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En algo Chávez tenía razón…

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Chávez era un ser astuto: él siempre supo cuál era la mezcla apropiada de verdades y mentiras para el consumo de sus seguidores. Pero hay que reconocer que algunas de las pocas verdades que incluyó en su discurso son demoledoras.

“La burguesía venezolana es basura”.

No tengo más remedio que estar de acuerdo con esta afirmación. Si hay algo en el mundo que un venezolano pudiente detesta, es a un venezolano pobre. Pero la cosa va más allá del odio social de arriba hacia abajo (que siempre ha existido en Venezuela): tenemos una clase privilegiada enormemente estúpida, que no ve más allá de sus intereses particulares. Por muchos años el país clamaba por un cambio, pero esta clase privilegiada prefirió que el país se hundiera con la llegada de Chávez ante que permitir ese cambio. En otros países de Latinoamérica la clase privilegiada, esa que tiene el poder económico y político, la que tiene (entre muchas otras ventajas) el acceso a la mejor educación que el dinero puede comprar, esa clase se involucra en la política, en las decisiones de las que depende el rumbo de su país. Claro está, las decisiones que se toman siempre van a estar orientadas a perpetuar su poder, quién lo duda! Pero no se quedan apoltronados en su paraíso particular como lo hace nuestra clase pudiente. Colombia es un buen ejemplo de esto: sus políticos son personas que, si bien pertenecen a la más rancia godarria, al menos no se contentan con manejar sus negocios dejándole la tarea de gobernar al país a otros.

En Venezuela parece que el oficio político quedó en manos de cuanto advenedizo apareciera en el momento. La burguesía venezolana nunca tuvo otro interés ni otra ambición que la de cuidar su negocio y disfrutar de su posición y de su vida de lujo y privilegio: puedo comprender que los venezolanos menos afortunados les importen un bledo y que nunca hallan estado dispuestos a tener algo de responsabilidad social. Pero lo que es imperdonable es que a pesar de tener todas las ventajas que la fortuna puede dar a una persona, nunca figuraron en el escenario político. A los “amos del valle” no les interesó nada que fuese más allá de su burbuja de prosperidad.

P.D. Como de costumbre mis elucubraciones no son nada originales: meses después de escribir estas líneas supe de un libro titulado «Los Ricos Bobos», en el que estas ideas son exploradas e ilustradas de forma más extensa…

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