Episodio De Pelicula (a mi me ocurrio)

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Si quienes me leen son aficionados al cine, deben haber visto esa extraordinaria película: “A Bronx Tale” en la que Robert De Niro interpreta a Lorenzo Anello, un abnegado padre, preocupado por la importante amistad que desarrolla su hijo, Calogero con Sonny Lo Specchio, un mafioso local del Bronx de los años 60, encarnado en la figura de Chazz Palminteri. La amistad se inicia en el momento en que “C” como era llamado Calogero, presencia un tiroteo callejero en el que participa Sonny, sin embargo el chico, al ser interrogado por la policía, no lo delata, y con ello gana la amistad y la protección de quien seria su mentor y gran amigo. Mi objetivo no es hacer una critica de la película, que en general me pareció excelente, lo que si pretendo es hacer mención de una escena memorable y hermosa en la que “C” atormentado por saber si una chica realmente lo quería, solicita el concejo de Sonny, y este le dice lo siguiente: “ve hasta su casa, antes de bajarte del auto, cierra ambas puertas. Luego sal del auto, camina hacia ella. Llévala hasta el auto. Busca la llave ponla en la cerradura y abre la puerta para ella. Luego déjala entrar. Después cierra la puerta. Luego camina rodeando la parte trasera del auto y mira a través del vidrio trasero. Si ella no se acerca y levanta el seguro para que tu puedas entrar: déjala.” El texto original en ingles es el siguiente:

Sonny: Alright, listen to me. You pull up right where she lives, right? Before you get outta the car, you lock both doors. Then, get outta the car, you walk over to her. You bring her over to the car. Dig out the key, put it in the lock and open the door for her. Then you let her get in. Then you close the door. Then you walk around the back of the car and look through the rear window. If she doesn’t reach over and lift up that button so that you can get in: dump her.

Luego del consejo de Sonny, “C” se sintió inquieto y ansioso esperando el momento de la cita, y al llegar a su casa, el hizo todo lo que le indico su amigo. Ese momento fue mágico. Le abrió la puerta, se fue por la parte de atrás y miro si ella hacia lo que estaba esperando, todo ocurrió como en cámara lenta, pero el encanto estaba allí. Ella se movió hacia la puerta del conductor, levanto el seguro mientras “C” observaba todo desde atrás, él saltó de la alegría, su chica no lo había defraudado.

Ustedes querrán saber, a que se debe todo este cuento de una película que quizás todos ustedes vieron, pues debo decirles que yo también fui protagonista de esa escena. Lo que vivió “C”, también yo lo viví.

Era una de esas noches en las que parece que todo va a salir mal; se me rompió un caucho, los bornes se aflojaron y la camioneta no encendía, el cajero automático no me dio dinero, luego en la avenida hubo un choque y tuve que esperar como media hora, mientras llegaban las grúas y quitaban el desastre, mas adelante me detuve en una panadería a comprar unos chocolates y mientras hacia la compra llegaron unos malandros a robar. Nos hicieron acostar en el piso y uno de ellos el más gordo se entretuvo caminando por nuestras espaldas, mi camisa era blanca y la huella del zapato talla 43 en la misma era una evidencia, por lo que tuve que entregarla a la policía, que llegó por supuesto media hora después del robo. Por suerte el dueño de la panadería tenia una de esas camisas blancas de panadero, y al verme sin camisa me la prestó.

Luego de todo lo ocurrido no quise devolverme a casa por otra camisa, así que continué mi camino a la casa de esa chica con la que iba a salir. Días atrás había visto por enésima vez “Una Historia Del Bronx”, de pronto todo estuvo claro para mí, llevaba tres semanas saliendo con ella y aun no sabía si ella seria capaz de superar la prueba del seguro de la puerta. Las pocas cuadras que faltaban hasta su casa las recorrí a diez kilómetros por hora, solo pensaba, moría por saber si ella me quería, y la mejor forma de saberlo era con la prueba del seguro de la puerta, la sabiduría de Sonny no podía fallar, —hoy, en esta noche, sabré si ella me quiere —, dije en voz alta, en la soledad de mi camioneta.

La calle en donde vive Carolina, —así se llama ella —, estaba solitaria, detuve el auto en la esquina y miré en dirección a su casa, las luces estaban encendidas, de seguro tendría rato esperando. Estaba ansioso, muy dentro de mi sabia que ella me quería, y en pocos minutos estaría mirando por el vidrio trasero el momento en que ella me abriese el seguro, y al igual que lo hizo “C” yo también saltaría de alegría, con la diferencia de que este es un episodio de la vida real, de la mía. Detuve la camioneta al frente de su casa, y tal como lo hizo “C”, cerré ambos seguros y Salí, ya ella estaba abriendo la puerta mientras caminaba hacia ella, nos abrazamos y besamos, —hasta ahora todo estaba saliendo bien, era la noche de mi vida —, pensé mientras caminábamos hacia el auto—. Me preguntó que por que vestía de panadero, y le dije que luego le contaría.

Abrí su puerta, espere a que entrara y me fui rodeando la parte de atrás del auto, —tal como lo hizo “C” —. Me sentía en una de esas escenas románticas en las que todo esta nublado, hojas cayendo de los árboles, música romántica en el fondo, y el encanto de Carolina abriendo el seguro de la puerta. Salte de la alegría, incluso fui mas efusivo que “C” en la película, lo demás fue perfecto, la noche ideal, y la promesa de seguir juntos. Al amanecer ya llegando a su casa, le pregunte si saldríamos en la noche, —era sábado y teníamos que aprovechar el fin de semana. —No voy a poder —, dijo carolina, explicándome, que tenía un viaje para resolver un problema familiar—. Yo le dije que no se preocupara, que yo entendía eso. Luego nos despedimos amorosamente.

El fin de semana la pase solo en mi apartamento, vi la tele, me entretuve en Internet. Solo el domingo en horas de la noche salí un rato a comprar unos panes y algo de queso, por cierto a la panadería en donde nos robaron y aproveche para devolver la camisa de panadero, incluso le conté al dueño que esa camisa fue testigo de la mejor noche de mi vida. —Si es así, se la obsequio para que la suerte le persiga —, dijo con aire magnánimo y protector.

Al llegar al apartamento, escuche la alarma del buzón de voz del teléfono, de inmediato fui a escucharlo. Lo escuche dos veces y no creía lo que escuchaba.

—“hola amor soy carolina, te llamo para decirte que no me llames mas, volví con mi marido y como entenderás no podemos seguir viéndonos, de todas maneras gracias”.

Escuche el mensaje como quince veces, después agarre el celular y lo lancé desde el cuarto piso en que vivo. Me tome una botella de Ron y al día siguiente ni siquiera fui a trabajar. Los consejos de Sonny a mi no me sirvieron, ella me abrió la puerta del auto y me cerro la de su vida.

Hoy es martes, me siento mejor y voy a invitar a salir a Teresa. Hollywood ya no me sirve.

Por: Rubén Bolívar Estrada

6 Comentarios

  1. Cierto, los consejos de Hollywood no son infalibles… qué consejo lo es? Además, el regusto melancólico de esta historia te pertenece, aunque Carolina no haya resultado ser «la» chica. Saludos!

  2. ¿El concejo se Sonny??? He visto varias veces esa película y no recuerdo haber visto ni oido en ella nada acerca del «concejo» de Sonny. Ni del «concejo municipal» de Sonny, ni del «concejo comunal» de Sonny».

    De todas maneras, estuvo bueno el cuento. Lo leí completo. !Que cosa más rara!

  3. En el texto de la historia, puedes leer el fragmento original en ingles, en el que sonny, aconceja a su pequeño amigo Calogero.
    quizas viste otra pelicula, y en el texto hay un enlace al guion original.

  4. Excelente texto. La vida suele ser menos romantica que en las peliculas, a menos que veas «Requiem for a dream», que es mi referencia ;)

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