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Por el Medio de la Farsa

¡Bienvenidos a Chacao a celebrar el Quinto Aniversario de Por el Medio de la Calle!
Un festival que nació en nuestro casco histórico y hoy crece hasta la Plaza Altamira.
Este gran recorrido de arte urbano, nos invita a caminar nuestras calles y a reconocer la ciudad en un ambiente amable y seguro.

(…)

La Alcaldía de Chacao invita a recorrer este gran circuito en familia, con amigos, en una atmósfera de sano disfrute, teniendo presente que Cultura Ciudadana es cuidar nuestros espacios públicos.
Emilio Graterón
Alcalde del Municipio Chacao.
Texto extraído del flyer del evento.

El año pasado fui amable, intenté tender un puente al diálogo, a la construcción. Traté de dejar de lado la actitud de everything sucks, y procuré entender lo que ocurría. Algunos comentaristas de este sitio se quejan de que siempre es lo mismo: todo apesta, todo huele a mierda. De vez en cuando, vale la pena hacer el esfuerzo por salirse del patrón, por ser más abierto. Es fácil acercarse prejuiciado a un evento de Plátano Verde con toda la intención de destruirlo y no reconocerle nada, difícil es dejar de lado los prejuicios y mirar el espejo desde la otra cara, procurando su comprensión.

Este año volví a PeMdlC con toda la intención de mantener la buena vibra, como dicen los cantantes de reggae. Pero babilonia se encargó de llevarse esas buenas vibras, como si fueran el humo de un porro que se escapaba con el viento.

Desde los organizadores hasta el público asistente saben la verdad: PeMdlC es una ficción, un momentum, una representación idealizada de la ciudad que sólo dura unas horas y en la que todos participamos de un juego de rol. Las autoridades juegan a la tolerancia de cara a conquistar la simpatía electoral, especialmente de los jóvenes. Por eso la policía se hace de la vista gorda ante ciertas actitudes que están prohibidas el resto del año. Por unas horas se puede beber caña en la calle, incluso te puedes fumar tu cacho de monte sin rollo. Por unas horas los emos, los rapers, los punk, los whatever pueden caminar tranquilos por las calles de chacao, sin ser perturbados. En cambio, en el festival de la lectura, a unos emos que estaban echados en el piso de la Plaza Altamira, los desalojaron violentamente. La Policía de Chacao es muy buena en eso de hacer el trabajo sucio, la profilaxis social es la norma en el ayuntamiento de Chacao, así era en tiempos de Leopoldo y así es en tiempos de su delfín Graterón. Pero por unas horas todos pueden usar su look beatnik y jugar a que esto es Paris en los sesentas, o mejor, a que esto es Barcelona y que todos somos modernos.

De entrada se impone la estética de lo cool, y se excluye a ancianos, niños, discapacitados y pobres. Es una incongruencia hablar de reencuentro con la ciudad y de inmediato categorizar a la misma. Porque aquí no hay ninguna ciudadanía, lo único que hay son jóvenes jugando a que son libres, y todos en su onda de ver y dejarse ver. Por una noche, todos somos cooooolllllll.

La intención del evento nada tiene que ver con las palabras del Alcalde. Más que de la Alcaldía de Chacao, o de Platano Verde, Por el Medio de la Calle es un evento de Coca Cola, Urbe, Sin Cable Tv, La Mega, Domino´s Pizza, y otros patrocinantes, cuyo mercado está en la juventud. Algo parecido al horrendo comercial de Sifrina’s, al libro de Titina Penzini, o a la espantosa revista Sexo Sentido. Esto es un evento para colocar marcas en el sector joven de la audiencia, y de allí vienen sus contradicciones.

Si de verdad buscaran el encuentro con la ciudad habría espacio para caminar y las representaciones artísticas no estuvieran atiborradas en las esquinas, confinadas a medio presentarse frente a un público que ni las ve porque están ocupados empujándose unos a otros y esforzándose por caminar. Si de verdad buscaran el encuentro en familia con las calles habría espacio para los niños y los ancianos, pero no lo hay porque ni los carajitos ni los viejos son cool. Esto es como un parque de diversión para chamos y “adultos contemporáneos”. Igualmente es absurdo hablar de ciudad cuando se violenta la poca naturaleza existente, la gente se para sobre la grama en la Plaza la Castellana, incluso hasta la gente de UNICEF monta su stand encima de la grama de la plaza y aprovecha para hacerle promoción a la película hermano. Más contradictorio si consideramos el perfil supuestamente ecológico del evento.

Reina el caos, la basura, el hacinamiento. Por momentos esto asemeja un campamento de refugiados, por momentos parece Saigón, y por momentos es como cuando metieron a los damnificados de vargas en el poliedro y luego los sacaron a patadas para presentar a Shakira. Algo así. Y así no se puede hablar de ciudadanía y menos de arte o humanismo.

No había forma de abarcar el circuito, por la pésima distribución de los puestos, y además porque hubo una discriminación enorme de los mismos. Por ejemplo a La Liga del Rock la hacinaron en una esquinita mínima, y ni se molestaron en darles una tarima. Las bandas hacían lo que podían en ese abusivo espacio donde fueron relegados como para que no se quejaran de haber sido excluidos. En contraparte las tarimas de las plazas contaban con buen sonido, y buena iluminación. Así se calca el sistema discriminador del festival nuevas bandas, se establece además una categorización clasista y represiva que termina por anular cualquier idea sensibilizadora, a pesar de que la publicidad del evento se empeñe en asegurarnos que estamos teniendo un contacto directo con el arte y con nuestra ciudad.

¿El arte? Era algo secundario, mínimo. Las pocas propuestas interesantes quedaban ahogadas por la pesadez del ambiente, porque eso es otra cosa, el ambiente estaba pesado, enrarecido. Los carros circulaban por algunos espacios supuestamente cerrados, tocando corneta y diciéndote por la ventana “quítate coño e’ tu madre”. Todos andaban en su grupito, nadie tenía ganas de integrarse con nadie, y más bien, todos empujaban y te obligaban a empujar.

A eso de las 09:00pm estaba molesto, cansado y triste. Aunque suene cursi, estaba decepcionado de la farsa. Me iba a quedar para ver el toque de La Vida Boheme, pero preferí irme.

No voy a descalificar a los artistas participantes porque, como ya se ha discutido en esta página, estos son tiempos oscuros para el arte en Venezuela y cada vez hay menos espacios para la participación. En este contexto no se puede condenar a las bandas, colectivos y demás que buscan ser parte de PeMdlC. Los artistas venezolanos tienen hoy dos grandes enemigos: la exclusión estatal, y la mediocridad de los pocos espacios promovidos por privados. En tal escenario, sólo les queda sobrevivir y lo más bajo que se puede hacer es criticarlos por ello. Más bien, abogamos por mayor apertura y menos maltrato.

Pero también creo que lo peor en lo que se puede caer es en la autoindulgencia. Les exigimos más compromiso, no pueden conformarse por hacer tres visuales y proyectarlas en una pantala, no pueden quedarse sólo en la banalidad estética, en la falta de compromiso, dibujando dentro de las líneas procurando no incomodar a nadie. Hace falta fuerza, ganas, rabia, y verdadera vanguardia. Más provocación y exprimentación y menos pose, menos domesticación. Más Radiohead y menos Coldplay.

Lejos de abogar por la destrucción del evento, abogo porque sus organizadores se bajen de la nube en que están y acepten escuchar las críticas, que el año que viene podamos disfrutar de un PeMdlC que no esté marcado por la especulación miserable de los locales adyacentes, por los mecenas de Primero Justicia y por la publicidad corporativa. Ojalá el año que viene podamos andar Por El Medio de la Calle, en un contacto real con la otredad, en una experiencia honesta de relación con el arte, donde los artistas puedan expresarse libremente en las calles, sin pasar por los filtros cogolléricos de la Alcaldía de Chacao, y sin tener que domesticarse dentro de dos metros cuadrados.

Es necesario en el actual desierto de propuestas culturales que las pocas que existen se abran a la crítica y a la discusión, que dejen la soberbia de creerse incólumes a cualquier aporte externo. De lo contrario, el futuro es terrible y nos acostumbraremos a esta mentira de sábado por la noche.

Sergio M, llegó más o menos a la misma conclusión en otro post escrito hace un par de horas. Pueden leer ambas visiones y complementarlas con sus comentarios.

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