El daño que hace(mos) los pacíficos

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Creo que la mayoría de nosotros, en el fondo, somos pacíficos, no queremos la violencia… Quizá los realmente violentos y guerreristas sean muy pocos, pero al parecer esa mayoría pacífica hace más daño que beneficio.

En la Alemania nazi, eran muy pocos en realidad los que se podían considerar nazis, el resto de la población estaba muy agradecido por la devolución del orgullo alemán, y la gran mayoría estaba despreocupada, y por dejar llevar permitieron que los muy pocos nazis tomaran el control absoluto de todo, cuando se dieron cuenta ya era muy tarde.

Creo que los musulmanes fanáticos son realmente muy pocos, el resto muy probablemente querrán vivir en paz. Son los fanáticos los que dominan el Islam, los que producen las guerras, son los que masacran cristianos en África, son los fanáticos los que atacan y matan monjes budistas en Tailandia, son los fanáticos musulmanes los que incitan a los jóvenes a ser terroristas suicidas.

En la Rusia comunista, quizá la mayoría de los rusos eran pacíficos, pero fueron los comunistas del gobierno ruso, que eran muy pocos, quienes asesinaron unas 50 millones de personas.

En la China comunista quizá la gran mayoría de la población era pacífica, pero los comunistas del gobierno chino mataron unas 70 millones de personas.

El japonés promedio en la época de la Primera y Segunda Guerra mundial era pacífico, pero fueron unos pocos japoneses quienes asesinaron y masacraron sistemáticamente a unos 12 millones de chinos.

Los pacíficos somos irrelevantes por nuestro silencio. Los pacíficos han permitido, con su silencio, los desmanes de los nazis, de los comunistas rusos, de los comunistas chinos, de los japoneses contra los chinos. Porque en su silencio no se pronunciaron, no hicieron nada, hasta que fue demasiado tarde.

Nosotros, los pacíficos, que somos mayoría, nos hemos convertido en una mayoría silenciosa, intimidada e imperceptible, en simples espectadores, mientras los fanáticos que están en el poder controlan nuestras creencias, nuestra economía, y hasta nuestras vidas.

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Mido un metro setenta y cinco. Tengo una docena de libros. En mi cuarto hay un altarcito con un Buda. Me gusta el color azul. A veces me despierto alunado. Prefiero los gatos a los perros, porque no existen gatos policías. Soy de acuario, pelo negro. No colecciono nada, guardo la ropa ordenada. Me aburro en las fiestas y soy de pocos amigos. Tengo los ojos color café tostao. Dicen que soy bueno, aunque no sea bautizado, y aún no me llevan las brujas. Nací a las siete y media de la mañana. No creo en ovnis ni en zombies (pero de que vuelan, vuelan). Uso prendas talla "m". Prefiero quedarme en silencio. Duermo del lado derecho y con franela si hace frío. De la vida yo me río, porque no saldré vivo de ella. No uso saco ni corbata, ni me gusta el protocolo. Estoy en buena compañía, pero sé cuidarme solo. No me complico mucho, no me estanco, el que quiera celeste, que mezcle azul y blanco. No tengo adicciones, mas que de leer y estar solo. Antes creía que no tenía miedos, hasta que vi la muerte a milímetros. No me creo ningún macho y soy abstemio, aunque si hay una buena compañía y un vinito se me olvida esto último. Prefiero más a los animales que a la gente. No tengo abolengo y dudo mucho que tendré herencia. Tengo una rodilla que a veces me fastidia. Tengo cosquillas, no las diré hasta que las descubras. No traiciono a mis principios, que son cinco. Me gusta ser muy sincero, por eso no hablo mucho. (Inspirado en una canción del Cuarteto de Nos)

9 Comentarios

  1. No comparto tu convicción de que la Humanidad en su mayoría es pacifista, Renji, si el Hombre ha demostrado en innumerables oportunidades el placer que le proporciona el sufrimiento ajeno. El hombre es el lobo del hombre.

    Eso en primera. En segunda, en Alemania la gente sabía bien por lo que votaba. Por un partido racista que proponía nada menos que el convertir a los judíos en ciudadanos de segunda clase (esto es lo que conocía el alemán ordinario, no se olvide de que los nazis ocultaron la parte más oscura de su «solución final») y que tenía una fuerza paramilitar que causaba disturbios. Más de lo mismo con los que votaban por el Partido Comunista que propugnaba la eliminación de la burguesía y la dictadura del proletariado. Entre nazis y comunistas sumaban, en la última elección libre que se hizo en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial, el 56% de los votos.

    Tampoco creo como pacifistas a los creyentes de una religión cuyo libro sagrado tiene frases como ésta:

    «Matadles donde deis con ellos, y expulsadles de donde os hayan expulsado. Tentar es más grave que matar. No combatáis contra ellos junto a la Mezquita Sagrada, a no ser que os ataquen allí. Así que, si combaten contra vosotros, matadles: ésa es la retribución de los infieles.»

    «A quienes no crean, ni su hacienda ni sus hijos les servirán de nada frente a Alá. Ésos servirán de combustible para el Fuego.»

    Y después hablan de las Cruzadas y del miedo al infierno usado por algunos -no todos- predicadores cristianos…

  2. Si bien es cierto que el hombre ha demostrado placer al infligir sufrimiento en otros seres, no creo que sea la mayoría. ¿La mayoría de los venezolanos somos crueles, nos gusta ver el sufrimiento en otros seres? Lo dudo muchísimo.

    Sé que luego que cayó el nazismo muchos se dieron cuenta del horror que habían apoyado. Pero en fin, sólo reflexioné luego de un escrito de un sobreviviente de un campo de concentración que leí hace mucho, no recuerdo bien quién.

    El punto central del post es que quizá por culpa de nosotros los pacifistas, por no querer participar, a excepción de algunos, es que se han permitido los desmanes en la historia.

  3. @Carlos LB: No estoy de acuerdo contigo, y he presentado pruebas de por qué creo (además del apoyo popular que siempre han tenido las guerras) que el hombre es por naturaleza violento, y por ende, es el lobo del hombre.

  4. El detalle es que el caos siempre ha dominado la mera existencia del hombre, nos imaginamos como seres superiores y en otro nivel, por el simple hecho de que tenemos consciencia de nosotros mismos y poseemos un intelecto que nos ha permitido avanzar frente a otras especies en nuestro planeta. Pero la realidad es que nuestra esencia es en sí, violenta, nosotros como especie, nacimos y vivimos en el miedo, pues no eramos quienes dominaban la tierra, y ese miedo se transformó en agresión, así fué como evolucionamos de presa a predador; el detalle fué que en cierto momento de nuestra historia llegaron los convencionalismos sociales, que no son más que un conjunto de normas auto-impuestas que sino todos, al menos la mayoría en algún lugar determinado considera «correcto», ejemplo de éstos son la moda, la monogamia, el matrimonio, las leyes, etc.

    Y es en éste convencionalismo donde la violencia, o más específicamente el homicidio (la guerra), dejó de ser un factor históricamente necesario, como lo fué la ley del talión «ojo por ojo, diente por diente» y entraron en juego elementos «evolucionados» donde el raciocinio, en principio, debe imperar por encima de cualquier cosa.

    Así, nuestros primeros líderes, los «más fuertes de las Tribus» dejaron de ser seguidos para considerar «al más inteligente, al más apto» como el neo-lider. Y ésto efectivamente nos ha permitido avanzar como sociedad, pues sino no hubiesemos llegado aquí tal y como estamos, PERO, no podemos negar que está escrito en nuestros genes seguir al más fuerte porque éso nos mantuvo vivos por muchísimo tiempo, y entiéndase «seguir» no solo activa, sino tambien pasivamente con la sumisión o la ignorancia. Pero todo ésto es, porque aunque tengamos miles de años pisando ésta tierra, aún somos una raza jóven si nos comparamos con lo que lleva de vida nuestro universo, y nos queda mucho por aprender, aún así, las circunstancias tal y como lo son hoy en día, «el más fuerte» no tiene cabida en ésta sociedad sino sólo y exclusivamente cuando «otro más fuerte», que tampoco tiene cabida, pretende imponer su ley a la antigüa.

    Por lo que en conclusión, el hombre no nació siendo agresivo, pero muy rápidamente de su nacimiento aprendió que la agresividad podía mantenerte vivo a tí y a tu familia, y hoy, que no necesitamos más esa agresividad (más que contra nosotros mismos como dice Carlos LB «el hombre es el lobo del hombre», ésto pasó a ser un concepto obsoleto, pero que como a cualquier niño, nos forjó y se quedó grabado en nuestro ser. Por ahora no podemos desprendernos de ello, pero si los neo-líderes juegan sus cartas bien, nos sobrepondremos, de lo contrario, nos volveremos a la completa y absoluta anarquía.

  5. Me gusta esta reflexión de la indiferencia ante la injusticia y la falta de ética en las acciones de muchos. Pero creo que hay una confusion en la definiciones de la palabra, pacifista es aquel que busca la paz, mas no implica que sea conformista o indiferente. A lo cual creo que haces más referencia en tu artículo. Muchos se hacen y se hicieron los indiferentes ante todas las guerras o injusticias de la historia, tanto internamente en los países como a nivel internacional. Pero lo que reclamas es la falta de acción en las personas que se sienten ajenas a los sucesos que atañen su dia a dia. Espero que sea a lo que te refieres y no la otra posible interpretación de que estamos en una guerra y la paz o el pacifista no tiene cabida en ella. Las guerras no dan las libertades que buscamos solo cambian a los gobernantes por otros que no siempre son para mejor. Siempre quedo de acuerdo en el llamado a la acción pero no pienso que la palabra pacifista pueda describir a la población a la que te refieres.

  6. @Miguel: Creo que hay una línea muy delgada y difusa entre el pacifista y el indiferente. Desde luego hay pacifistas de excepción, como un Gandhi, pero es eso, excepción. No digo que usemos la violencia, ya que estoy en contra de ella, pero que ese pacifismo no se traduzca en indiferencia, que como digo, la diferencia es muy difusa.

  7. Perdona, pero has cometido un error básico. Dónde protesto y alzó la voz contra la violencia la mayoría de la gente de las naciones que citas? Dónde marcharon masivamente contra la violencia? Dónde se negaron al servicio militar y se hicieron arrestar y condenar? Dónde hicieron desobediencia civil masiva? Dónde se negaron masiva y públicamente a delatar o colaborar con persecuciones? Dónde escudaron a las víctimas de ellas? Dónde ofrecieron ir presos o peor? En ningún lado.

    En todos los ejemplos que citas las mayorías de las personas que citas no sólo no se opusieron en forma alguna que quedara registrada, sino que colaboraron de una u otra forma con la violencia, directa o indirectamente, algunos hasta el punto de ser soldados, sea voluntarios sea reclutas para las guerras y otras atrocidades que citas. Si eran pacifistas, eran de la variedad cobarde porque prefirieron en algunos casos que los mandasen al matadero a ellos y que sus familias sufrieran las consecuencias de guerras y del terror antes que protestar.

    Para ser un pacifista hay que negarse a colaborar con la violencia, aunque sea con silencio, por aquiescencia o por omisión. Hasta el punto de escoger, no de pedir ser encarcelado, torturado o muerto antes que apoyar la violencia. A consciencia, hay que preferir ser víctima que victimario si no hay otra opción. Hay que tener un valor que no depende de la adrenalina, ni de ninguna emoción violenta, sino de las convicciones.

    Simplemente no me puedo imaginar un valor mayor.

    Yo no soy pacifista. Soy anti-guerra y anti-persecuciones de cualquier índole. Pero creo en el derecho a defenderse y defender a otros.

    Pero admiro profundamente a los que lo son. Créeme, los únicos fanáticos, los únicos fundamentalistas a los que admiro y con los que me sentiría completamente seguro, son los que lo son de la no-violencia.

  8. @loroferoz: Gracias por la corrección. Sí, los pacifistas son activistas, no son (o no deberían ser) pusilánimes. Así que corregí la palabra «pacifista» por «pacífico», creo que se acerca más a lo que quise decir.

  9. @Carlos LB: Y yo sería hasta mas duro y llamaría «pasivos» o «conformistas» a las personas y comportamientos que describes. Un pacifista consecuente no es necesariamente un «activista». Puede serlo pero va mas allá y requiere valor y convicción, porque quién va a amenazar, calumniar, amedrentar, incluso perpetrar las acciones que le reservaban al «enemigo» no es un ese «enemigo» sino los propios.

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