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¿Quién es Dieter Perdomo?

Hola mi nombre es Dieter Perdomo, pero me llaman Virus, Revelado Rebelado, El Chacal de la Trompeta, Mickey Mouse y Chucky. Tengo múltiples personalidades, soy medio esquizofrénico y me las tiro de embaucador. Supuestamente conozco a Xluis y sostuve una charla con él. Único dato fiable para sostener mi existencia fuera de la red. A lo mejor nunca hubo contacto o mandé un emisario para dar la cara por mí. Sin embargo, siempre lo repito para darle legitimidad a mi coartada, a mi crimen perfecto de existencia fantasmal.

En realidad, soy más conocido dentro de la red. Al margen de ella, soy un cero a la izquierda.

En panfletonegro conseguí un espacio para hacer mis experimentos y darle un segundo aire a mi second life.
Por Facebook, tuve un pleito con John Manuel Silva, Sergio Monsalve y Daniel Pratt. Los puse a pelear entre ellos y los desenmascaré como personas. Los tres cayeron en mi juego y perdieron. Son tipos ególatras, nunca responden a los mensajes a inbox, se creen la última Pepsi Cola del desierto.

En general, me gusta provocar, ser guapo de teclado, difamador enmascarado. Pertenezco al lado oscuro de la web. Pero varios se prestan a reivindicarme.

Los anónimos siempre conseguiremos quien nos defienda y nos entienda. Algunos sospechan de mi identidad y le ponen un precio a la recompensa por descubrir mi nombre y apellido.

Según las viejas chismosas, trabajo en una página de internet de la competencia, condenada al fracaso. Supuestamente, empecé a colaborar allí. En vista de la ausencia de feed back, me trasladé y me infiltré en la página del enemigo, para destruirla desde adentro, mientras aprovecho para publicar y llevar agua para mi molino.

En efecto, hago trabajo de espionaje para empresas corporativas, robo información a diestra y siniestra, opero bajo la comodidad de la sombra.

¿Te creíste la oración de arriba? No seas ingenuo. Fíjate, también me acusan de encabezar un plan del gobierno para boicotear páginas de oposición en internet. Mi misión es generar ruido en panfletonegro, desmoralizar a sus integrantes y obligarlos a fijar posición en torno a mis ideas de contrabando.

Verbigracia, revelé mi experimento de rebelado en panfletonegro y armé un escándalo de padre y señor nuestro. Los sin oficio del sitio publicaron como ochenta comentarios, a raíz de mi mentada salida del closet. Con todo, nadie me cree lo de Dieter Perdomo. Ni yo mismo me lo creo. Firmo así por mero trámite. Un vulgar y silvestre chamo de la triste provincia de Barquisimeto no escribiría como yo. Tampoco manejaría mi información de primera mano. Además, les confieso, soy un tipo letrado y con postgrado.
Como el Guasón, me la estoy gozando y todo forma parte del plan en contra de los Batman y Robin de la ciudad gótica. Los tengo donde quería. Enfrentados por mí con el dedo puesto en el interruptor de la bomba de tiempo guardada en la sala de máquina de panfletonegro. Mi objetivo es hacerla volar por los aires. Implosionarla, explotarla, no sin antes sacar algún reedito, alguna plusvalía ideológica del estallido.

¿Te tragaste lo de antes? Relájate, todavía hay Dieter, Virus y Mickey Mouse para rato. Disfruta de mi reality show y ponle tu la conclusión moral en el foro. Yo estoy más allá del bien y del mal

No pienso quemar mis naves, gastar mi pólvora en el zamuro de la síntesis. La tesis es sencilla y clara. Mi experimento funciona gracias a panfletonegro. En otra página, en mi página de antes, ya me hubiesen censurado o despedido.
Al menos lo reconozco, el sistema anárquico de Pratt sirve. Incluso, me permite redimirme y empezar a publicar sobre otros menesteres alejados de mis serios problemas de identidad y de finanzas.

Ando quebrado económicamente. Mucho cigarrillo y alcohol barato corre por mis venas. Tengo como treinta y ya aparento 42. Te fracase en la música, en el teatro, en la literatura de bolsillo y de autoayuda, en el cine, en el amor, en el Twitter, en el Facebook, en la producción, en la gerencia. Soy una ruina y te quiero hacer copartícipe de ella. Tu eres el testigo de mi suicidio digital.

¿Necesito terapia? ¿Soy un caso de estudio de la revista Comunicación? ¿Un ejemplo de la entropía, del vacío y de la banalidad del mal inherente a la posmodernidad? ¿Espejo de sus carencias?

Fenómenos como yo, crecen como hongos tras la lluvia de las punto com. La blogoesfera es mi medio ambiente ideal. Aquí surgí y me alimentaron como Troll. Ahora me dispongo a desarrollar mi proyecto. ¿Cuándo llegará mi fin? Quizás cuando se agote mi aura de misterio, cuando me quiten la máscara como un luchador mejicano caído en desgracia.

De repente ni así.

Sea como sea, lo voy a disfrutar al máximo. Mi chute, mi inyección de Red Bull para levantar mi autoestima, se llama Dieter Perdomo, alias Virus, por cortesía de mi proveedor de la web.

Mi camello, mi laboratorio de cocaína es panflentonegro. La droga del presente y el futuro. Sí, tal cual, como en la película “Sin Límites”.

Se imprime la leyenda. Nunca la verdad.

Con cariños, tu payaso personal (del copy paste).

Recordando, recordándome. Distraído, disfrazándome.

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