  2. 01:54 PM Caracas.- El ex director de la Televisora Venezolana Social (TVes), Esteban Trapiello, habló de todos los problemas que considera hay dentro del actual canal 2. Indicó que como nadie pensaba en realidad que el gobierno le quitaría la concesión a Radio Caracas Televisión (RCTV) la improvisación marcó el nacimiento de la televisora.

    Indicó que quienes estuvieron a cargo del nacimiento del canal fue un grupo de académicos «que no saben ver televisión y por eso menos iban a saber cómo hacer televisión».

    «Fueron preparando a última hora lo que hoy tenemos, el adefesio que es TVes, el Presidente y su equipo de gobierno el 11 de mayo firmó un decreto que ha sido violado por todos los ejecutivos del canal, y fue mayormente violado por la doctora María Alejandra Díaz, hoy consultora jurídica de Venezolana de Televisión».

    Señaló que tanto Venezolana de Televisión (VTV) como la Televisora Venezolana Social (TVes) son patrimonio de los venezolanos por lo que «ningún ejecutivo nombrado a dedo puede decirle a la gente que ellos mandan ahí porque sí».

    Dijo que el decreto presidencial ha sido violado porque se han desviado las funciones del canal que debería ser de servicio público «en un país que es nacionalista, progresista y socialista».

    «Cuando se hacían las reuniones para visualizar la parrilla que se colocaría en TVes muchos salíamos optimistas creyendo que los reguladores de turno cumplirían con su función pero esos reguladores de turno hoy son prestadores de servicio y no cumplen con la ley que ellos obligaron a los demás canales a cumplir», dijo.

    Señaló que «nada» de la Ley de Responsabilidad Social se cumple ni en VTV ni en TVes. Indicó que para empezar el 80 por ciento de la parrilla transmitida en TVes es internacional y no de producción nacional. Novelas argentinas y peruanas ocupan los horarios estelares, y la comiquitas matutinas son «enlatados» traducidos con acento mexicano.

    «Dos millones de dólares fueron pagados por Pdvsa para la compra de material extranjero y en Venezuela TVes le pagaba a Pdvsa por cuñas publicitarias por su valor al cambio oficial, eso está prohibido en la ley, no se puede comprar material extranjero, no soy abogado pero eso es malversación de fondos y eso merece no sólo una sanción moral sino penal», recalcó.

    Señaló que si la primera presidenta de TVes, Lil Rodríguez, sabía que no podía manejar una televisora como TVes debió decírlo el día que en el Teatro Teresa Carreño el Presidente le encomendó la labor.

    Trapiello enumeró otras muchas irregularidades en el canal, una larga lista que va desde actos de corrupción por la compra de programación hecha con contratos «de tan solo tres páginas» y con un costo superior a lo que estipula el mercado, hasta el desconocimiento de parte de la directiva de la hora en la que se transmitían la programación comprada.

    Dijo que aunque desde un principio se habló de que TVes no dependería del raiting, el número 0.1 que correspondía a la televisora siempre influyó para los cambios de programación.

    Trapiello le dijo al presidente Hugo Chávez que el problema comunicacional no lo va a encontrar en los otras televisoras sino en las del Estado.

    Ocarina Espinoza
    EL UNIVERSAL

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