El medio coctel letal – La incomunicación 2.0

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Algunos antecedentes: Del adhesivo ótico al qué pasa por tu cabeza.

La superpega o pegainstantánea, coloquialmente conocida en nuestro país como pegaloca (que es de hecho el nombre de una marca en esta línea de productos), tiene un uso interesante que muchos desconocen y que, de hecho, remite a sus orígenes. Durante la segunda guerra mundial, probó ser un excelente adhesivo para tejido humano y se usaba para cerrar las heridas de los combatienes sin suturar, hasta que pudiesen ser trasladados a un hospital. El producto resultaría ser extremadamente versátil con el tiempo,  para usos tan convencionales como reparar jarrones rotos, a unos más inusuales, como el que le dan ciertas personas que tienen las orejas muy grandes. Sí, se las pegan al craneo. Podría dedicarme cientos de líneas desparramando ejemplos de cómo la norma histórica ha sido que descubrimientos y avances tecnológicos terminen siendo usados para mucho más de lo que originalmente se pensó. Pero es una obviedad que evitaré yendo directo a un caso contemporáneo.

Aunque la mensajería instantánea moderna como la conocemos hoy en día, empezó en 1994 con programas como PowWow y ICQ, la cuestión alcanzó su punto más alto de masificación con Microsoft Messenger, que se aprovechó inteligentemente de la popularidad del servicio Hotmail para integrar a los usuarios. El cliente permitía a quien lo usara identificarse con algo llamado Nickname, que es lo mismo que decir  un seudónimo. Pero como todo lo transformamos —le damos la vuelta para hacerlo más fastidioso—, el usuario de messenger en algún momento sintió el impuso narcisista de usar el campo de seudónimo para expresar masivamente cualquier  estupidez que le pasara por la cabeza. Una línea de una canción, su estado de ánimo, alguna cursilería en inglés, y en los casos mas desesperados por llamar la atención, alguna frase fúnebre  del tipo «Siempre te recordaré abuelo, donde quiera que estés».

No pasó mucho tiempo para que los desarrolladores crearan un campo adicional para esta fin, con la esperanza de que los usuarios se curaran de su idiotez y usaran el Nickname para lo que se pretendía. El campo de estado de ánimo se volvió la norma con el BOOM de las redes sociales, que empezó hace unos años con el Myspace. Este sitio, a pesar de que goza de una enorme popularidad en los EE.UU., no logró colar por completo en Venezuela. Sospecho que ofrecía demasiadas cosas en una interfaz no muy amigable y uniforme, y la gente no estaba dispuesta  a lidiar con eso. Entra en juego el ángel del apocalipsis: Facebook. Tres  cosas convirtieron  a Facebook en el sueño húmedo de todo internauta: Su sencillez, su enfoque en los álbumes de fotos, y un gran campo central que te pregunta: ¿Qué estás pensando?. Mejor imposible; las personas podían satisfacer su necesidad de chisme agregando «amigos» y explorando sus vidas con pocos clicks.

Todo pasó tan rápido que apenas recuerdo cómo se dieron los sucesos. Las personas de MySpace empezaron hablar del Facebook, se generó la matriz de que «MySpace es una mierda», amigos de estos individuos se subscribieron en Facebook «obligados», luego vino la población de 40 años en adelante, y creo que por último se suscribió la resistencia Facebook: los intensos negados a participar en algo que veían como banal e invasivo. Fotos, estados de relaciones, chismes, más fotos, más gente, más, más. Se intensificó la conversación de la Web 2.0: la comunicación bilateral y sincronizada en distintos niveles a través de la internet. Alguien te comenta algo en  una publicación de Facebook y te enteras inmediatamente en tu celular. De repente, un estilo de vida se precipitó sobre una población con la velocidad que caracteriza a la era digital.

Paralelamente a esta explosión, una compañía estadounidense de podcasts —archivos de sonidos reproducibles en internet, algo como radio digital— llamada Odeo, pasaba por una depresión creativa. En un brainstorming para enfrentar el problema, Jack Dorsey tuvo la idea de llevar los famosos campos de estado a otro nivel de sincronización en tiempo real,  así un empleado podía expresar lo que sintiese en una aplicación y el resto del grupo lo recibía como un mensaje de texto, como una vibración en su celular. Era una plataforma únicamente dedicada  al concepto de estados que tanto enloquecía a todos pero  algo de lo que nadie parecía estar consciente. El objeto era estimular al equipo para salir del bloqueo. Al principio el nombre de la plataforma era simplemente «estado», pero decidieron buscar una palabra más original y pegajosa. Les gustó la imagen de que lo comunicado lo recibas como una vibración, casi como una contracción, como un gorjeo. Lo que en inglés es lo mismo que decir un…

Twitter: La paradoja del cállate que estoy twitteando

Los chicos de Odeo tuvieron resultados muy exitosos internamente, y comprendieron la pequeña joya que tenían en sus manos. Decidieron lanzarla al público en el 2007  y casi inmediatamente ya se hablaba en los sitios web de tecnología más importantes del potencial de esta nueva cosa llamada Twitter. Yo lo vi así. Ese mismo año yo estaba subscribiéndome en la página, pero el sitio perdía todo su interés cuando no tenías nadie con quién comunicarte e interactuar. Las debilidades para con nuestro mercado era que sólo estaba en inglés y que pasó mucho tiempo para que las personas comprendieran qué era lo útil y práctico que proveía.

Las personas navegaban a la divertida dirección, eran recibidos por un diseño genial y minimilista al que definitivamente no estaban acostumbrados, se subscribian dando mucha menos información que en otras redes sociales, y se encontraban sólo con su caja de estado. No sabían qué hacer. Nada de fotos, nadie con quien chatear. Era todo muy bonito pero se estrellaban con un vacío incomprensible. La razón es que parte de la gracia del Twitter era su integración con los celulares, el punto es que estuviese siempre contigo. Conectar la telefonía móvil con la de datos e internet es algo que ya occurría masivamente en otras partes del mundo desde hace años, pero no estuvo bien logrado en Venezuela hasta que el Blackberry alcanzó su popularidad más ri-dí-cu-la.

Somos la venezuela del ta’barato, del Mayami de los 70s, del con cupo o sin cupo me compro mi vaina. Somos en un lenguaje más cotidiano, bien consumistas y pantalleros. Que seamos el 4to país con más usuarios de Blackberry per cápita, es algo inpensable considerando el control cambiario y la crisis económica que tenemos encima. Es lógico que cuando nos convertimos en ese monstruo, entendimos el Twitter. No tengo las cifras de crecimiento de otros medios digitales, pero el Twitter creció en este año en un 1200%. Quiero repetir eso para que todos entiendan que no es un error tipográfico: 1200%.  Todo pasó mucho más rapido que con otras redes sociales; en cuestión de semanas Aporrea, Nelson Bocaranda, mi hermano, mi abuela, mi gato y hasta el fastidioso crónico de Chataing tenían su propio Twitter con cientos de seguidores (los seguidores son quienes reciben tus actualizaciones de estado, con lo que públicamente «admiten» estar interesados en todo lo que tengas que decir).

Lo interesante es que el Twitter dio un giro inesperado. Como medio informativo cogió una fuerza increíble. Una periodista en Cuba puede rápidamente escribir un suceso corto del que en cuestión de segundos todos nos estaremos enterando con nuestros celulares, no importa dónde estemos; los diarios y noticieros pueden compartir los datos más importantes en mensajes breves; intelectuales y escritores, comparten reflexiones de gran valor para sus seguidores. Es el momento en que esta pegaloca se usó para algo más que pegar heridas. Para mí, junto con la posiblidad de que todos podamos compartir información de cierta relevancia en nuestro círculo, constituyen los usos más  provechosos del Twitter.

Lamentablemente, la tajada más importante se la llevó lo personal, lo insignificante, lo narciso de nuevo. Literalmente muchos usuarios deciden compartir en que están pesando cada quince minutos, regresamos a la era del Microsoft Messenger, retrocedimos 15 años. Escriben un mensaje cuando se levantan, comparten la foto que se tomaron en el baño, de nuevo la línea de la cancioncita que acaban de escuchar, alaban a su estrella pop del momento, comparten que no les gustó la comida de hoy de su mamá, y escriben un mensaje cuando se van a dormir (usando un slang tan pomposo como «Twitter off!»,  que podría ser sustituible con cosas como, no sé: Chao). Es tan sólo algunas de los tweets (ese es el nombre de los mensajes compartidos en esta plataforma) que recuerdo en este momento. No es que todo lo personal sea irrelevante, me gustaría enterarme de que una banda viene de gira a Venezuela y estás emocionado con eso, o que estás leyendo un libro nuevo que consideras interesante si me da la posibilidad de descubrir algo nuevo, es más, hasta puedes decirme que estás en una rumba «de pinga» y que nos invitas a todos tus seguidores a venir. Pero no es sino hasta que te subscribes  que entiendes los niveles absurdos en los que ha caído el asunto.

La realidad es que nadie se atreve a decirle a los demás: No me importa que te estés despertando o acostando, ni qué coño estás haciendo en este momento, por la sencilla razón de que  quién se lo podría decir, también está comentando sus propias boludeces. Es un círculo vicioso y ocioso que  empobrece  la capacidad de reflexión de toda una generación, es el acto de hipocresía más rutinario de los últimos años. Esta hipocresía genera otro problema, está validando el Twitter como algo que puede ser usado en cualquier momento, no importa lo que estés haciendo, porque claro, es importante que compartas tu estupidez del minuto. El déficit de atención aumenta. Les doy un ejemplo de lo que quiero decir, con la antipática experiencia de una amiga que está viviendo el caso más grave (aunque es la combinación más letal de Blackberry-Twitter). Podemos estar sentados conversando en cualquier lado, haciendo un proyecto para la universidad, y tendré que estar preparado para en cualquier momento  esperar varios segundos por su respuesta a algo que le diga, porque ella habrá dejado de verme para posar sus ojos en el aparatico, que en ese momento empiezo a odiar. Escucha lo que dices a medias, pierde el interés en la conversación, e incluso en clases  lo usa muy cómodamente frente a los profesores con bastante frecuencia; quienes a propósito, en su mayoría, no dicen nada. Hay un nivel tan elevado de aprobación de estos medios por  parte  de la academia, que ha llevado a aceptar estos comportamientos.

Me disculpan lo conservador y anticuado, pero esto es una soberana falta de respeto. Alberto Barrera Tyszka compartió una experiencia similar en un artículo reciente en El Nacional, en el que señalaba que siente se han empobrecido las tertulias de café porque en cualquier minuto todos sacan sus Blackberries y, extrañamente, se distancian en lo comunicacional entre ellos para acercarse más a personas que ni siquiera están allí. Otro triste caso lo compartía conmigo un colega comunicador que además es cineasta. Después de que le conté una nueva modalidad de conferencias muy a la mode, en el que mientras el ponente habla tú puedes «twittear»  tu opinión de lo que él expresa, y eso a su vez será proyectado en una pantalla a sus espaldas, él me contó algo mucho mas impersonal. Asistió a una conferencia donde los participantes de la mesa sólo responderían las preguntas que les llegasen por mensajes de texto, y él se preguntaba qué hubiese pasado si él no cargaba un móvil. Yo cuestioné, además, si esto no estaba haciendo mucho más robótico una experiencia tan enriquecedora como es participar activamente y en persona en esta clase de eventos. La célebre (y ahora trillada) frase de McLuhan, el medio es el mensaje, está alcanzando proporciones aterradoras, y me parece que el deber ser desde ya es delimitar los espacios en los que son correctos y apropiados el uso frenético de los nuevos medios.

Lo importante es no desviar la discusión. Yo creo en que los Blackberry pueden ser una herramienta comunicativa muy  útil, el Twitter puede ser provechoso e informativo en cientos de modos que todavía se siguen descubriendo, y el Facebook tiene un poder comunicacional que lo pone al nivel de otros medios mucho más antiguos. El problema no está en la esencia de estas plataformas, por lo que no tiene punto hacerlos el objeto de los ataques. Lo que hay que revisar es el ángulo en el que la sociedad y los usuarios se están aproximando a ellas. La accesibilidad de estos medios no es razón para justificar la banalidad del mensaje. Es por eso que es tan igualmente equivocado rechazar el Facebook por su superficialidad, como abrazarlo para publicar cada detalle de nuestra vida personal.

18 Comentarios

  1. Descontando los errores ortográficos, creo que es otro artículo más. Si mal no recuerdo, has escrito mejores.
    En cuanto al contenido: haces lo mismo que hacen los que tweetean cada 5 minutos. Expresar boludeces pero en 2140 caracteres.

    Nice try. Better luck for the next time.

  2. Me disculpo por lo de los errores. Tienes razón, ya los corregí.
    Me alegra que te hayan parecido mejores los anteriores, espero que eso signifique que te ha gustado alguno.

    Al menos cierras con un tweet y en inglés, mi artículo debe tener algo de cierto.

    Saludos, Anónimo.

  3. Excelente articulo Klaus, concuerdo contigo en las opiniones que reflejas aqui, y aunque aun hay uno que otro error ortografico (terturias), me parece genial tu narrativa, no he tenido la oportunidad de probar el twitter pero si la pega loca y seguro deben ser lo mismo. jejeje. que sigan los exitos.

  4. el 60% de la poblacion general tiene un bajo CI, y el 40% restante no huye de la estupidez, si no en ciertos momentos, que se cansan de ser estupidos y tratan de decir cosas que nos parecen importante. Pero eso no es la norma. Cuando britney spears se bajo de un automovil mostrando «ese oscuro objeto del deseo» tanto yo como otros amigos que me cuesta de calificar como frivolos y superficiales hablamos por horas sobre sus cualidades, incluso pasamos unos cauntos ceintos de tweet sobre nuestras profundas reflexiones sobre ese hecho.
    Todos queremos ser notorios, y si escribo » me voy hacer la pajita» en un tweet tengo ese derecho, queremos ser importante, y si no podemos ser un rock star por lo menos lo seremos en nuestro pequeño circulo.
    Es algo perfectamente humano, lo anormal es presisamente estar hablando de los temas trascendentales.
    Quermos ser reconocidos y el twitter nos da esa oportunidad. la mayoria de la gente no sabe a que se debe, pero en el fondo es nuestro deseo de obtener parejas sexuales. Esa es la forma como funciona la evolucion, y ese deseo esta pronfundamente incrustado en nuestros genes debido a que a sido exitoso. Ya que estamos aqui. La frivolidad, la superfialidad es solo una herramienta para ser mas «potable antes los demas y por lo tanto tener mas oportunidades de obtener la aprejas sexuales ya antes mecionadas.
    Por lo tanto no solo es un atributo de nuestra especie, que se expresa a traves de la cultura. Quizas los tigres no estan pensando constantemente en como desgarrar a un venado, quizas se entretengan pensado en lo ridicula que son las rayas del vecino. y si tuviese un twitter escribiria» las rayas del vecino me producen nauseas» o «me marean». Los humanos somos los unicos que seguimos jugando aun siendo adultos, eso se debe a la neotenia, pero mas alla nos permite jugar con todo, cualquir artilugio tecnologio sirve para esa pulcion.
    No estan mal utilizado, ese concepto esta basado desde tu propia formacion de valores, tus frustaciones y la manera como decidistes enfrentar el reto de la vida. desde tus propias experiencias.
    cuando estoy fastidiado tomo el auto y me voy de la ciudad por carreteras solitarias ¿estoy mal utilizando el auto? En vez de llevarme a un lugar lo utilizo para no ir a ningun lugar.
    eso es lo mismo que dices.
    Pero a pesar de ello me gusto la manera que tienes de exponer tus ideas y lo vote con 5 estrellitas.
    Pero de verdad todo lo que tu dices que es superficial esta basado en tus valores, los cuales no tienen que ser los de otros, loq ue a ti te parece superficial, puede tener otras connotaciones. hayq ue descorrer el velo.
    Aunque a veces es que solo son idiotas. Recuerdate, el 60% de la poblacion

  5. Gracias Sócrates. Cuidado se te quedan pegados los dedos con el Twitter cuando lo uses.
    Xluis, para mí tu argumento no deja de ser cierto y sigue siendo importante reflexionar en el asunto. Lo que diga siempre va a estar sujeto a mis valores, especialmente en un artículo de opinión, no lo puedo evitar. Yo estoy hablando sin embargo de un problema de comunicación, que creo debería ser algo en común para todos. ¿Por qué considerarias necesario someter a tus amigos a tus actividades minuto a minuto? ¿Qué hay detrás de eso? Si la razón es que todos tenemos derechos a ser notorios, entonces seguiré pensando que hay un problema. Eso no puede ser sano.
    Pero totalmente coherente tu punto de vista y te invito a continuar la discusión.

  6. De acuerdo en todo,salvo en una cosa:

    Si los mensajes son así de malos, y si el medio es el mensaje, hay que atacar al medio.

  7. Conclusión: somos estúpidos, no importa la herramienta que pongan en nuestras manos, haremos estupideces con ella!

  8. mi estupida contribucion: colocar por celular e internet si es posible todos los dias (a manera de campaña desadmirable) tienen derecho a colocar cualquier estupidez en el medio, via celular, via internet, grafitis, y señales de humo, etc… y tienen el derecho y el deber de colocar algo para reflexionar, algo de interes colectivo… no se debe atacar al medio, se debe atacar al sistema de educacion, a los maestros y profesores, desde la primaria, secundaria, y superior, a esos docentes holgazanes automatas y mediocres, (sin contar a los educadores que les gusta hacer operacion colchon) porque si el 60% es estupido los educadores deberian reconocer que la estupidez es algo invencible… ¿se puede minimizar la estupidez? ¿como, cuando, donde?

  9. Si fuese más troll, diría que el autor es un fascista, pero no estoy de ánimo, es tan fácil configurar el FB y el Twitter para recibir sólo lo que queremos, en este caso, sólo los estados y tweets «inteligentes», que particularmente ni los de aporrea ni los de bocaranda hacen gala de serlo, que queda como una profunda flojera mental criticar a los que avisan al mundo lo bueno de sus sanduiches de diablito por la mañana.

    Yo de pana no sé si está bien o está mal, lo que sé es que no se puede pretender que todo el mundo diga cosas «inteligentes» caaaaaaaaaaada vez que habla, es mucha presión. En aquellos tiempos de la TV, la gente decía si no te gusta, cambia el canal…si no te gusta, cambia el twitter.

  10. Eso es simplificar el asunto.
    Yo estoy consciente y a favor de que todos podamos expresar lo que queramos, pero si vas a reducir todo con ese argumento, adiós a la crítica de cualquier cosa.
    Si en un caso hipotético de la televisión, todo un género de programación (digamos por ejemplo, el reality show) se empieza a comer al resto, tú seguramente dirías algo al respecto. Al menos yo pensaría que hay que ver porqué está sucediendo.
    Concluir que la solución es cambiar el canal, es bien conformista. Y no, tampoco espero que todo lo que hay que decir en Twitter sea «intenso», que me imagino es lo que quisiste decir, pero creo que hay que «bajarle dos» a la insensatez.

    Elmensajedelabotella,
    Nada estúpida tu contribución, ni la de nadie aquí creo. Ciertamente pienso que el problema es más de fondo. Puede que haya algo de lo que dices, y siempre la educación en todos sus ámbitos debería tratar de minimizar esas carencias ¿no?
    ¿O estoy siendo muy fascista con eso también?

  11. Saludos…
    Plenamente de acuerdo, la banalizacion del mensaje se convierte en fotos de colores de unhas tweeteados, Dale un 4×4 a un carajitocon billete y se metera a destrozarlo en un pantanal o destrozara el un chigüiral solo por hobbie.
    A mi me ha ocurrido que en una reunion de tres donde yo no tengo el BlackBerry (o como en el norte le dice: crackBerry, por lo adictivo) los otros dos panas no pasan mas de 5 minutos para sacarlo y ver cualquier mariquera, como que temperatura hace….paff…. se acaba la conversacion y este par de cuarentones termina la discusion como cualquier carajito de 15 hablando de los rines y los cauchos arrechos de su fiat uno, y yo incomunicado en una «comunicacion», me aparto y me voy a darle otro empujoncito a mi chama en el columpio y dejo a los dos crakers discutiendo que tan arrecha es tal o cual de las aplicaciones incluso una para saber si donde tu estas parado hace sol o esta lloviendo… me imagino que habra parejas que se tweetean desde la sala a la cocina para saber ke hay para comer… y las cortadas de patas seran impersonales via un tweet… sin sudor en las manos, sin pensar como entrale a la vaina, 140 cracteres seran un mar para decirle:
    «chao pescao».
    saludos

    me salio largo pero no soy tuitero

  12. Simplificar más de lo que ya se hizo? si de un plumazo descartaste la mayoría de los tweets por considerarlos superficiales e irrelevantes, no se pone más simple que eso. Es un poco la postura de soy contracorriente porque sí, porque me da la gana. Y sí, fíjate, que si me parece que los reality shows se han comido a la televisión, cada vez hay menos programas con guión porque son más caros, sí tengo una opinión al respecto: NO VER REALITY SHOWS (aunque alguno que otro veo).

    Por otra parte, es obvio que hay carencias grandes en la educación, y no solamente en la venezolana. Al igual que tú opino que se necesita cada vez más un sistema educativo que vaya con los tiempos y no que se quede en el aparato. Pero usando el tema de la trascendencia de fondo, creo que aumentar la calidad de los tweets para tu gusto sería la última de las prioridades.

    Finalmente, tampoco se puede hacer una defensa a ultranza de los Twitter Off!, (hasta ahora un mito urbano en mi timeline) porque evidentemente hay toda una generación que cree que escribiendo en twitter y montando fotos en facebook se hará famosa y vivirá con las estrellas. Pero, a la hora del té, por cada tipo realmente brillante hay 100 mil carajos que confunden hacer con a ser. Eso es internet, la oportunidad de decir estupideces y llenar la red de basura, queda de los demás buscar los tesoros que se esconden detrás de los emoticones.

  13. Tal vez te pueda parecer que mis argumentos y mis ejemplos no son lo suficientemente fuertes para convencer a nadie de nada, pero de allí a decir que descarté todo de un «brochazo» y por ser contracorriente, hay un trecho.
    Lo que está claro es que tú prefieres simplemente no ver el reality show, mientras que yo prefiero decir algo al respecto.
    Estamos en Panfleto Negro ¿de qué vamos a hablar en una web así entonces?

  14. Puedes hablar de lo que tú quieras, y yo también, esa es la belleza del asunto. Ahora me dio curiosidad, define ese «algo» que hay que hacer.

  15. andreina lo expreso de la manera mas clara posible «Conclusión: somos estúpidos, no importa la herramienta que pongan en nuestras manos, haremos estupideces con ella!»
    Ese es el meollo del asunto.
    creo que eso enpezo cuando se invento el fuego, enseguida uno de esos homo erectus se dio cuenta del asunto, se comio unos cuantos hongos alucinogenos y se puso tripearse las llamas.
    de lo anterior estoy super convencido, casi como si yo hubiese estado ahi, y fijate, fue al dia siguiente que se invento el fuego

  16. Esos que colocan boberias en el twitter y similares, son un monton de sifrinos chimbos d e clase media, que s ela pasan es echoneandose que comen en restaurantes caros todos los dias ( Coida Predilecta para fotografiar y suberi al Twitter: Sushi ), se echonean de que tienen una MacBookPro, Toman Vino, colocan una palabrita inventada por uno de esos personajes clase media mariconga: #almuerzing, que tienen pueros smartphones, etc, etc, Puros Boludos que creen que se sienten medio importantes y famosas en su munod 2.0, ya que en la vida real son solo unos Nerds. Ademas, creen que van a tumbar al gobierno con sus estupidas campañas contra el gobierno y creen que lo van alograr solo por que la prensa escrita saca un articulo en una revista dominical sobre los twitteros jajajaja. Despierten, los verdaderos usuarios de Internet en venezuela son una Minoria, y de esa minoria, es una mas minuscula los usuarios del Twitter.
    Otra cosa, los medios tradicionale impresos se valen de esos Boludos Twitteros , creando seccione s y correos donde cualquier ciudadano puede enviar una noticia, convirtiendose en un periodista 2.0, mientras ellos siguen vendiendo publicidad y llenandose, los bobos le generan contenido a los medios impresos, y no reciben beneficio economico a cambio, solo una pequeña mencion de quien envio la foto o la noticia, la mayoria de veces es su Nickname, algo que el lector comun de diarios no va darle importacia ni va a entender.
    Es mi opinion y auqien no le guste, vaya a lavarse el twitter!

  17. Buen artículo.digno, no de los que han abierto los ojos, sino de los que les encanta la comunicación.
    Gracias a los «equivocados» aparecen los Nietzsche.

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