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Poemas Distópicos#5: Generación X, Milenios y Selfies

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Crecí en la X, era del más allá del no futuro
Sentimiento Muerto, Nirvana, Megadeth, Trip Hop, Gangsta Rap
El pánico finisecular
La hecatombe
El Y2K
El vacío, la transparencia del mal, la cultura del derroche y la banalidad
Los Bobos en el edén
La hoguera de las vanidades
La broma infinita
El fin de la historia
Fukuyama contra el mundo
Lynch, Tarantino, Kitano, Almodóvar, Ripstein y Cronenberg
Baudrillard, Lipovetsky, Ventos, Negroponte, Virilio y Jameson
Por estas Calles, Radio Rochela, el Show de Joselo
Cabrujas y Martínez
Luego vino el “nuevo” siglo, el XXI
Fue un cambio gatopardiano
La nada y la nausea seguían ahí, pero con etiquetas y nombres distintos
Los yuppies y los hippies se cruzaron para engendrar a los hipsters
La tecnología saturó el espacio, lo atomizó y lo envolvió en una atmósfera de gas metano
Recrudeció el individualismo para mal en las redes sociales
El viejo show del ego, reservado para unos pocos, se democratizó de forma populista, devaluando al espectáculo de sí mismo
El terrorismo surgió como la excusa perfecta para acribillar nuestras libertades y derechos
Es un círculo vicioso, una conspiración, alentada por sus victimarios y víctimas
Cayeron torres, símbolos, tiranías, mercados bursátiles, experimentos fallidos de socialismo y capitalismo
Ningún modelo, ninguna idea, ningún concepto quedó en pie
Vivimos en el después del derrumbe, de la erosión, de la distopía
Vigilados por el panóptico global y dominados por el gobierno universal de los expertos
Los señores de la mesa redonda, los del club, los del consejo de seguridad, los del G8, lo de Bruselas, los de la Troika, los de las mafias de la izquierda y la derecha
Sin destino preciso, caminamos como zombies en piloto automático
Así deambula la cultura, la política, la noción de estado, los restos de una civilización perdida
Los milenios conquistaron el mundo, los creamos en laboratorio y nos embaucaron con sus paraísos artificiales
Alienados por la promesa de la juventud eterna, pretendemos conjurar el fantasma de la inevitable extinción
A lo que antes llamaban X, y que después estamparon con el sello de Apple en la frente, hoy le “colocan”, como dicen los cajeros de banco, la marca del Zorro
Ahora somos los Zetas, que solo degollamos o nos autodegollamos para satisfacer el placer morboso de las pantallas
Control digital de la población con rostro de campaña publicitaria de guerrilla
¿Alternativas, alternativos?
Esperen poco de los disidentes, porque también fueron comprados y se dejaron vender
Abolida la condición humana, el planeta es el libro de la selva, un pelo infantil como la Disney, un tanto demagógico como las pelis de Vengadores de la Marvel
Y macabro y cruel y contaminado y al borde del estallido
Conténganse usted en su burbuja, mientras el diluvio nos termina de arrastrar por el abismo

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