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Venezuela y twitter: ¿el nuevo contrapoder?

Imagen: @Barkach

Después del cierre de 34 emisoras en todo el país, incluyendo estaciones independientes como Radio Metropolitana en los Altos Mirandinos, la reacción en internet de parte de los venezolanos y los que se solidarizan con la lucha por la libertad de expresión no se hizo esperar: En Twitter, la etiqueta #FreeMediaVe se alzó entre los diez trends más buscados del día.

El gobierno, imitando las acciones del régimen Iraní y su desconocimiento de la voluntad popular, replicaron, de manera obtusa y grosera, que Twitter había sido «colonizado» por la «ultra-derecha», en franca contradicción con su postura de hace unos meses, cuando aplaudieron el medio electrónico y celebraron la aparición de otra herramienta independiente de información.

Nadie puede dudar de lo que está pasando: esto es un carmonazo mediático. Es tan reminiscente de esos nefastos días del 2002 cuando el dictador Pedro Carmona instauró un blackout en televisoras y radios de todo el país, cerrando medios independientes como la de los Altos Mirandinos, que la misma «Ley especial contra delitos mediáticos» termina coronando su texto à la Pedro el breve, con esta joya: «Se derogan todas las disposiciones contempladas en otras leyes que colidan con la presente ley».

Por supuesto que tampoco debe extrañar que, después de ignorar el sufrimiento de los iraníes en una estafa electoral más grande que la de George Bush en Florida (2000), el gobierno siga el ejemplo de otro de los gobiernos faros del eje-siglo-XXI, la dictadura China, y decida perseguir a un blogguero por «instigación al magnicidio» y «propaganda de guerra».

El vaso se quebró. Aquellos que dicen aupar «la democracia», «la libertad» y «la paz», deben manifestarse con vehemencia en estos atropellos a dicha democracia y libertad. ¿No son demócratas aquellos que luchan contra los abusos estadales? ¿No son cómplices quienes, convenientemente, se quedan callados y voltean la cara?

La historia nos da las claves en este caso: Jean-Paul Sartre calló, por conveniencia y alianzas estratégicas geopolíticas, ante la revelación de los Gulags en la Unión Soviética. Dio la espalda a millones de personas que se congelaron en Siberia y que sólo pedían justicia y paz, todo para avanzar sus fichas en el juego diabólico de la diplomacia mundial. Se sirvió de esa gente para su agenda personal. Esto no lo estamos inventando, es un hecho documentado que llevó a su ruptura con Camus y hoy en día se percibe de manera unánime como un error imperdonable de parte del autor de La Náusea.

De eso se trata: de luchar por nuestros derechos. Más allá de partidos políticos y apuestas electorales, más allá de discursos y principios, nadie debe quedarse de brazos cruzados mientras el gobierno construye un monopolio mediático que haría salivar a Carlos Slim. Cada quién debe fijar su posición. Quedarse «con las manos limpias», viendo todo desde la comodidad irresponsable del que no se asume, equivale a jugar un papel en todo esto. Es cerrarle la puerta en la cara al judío que busca refugio de la S.S. en la Polonia de 1940, porque «ese no es problema mío y ya veremos lo que pasa».

Escribe. Publica. Twittea. Informa a tus contactos en el exterior. Manda cartas a periódicos internacionales. Tenemos muchas herramientas en nuestras manos y a veces no vemos el inmenso poder que esto nos da. Deja oír tu voz, expresa tu opinión, no tengas miedo. Desde acá trataremos de hacer lo propio…

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