El Suplicio del Comandante

0
1135

El Suplicio del Comandantei

A la sociedad contemporánea le gusta pensar que el sadismo del medioevo lo dejamos en esa categorización de la historia. Así, las cárceles venezolanas nos dan miedo, porque nos parecen embajadas de aquellos tiempos donde el castigo físico era proporcional a la culpa del acto que se le atribuía al delincuente: de tal forma un violador se transforma en la Reyna del Arroz con Pollo, y no conforme a la ofrenda pública hecha en la cárcel, el video es subido a Youtube y visto por miles de personas, varias veces. ¿Algo se calma en el furor de la sociedad, que esta aterrorizada por la delincuencia, cuando siente que los pecadores pagan con el cuerpo? No lo sé, a mí me desborda el terror de caer en esas sucursales del sadismo por algún error judicial o moral.

Pero la indignación que sentimos al pensar en nuestras propias cárceles nos puede hacer pensar que somos menos sádicos y menos retrógrados, así como más «humanitarios» que en otrora. «¿Cómo es esto posible?» Dice cualquiera al ver nuestras cárceles, o al escuchar que la justicia popular apedreó al azote del barrio. El espanto de sentir que el humanitarismo de la humanidad es una ilusión, que nuestra evolución moral es un espejo alterado que de vez en cuando nos muestra más de lo que podemos ver de nosotros mismos.

En vigilar y castigar -Foucault- se vislumbra una -posible- relación entre el crimen, el castigo y el suplicio, como una tríada que conlleva a una justicia sentida en el pueblo, a la imposición de una advertencia -no harás esto-, se evidencia una verdad absoluta y suprema, y hay una manifestación de poder en esa verdad.

Vemos que:

«En las ceremonias del suplicio, el personaje principal es el pueblo, cuya presencia real e inmediata está requerida por su realización. Un suplicio que hubiese sido conocido, pero cuyo desarrollo se mantuviera en secreto, no habría tenido sentido.» (p. 53 pdf)

No digo que un pueblo no deba ser informado del tratamiento médico del presidente que acaba, además, de ser reelecto para un nuevo periodo -en función del tiempo ausente-, pero ¿era un informe por médicos de confianza de la oposición lo que buscaban o eran episodios como la fotografía del periódico español? El suplicio trata de ser puesto en el escenario por Nelson Bocaranda, también, digamos que enmascarado en el quehacer del periodismo.

Con respecto al rol del pueblo -opositor-, leemos:

«Porque es preciso que se atemorice; pero también porque el pueblo debe ser el testigo, como el fiador del castigo, y porque debe hasta cierto punto tomar parte en él. Ser testigo es un derecho que el pueblo reivindica; un suplicio oculto es un suplicio de privilegiado, y con frecuencia se sospecha que no se realiza con toda su severidad.» (p. 54)

Por esa severidad es que un suplicio oculto no hubiera tenido sentido, porque era «mantener» el poder, y filtrarse en cualquier dato de información era «quitarle» poder. Así como también el tema de atemorizar, ¿con respecto a qué? Es para abordar un artículo completo, puede ser contra el comunismo, para no dañar la democracia cómoda bipartidista, no intentar hablar de democracia participativa y protagónica, o para no dar discursos demagógicos sobre temas utópicos que alimentan la esperanza de los eternos fatalistas latinoamericanos, es dependiendo de la postura de preferencia.

Ahora, ¿cuál fue el rol de la oposición en el suplicio? Celebrar en Miami con la bandera 7 estrellasii es su participación más arraigada al hecho como suplicio -la celebración en general-. Porque en el suplicio hay venganza, así se asumió que el comandante padeció una muerte dolorosa y lentaiii, y la bandera del “triunfo” -ante esa muerte presentada en los términos de la oposición desde el inicio de la enfermedad como extremadamente dolorosa y lentaiv es de la oposición como movimiento político -no tomo en cuenta acá todo lo que representó en el campo de lo político, como movimiento, para la revolución bolivariana- y en esa venganza de la oposición «se invita al pueblo a deslizar la suya» (p. 55). Más aún, el rol del cabecilla dirigente de la oposición queda a interpretación de esta cita de Foucault: «(…) llamaba a la multitud a la manifestación de su poder y toleraba por un instante sus violencias, que hacía pasar por muestras de júbilo pero a las cuales oponía en seguida los límites de sus propios privilegios.» (p. 56).

Sin poder nombrar a un representante de la oposición al momento de la desaparición física del comandante, algunos hicieron pasar «sus violencias» por «muestras de júbilo» ante una «verdadera» oportunidad de cambiov.

Pero el panorama en el chavismo tuvo consecuencias que no se esperaban, muchas personas pensaban que no habría chavismo sin Chávez, y dicen que la revolución bolivariana no sobrevive mucho tiempo sin resquebrajarse, pero a estos les digo, para responderle también al asombro de los primeros que ahora se pueden sorprender de dónde salieron algunos nuevos chavistas, lo siguiente:

«(…) en esto es en lo que dichos inconvenientes se convertían en un peligro político, jamás tanto como en estos rituales que hubiesen debido mostrar el crimen abominable y el poder invencible, se sentía el pueblo tan cerca de aquellos que sufrían la pena; jamás se sentía más amenazado, como ellos, por una violencia legal que carecía de equilibrio y de mesura.» (p.60).

Tanto adeptos al chavismo como personas que no se movían en ninguno de los dos extremos, pudo sentir ese júbilo desmesurado como generador de rechazo, rechazo no solamente ante lo que presenciaban -porque la muerte de Chávez afectó a todos los venezolanos, ya que como pueblo fue un símbolo de consenso y discordia desde el año 1992-, sino también rechazo a lo que podía significar ese júbilo: ¿Qué es sino la dueña de casa feliz porque las camioneticas no pasan a su urbanización -limpiándola de ruido y de «gente peligrosa»- mientras la señora de servicio tiene que caminar un montón de cuadras -MÁS- bajo la pepa de sol? ¿Qué es sino el jefe de la empresa que da contratos temporarios para no tener que dar cuentas de las bonificaciones en la ley? ¿Qué es sino «la Venezuela» de los 80 hablando maravillas de Miami y comportándose como ciudadanos ejemplares en el extranjero cuando en el país no tuvieron el menor cuidado por las calles? ¿Qué es sino el venezolano que exige una marca de harina de maíz en específico y se queja de no encontrarla pero no se interesa de que Polar hace rato cruzó la fronteravi? ¿Qué es sino el clamor por la democracia «verdadera» pero cuando ejerces el voto y no sale tu resultado entonces clamas por 350 y gritas guarimba? ¿Qué es sino Ramos Allup exigiéndole en el 2012 a Chávez que acepte una posible victoria de la oposición pero que si Chávez gana «nadie te lo va a creer»?

Ese júbilo, con una bandera 7 estrellas, ¿qué es? O mejor dicho, ¿cuántos son? ¿Cuánto por ciento de las personas que votaron el 07 de octubre por la oposición quiere volver a la IV República? ¿Cuántos quieren cambiar la constitución? ¿La bandera, el escudo? ¿Cuántos quieren que Venezuela deje de ser un Estado Socialista? ¿Cuántos se hubieran quedado con Carmona Estanga como dictador de Venezuela si el 13 de abril no hubiese existido?

Y haciendo uso del mismo texto de Foucault.

Esto da pie a «la solidaridad de una capa entera de la población con quien podríamos llamar» el comandante Chávez. «Y he aquí que de la ceremonia de los suplicios, de esa fiesta insegura de una violencia instantáneamente reversible, era de donde se corría el riesgo de que saliera fortalecida dicha solidaridad mucho más que el poder [opresor]. Y los reformadores de los siglos XVIII y XIX no olvidarían que las ejecuciones, a fin de cuentas, no atemorizaban, simplemente, al pueblo» (p. 60).

 

i En un momento escribí sobre el efecto o la implicancia de la frase #YoSoyChávez ya que nunca en la historia de la democracia venezolana, un acto simbólico había planteado tanto la idea de la democracia participativa y protagónica como la juramentación del pueblo el 10 de enero de 2013. Ahora, la oposición ha buscado socavar este evento trascendental en miras a que la Revolución Bolivariana se derrumbe bajo la pretensión de haber perdido su base ideológica: el chavismo -asumiendo imposible el chavismo sin Chávez-. Mas el chavismo es un fenómeno que poco entendemos ahorita, así como no todo el mundo está al tanto del impacto que tuvo el pensamiento, las acciones y la muerte de Chávez más allá de las fronteras venezolanas -y dentro de Venezuela- más allá de las fronteras del chavismo de larga data. De hecho, decir «Yo Soy Chávez» puede no incluirte dentro de las líneas de esto que está surgiendo desde el chavismo místico-religioso, movimiento que puede incluso restarle protagonismo al pueblo, un evento tal ya que, si el líder de la Revolución Bolivariana se santifica, como no todos podemos ser santos, porque no todos creemos en la figura de santo desde la misma visión religiosa, entonces, al no poder ser santos pierde congruencia el hecho de hacerse responsable de la revolución a través de decir «Yo Soy Chávez», aunque ser Chávez no significa hacerse Chávez, lo que no elimina ni contradice que Chávez se haya hecho pueblo, no es lo mismo que un hombre y sus ideales se rizomaticen en la gente a que el pueblo y la revolución se cristalicen en una figura. Es decir, ser Chávez o el decir «Yo Soy Chávez» es darle la vuelta de tuerca al pensamiento de aniquilación de la Revolución Bolivariana que plantea la oposición. La reconciliación vista como un cese a la lucha de clases o un cese a la postura antiimperialista y anticapitalista, o un cese a la lucha antidominación y emancipación de las voluntades, o un cese a la conciencia de estos procesos, no es una reconciliación real, es una estrategia de dominación de larga data. Entonces, la lucha por no olvidar y por no reescribir la historia de estos 14 años desde la visión de las 7 estrellas es lo que se establece como posibilidad en el hecho de proclamar «Yo Soy Chávez». Y ante esta idea de eliminar del panorama a Chávez y «por ende» «su» revolución -comillas por separado-, es que me planteo en este texto lo que se quiso llevar como un acto máximo del destino religioso, de Dios, que permitió incluso profetizar -como lo dice Reinaldo Dos Santos o mejor conocido como el profeta de América- la partida física de Chávez, utilizado no solamente como estrategia -el último recurso desesperado- de una oposición que no sería oposición si la Revolución hubiese terminado el 5 de marzo -cabe resaltar este punto-, y así miro, desde Foucault, cómo se busca dibujar lo sucedido como una pena, como si fuera un castigo natural producto de un juicio mayor. En este caso cito a Cornelius Castoriadis:

“Está escrito en los Números (15, 32-36) que, al descubrir los judíos a un hombre que trabajaba en sábado, lo cual estaba vedado por la Ley, lo condujeron ante Moisés. La ley no fijaba pena alguna para la transgresión, pero el Señor se manifestó a Moisés, exigiendo que el hombre fuese lapidado -y lo fue.

Es difícil no verse afectado en este caso -como por lo demás, a menudo cuando se contempla la Ley mosaica- por el carácter desmesurado de la pena, por la ausencia de vínculo neesario entre el hecho (la transgresión) y la consecuencia (el contenido de la pena) supera netamente lo que exigiría el encadenamiento natural de las causas y de los efectos, de los medios y de los fines. Si la razón es, como decía Hegel, la operación conforme a un fin, ¿se mostró el Señor, en este ejemplo, razonable? Recordemos que el Señor mismo es imaginario. (…) La existencia imaginaria del Señor ¿es razonable?” (En La Institución Imaginaria de la Sociedad, tomo I, 1975/1993 pp. 221).

 

iihttp://america.infobae.com/notas/67595-Exiliados-en-Miami-celebran-la-muerte-de-Chavez.html

 

iiiPor ejemplo los runrunes que buscaban una crónica del dolor en la enfermedad http://runrun.es/runrunes/60027/detalles-verdaderos-del-dolor-que-sufre-el-presidente-chavez.html

 

ivEsto no es redundar, ni repetir, es hacer énfasis en este punto.

 

vhttp://noticias.univision.com/america-latina/venezuela/hugo-chavez/noticias/article/2013-03-06/muerte-hugo-chavez-oportunidad-cambio-venezolanos-exilio#axzz2NioXDVes

 

vihttp://www.aporrealos.com/forum/viewtopic.php?p=605102&sid=202f5038e355f3628b88cb33271c207e

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here