El Fracaso de la Oposición Anti-Gómez

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General Juan Vicente Goméz
General Juan Vicente Goméz
General Juan Vicente Goméz

Dos jóvenes conversan junto al camino que acaba de escaparse de la calle principal de un pueblo andino. Gómez tiene que caer. No es posible que un pueblo de Libertadores tolere a este rústico. Mire, responde el otro, el general Gómez morirá en su cama. Ese hombre nació para dominar el país. Así estaba escrito y la voluntad que lo llevó al Poder va a cumplirse con precisión de profecía” (Domingo Alberto Rangel,. Gómez: El Amo del Poder. p.277)

         La dictadura de General Juan Vicente Gómez es considera la más represiva y cruel contra sus adversarios en la historia moderna de Venezuela, debido en tanto a la longitud de su mandato (27 años) como a las características particulares de los métodos represivos usados durante su gobierno: Cárcel, torturas, trabajos forzados, ruina económica, exilio, desapariciones forzadas, ejecuciones, entre otras. Razones de sobra, existían para construir una oposición contra el gobierno del General Gómez: La tiranía, la corrupción, el nepotismo y abuso indiscriminado del poder por parte del General, sus familiares y su séquito.

         Gómez, desde el inicio de su mandato, encontró oposición desde diversos sectores civiles y militares, todos dentro de distintos puntos de espectro ideológico, pasando desde el comunismo hasta al caudillismo más primitivo. Enfrentó conspiraciones dentro de su propia familia, gran ejemplo fue la encabezada por su propio hijo y 1er vicepresidente General José Vicente Gómez (1928), y también por parte de colaboradores cercanos, como el General Román Delgado Chalbaud (1913 y 1929), antiguos caudillos, militares y oficiales de viejas y nuevas generaciones, estudiantes y políticos anticastristas y castristas, antigomecistas y exgomecistas.

Generación del 28
Generación del 28

         Desde la aparente pacificación del país, Gómez enfrento innumerables conspiraciones, principalmente entre 1914 y 1921, enfrentándose a los últimos intentos, casi desesperados de la raza casi extinta del caudillo montonero criollo, siendo derrotadas todas y cada una de ellos, habiendo un período de relativa paz hasta 1928. Ninguna de las invasiones, atentados, sublevaciones civiles y militares resultaron eficaces ni lograron siquiera cambios superficiales sobre el gobierno, menos sobre quien dirigía los destinos de la nación hasta su muerte en 1935.

         La ausencia de partidos fue un factor decisivo en el mantenimiento de Gómez en el poder. El equipo político de este “gendarme necesario” (Vallenilla dixit), vendió inteligentemente la idea que equiparaba a los partidos con el caos y la anarquía, y a la ausencia de estos, es decir, la “unión” en torno a un sólo hombre, un sólo gobierno, con la “paz”.

         La falta de unidad entre las facciones anti Gómez es históricamente reconocida como otro de los factores decisivos del fracaso de la oposición. Los caudillos anti Gómez sencillamente eran igual o peor que este. Eran producto de la misma época y de las mismas circunstancias; personalistas, caudillistas, y autocráticos. Cada caudillo (o grupo de caudillos, unidos solamente por su odio visceral contra el General Gómez), tenia su propio plan, y no entendieron que lo que muchos pensaban en el país: ¿Para qué sustituir a un Gómez por otro?

General Román Delgado Chalbaud
General Román Delgado Chalbaud

         Así mismo, el gobierno contaba con un aparato de seguridad interna y externa excepcionalmente eficaz e implacable, conformado por una gigantesca red de espías, de compra de conciencias, entrega de dádivas y favores, cosa esencial para la estabilidad del gobierno. El castigo era siempre severo para quienes -por obra u omisión- intentaban acción alguna contra el régimen, es decir, contra el General; un riesgo que muy pocos estaban dispuestos a correr. Múltiples conspiraciones eran debeladas antes de que ocurriesen, y casi ninguna logró respaldo popular suficiente o importante, muchas veces por miedo a las represalias y otras sencillamente porque se consideraba que la paz, esta “pax gomera”, debía mantenerse a toda costa; el regreso al pasado, a las largas, cruentas e infames guerras fratricidas era un costo suficiente grande como para apoyar intento alguno en contra de la estabilidad del régimen, tuviese las característica que fuese.

La oposición al régimen, integradas en su mayoría por exiliados, prisioneros y guerrilleros, le daban su propia interpretación al lema de ”Unión, Paz y Trabajo”, que pregonaban los propagandistas del régimen: “unión” en las cárceles, “paz” en los cementerios y “trabajo” en las carreteras.” (Carlos Alarico Gómez. El Poder Andino. p126)

Bibliografía Parcial

  1. BATTAGLINI, Oscar. De la Guerra Federal al Gomecismo. 1era Edición. Caracas: Editorial Galac; 2012.

  2. ESTEVES, Edgar. Las Guerras de los Caudillos. Caracas: Editorial CEC – Los Libros de El Nacional (Colección Quirón); 2006.

  3. GÓMEZ, Carlos Alarico. El Poder Andino. Caracas: Editorial CEC – Los Libros de El Nacional (Colección Quirón); 2007.

  4. JIMÉNEZ, Iván Darío. Los Golpes de Estado desde Castro hasta Caldera. Caracas: Editorial Centralca; 1996.

  5. RANGEL, Domingo Alberto. Gómez: El Amo del Poder. 5ta Edición. Valencia (Venezuela): Hermanos Vadell Editores; 1980.

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