¿Emigrar o no emigrar?

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Fuente: Instagram @cueroyalma

¿Emigrar o no emigrar?

Venezuela no es un país fácil, los desafíos del día a día nos obligan a pensar sobre lo dañina que se ha vuelto la rutina del venezolano, lo desagradable, lo injustificable, lo repudiable que es toda la situación. Todos los días pensamos en ello hasta que se vuelve agotador y hasta doloroso. Luego ¿Qué sigue? Aquí es donde nos encontramos casi siempre con dos opciones:

  1. Despotricar la situación, no aguantar más y querer irse.
  2. Despotricar la situación, no aguantar más y… ¿Querer quedarse?

Si ud escoge la opción 1 probablemente ud sea tildado de racional, por supuesto, es que es totalmente racional. ¿Quién puede “aguantarse” algo así?

Si ud escoge la opción 2 probablemente ud sea tildado de loco, masoquista, necio, tarado, etc.

Y se han preguntado ¿Por qué usted o alguien más escogería la opción 2?

¿Por qué?

Falsas razones: Por “amor a la patria”. Porque “no tengo dólares”. Porque “yo nací aquí”. Porque “afuera los latinos son maltratados”. Porque “es mucho más difícil empezar de cero”. Porque “no sé hablar otro idioma”. Porque “mi familia está aquí”. Porque “yo me abstraigo de la política”. Porque “yo vivo bien aquí”. Porque “no quiero pasar roncha en otro país”. Porque “Venezuela es bella”. Y mil “razones” más…

No todo el que permanece en su país piensa estas taradeces. (Aunque hay quienes se apoyan de esas razones y algunas son aceptables)

Hay quienes sencillamente visualizan su vida en este país y no en otro. Por equis razón, pueden haber miles.

¿Que hay más cosas negativas que positivas en Venezuela? Seguramente. Pero no todos viven las mismas desgracias y fortunas, ni en las mismas magnitudes. Y hay quienes han sabido superar las desgracias y seguir adelante, hay quienes no y es totalmente aceptable, todos tenemos el derecho de sentirnos como queramos o podamos.

Un estudiante bachiller que desea con anhelo ingresar a una universidad venezolana, una pareja que anhela casarse, un joven universitario que desea trabajar en una importante empresa, una mujer que desea ser madre. Mil historias.

¿Qué hacemos con estos sueños? ¿Les decimos que en Venezuela no son posibles, verdad? Les decimos que no sean ingenuos, que se pongan las pilas, que aquí no van a lograr nada de eso.

No. No es aceptable que las personas que se sienten frustradas con su país deseen transmitirte (conscientes o no) la misma visión oscura de país y el deseo de salir de tanta oscuridad, de ese hoyo país… de ese “hoyo” que te aportó todo lo que hoy eres.

Te aseguran que lo que debes hacer es abandonar ese espacio que conoces de toda la vida, donde se formó tu cultura, tu red de compañeros de vida, tu identidad, tu educación, tus ideales, etc. Ese mismo espacio se ve ultrajado cada vez que te mencionan que debes salir de allí cuanto antes, cual prisión o cuarto de tortura. Que si es posible cuando lo abandones también le prendas fuego.

Un país no es un pantano gobernado por alguien y ya, aunque a veces lo veamos así.

¿Nos sentimos frustrados por lo que pasa en el país? Sí. Pero no tenemos derecho de decirle a otro lo que tiene que hacer, mucho menos que abandone la partida.

Si sabemos que hay injusticias diarias, si recibimos noticias desagradables constantemente, y la estadía se hace un poco dolorosa, amigo, no la haga más dolorosa para el que sigue allí y cuya opción no es irse.

Mi recomendación: absténgase un poco de poner el dedo en la llaga. Trate de hacer un poquito más amena la estadía, y busquemos un poco más de resiliencia en vez de darnos por vencidos. Use humor negro si quiere, no digo que no, mucho menos obviar la situación y hacernos los locos ante todo. Habrá también que protestar y reclamar justicia, que bastante nos hace falta.

Si irremediablemente usted confía que emigrar es la solución primero pregúntele al otro si también cree lo mismo, no le imponga esta tajante “solución”.

Y por último, si usted confía que cualquier otro país es una joya comparado con el suyo, les dejo un diálogo (con un poco de humor negro y reduccionismo precisamente) que escuché en el metro de Caracas entre dos jóvenes, y analícelo como mejor prefieran:

-Chamo, y tú tienes el pasaporte y tienes cómo irte ¡Imagínate! ¿Qué estás esperando para irte?

-Es que si tu te pones a ver, vas a encontrar la misma mierda en todos lados sólo que en diferentes idiomas.

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