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Mi vida a través de las putas (XIV)

Una playa, un amanecer, cero zapatos, cero cholas

Una canción, dos audífonos en la oscuridad

Una fogata, una botella de ron, unos panas

Una parrilla, una familia, unos amigos

Un concierto una banda una cerveza

Tres falafels, un hummus, un baba ganoush, un fatoush, un laban dulce

Un 69, una chica, diecinueve años, una nariz, un culo, dos mamadas, una mano aprieta una nalga, otra mano empuja un cuello a una pinga que eyacula.

Placeres simples.

Diecinueve, ¡oh los diecinueve! Es la edad de la vendimia sexual, le mejor organoléptica del cuerpo humano, el climax biológico.

Un whatsapp, una cita, media hora, un gracias amor, un para servirte cariño.

Treintamil colones, una cédula, unas llaves, un ticket de parqueo, cuatro bolsillos, un mosca, un pilas, un cuidao con una vaina.

Una pandemia, un miedo, una restricción, una mascarilla, unos lentes, una mamada de culo con saborizante de chocolate en un burdel barato, un peo, un encierro, un apocalipsis, una vaina.

Un herpes, un fuego, un Aciclovir en crema, un examen de sangre, una prueba de HIV, una urologa, un coronavirus, una vacuna, una culpa, una paranoia, una guevoná.

¿Intercambio o desgaste?

¿Simbiosis o parasitismo?

Somos un corral de producción de emociones servidas en bandejas exquisitas a demonios invisibles.

Una urgencia, un ladyboy, unas japonesas, un trio, una fantasía, mil deseos.

Un voy de bajada, ahora o nunca, una sola vida, un reloj de arena a mas de la mitad, un vaso medio vacío, un que carajo.

Una oportunidad, una sociedad, un individuo, una realidad, una ignorancia infinita, un abismo a la vuelta de la esquina.

Un cuerpo, una mente, un mar de emociones, un químico, una reacción en cadena, unas sinapsis, una corriente electrica.

Las putas en la palma de tu mano.

Memento mori.

Recuerda que morirás.

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