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Mi Vida Por Sharon y WTC: dos torres caídas

34615.jpgMi Vida por Sharon.
Dir: Carlos Azpúrua.
Intérpretes: Mimí Lazo y Carlos Mata.

El teatro de variedades faranduleras ataca al cine nacional, después de hacer estragos en la tele y viceversa. De hecho, el guión de Mi Vida Por Sharon fue escrito por la pluma demagógica de la libretista de El Aplauso Va Por dentro, Mónica Montañés, autora a su vez de la no menos chabacana, Voltea pa’ que te enamores, cuyo feminismo de autoayuda y baja definición vuelve a encasillarse en la figura de Mimí Lazo, tanto para la novela de marras como para el tercer largometraje de Carlos Azpúrua.

Si a ello sumamos la participación del galán otoñal Carlos Mata, el resultado no será muy diferente al de una segunda parte de Borrón y Cuenta Nueva,tras la crisis del paro.

Verbigracia, el plot de la movie narra las desventuras amorosas y existenciales de un “típico macho criollo”, quien ha perdido el trabajo, su pareja, su joven amante y para rematar, su camioneta en medio de un Secuestro Express de caricatura, todo con fuertes reminiscencias al acabado estético de criolladas recientes como Mi Mujer es la Que Manda. Una bizantina guerra de los sexos, lastrada por la rivalidad pueril de Aprieta y Gana. Esto es, el choque del matriarcado versus el patriarcado, a punta de las armas viscerales de Sábado Sensacional.

El tono superficial de esta comedia se intentará balancear con un comentario social de carácter politiquero, en el que se hará alusión al consabido problema de la polarización actual. Lastimosamente, el mensaje clasista del film será igual de profundo que el subtexto de Amores de Barrio Adentro(incluso, el esterotipado retrato de los malandros tendrá enormes connotaciones racistas y etnocéntricas).

Por ello, la habitual vena ideológica de Carlos Azpúrua pasará casi desapercibida por el metraje de Mi Vida Por Sharon. En dos platos,la película menos comprometida y comprometedora de su carrera, al margen de su tímida crítica al materialismo histérico de la clase media. Esta huida al mundo feliz del humor revela, en definitiva, la alegría roja rojita que embarga al cineasta por ahora…

Las Torres Gemelas.
Dir: Oliver Stone.
Intérpretes:Nicolas Cage y Michael Pena.

Aquí Stone quiere hacer las paces con América y con los suyos, al rendirle tributo a “los héroes” del 11 de septiembre, sin entrar en mayores complejidades y polémicas. De lo que se trata es de narrar la tragedia de dos buenos policías que quedan atrapados entre los escombros de la zona cero,mientras cumplían con su deber de rescatar vidas humanas en las Torres Gemelas.

A diferencia de las películas duras del director, WTC se ciñe al relato oficial de los hechos, desde un enfoque tan epidérmico como melodramático, oponiendo el sentimentalismo al análisis de contexto. De tal modo, la cinta decepcionará a los incondicionales del autor, acostumbrados a sus incómodas pero enriquecedoras teorías de complot, sustentadas en largometrajes como JFK, Salvador y Nixon.

Muy por el contrario, la pieza que protagoniza Nicolas Cage evita cualquier razonamiento conspirativo, para situarse mejor en el mismo terreno de los trabajos menos implacables del realizador , caso de Any Given Sunday , todo lo cual no busca sino restablecer el contacto de Mister Oliver con el gran público, a raíz de su debacle en la estrepitosa Alexander,acompañada por la también anómala, Comandante.

A la luz de estos eventos, su nueva Paramount Picture adopta la forma de un telefilm a la manera de una clásica Hallmark Movie, en donde las familias de las víctimas y los chantajes lacrimógenos acaparan la atención de la fotografía crística, presta a santificar a los mártires de la partida, en comunión con la musiquita cursilona de fondo.

Siempre a la espera de un milagro, de una salvación imposible o de un final feliz, los ingenuos personajes de la trama encarnan, a la perfección, el sentido y el sentimiento último de una obra aparentemente cándida e inocente, como la versión Disney de un suceso terrorista.

Al igual que Vuelo 93, WTC es una reconstrucción Hollywoodense que lejos de aclarar, oculta bajo una fachada de tolerancia racial,amor al prójimo y corrección política .Es el cine en la era del rearme moral, con un Stone más conservador que nunca.

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