En estos días muchos debaten
si ser venezolano es esto o aquello,
si es irse o quedarse,
ser rojo rojito o azul azulito,
ser escuálido o revolucionario…
Hermanos, yo les digo,
estoy cansada de tanta discriminación,
de tanto título,
¿no podemos ser moraditos?
Simón me canta al oído
y veo a Mercedes en las orillas del río..
y se me paran los pelos, se me agitan los sentidos.
La vaca Mariposa, Garcita me dice el tío,
y es ese estremecimiento lo único verdadero,
lo que todos compartimos,
ese llano que invade hasta al que nunca lo ha visto,
ese Ávila que nos cuida, aún cuando estamos lejos,
esa gaita que esperamos mucho antes que nazca El Niño.
Entonces, no me pongan más títulos,
no me cataloguen, no me juzguen, no me tilden.
Fuera de la autocrítica,
de la división nacional,
de nuestra identidad fracturada,
para mí ser venezolana es esto,
es serlo porque así lo siento,
porque de eso me enorgullezco,
de lo bueno, que es mucho más que lo malo, me enorgullezco.
Mañana, cuando todo pase,
porque todo pasa,
dejaremos de ser malos, dejaremos de ser buenos
y seguiremos siendo, antes que todo, venezolanos.
Que sea pronto, sólo espero,
que volvamos a ser Nosotros
para dejar de ser estos
o aquellos.
Me gustó tu artículo, ojalá cada día seamos más los que estemos en esta onda, porque en cualquier momento de la historia de nuestro país, «ser venezolano», está más allá de un color o una ideología.
Saludos