Certezas de lo Incierto (11)

0
876

Conocí una  vez a una señora de origen asiático. La India creo que era su origen. Con frecuencia me hablaba de cómo en su juventud fue perseguida y asediada. Ella y su familia huyeron por sus vidas de aquel pueblo en el que era odiada y en el que le lanzaban piedras. Numerosas cicatrices en su cuerpo me hablaron con más precisión que cualquier palabra sobre la violencia encarnecida que esa mujer sufrió.

Luego me contaba como en otro pueblo fue alabada y tratada como una especie de enviada por algún Dios. En vez de piedras le lanzaban pétalos de flores y polvos de colores. Su familia era tratada con todos los honores y su palabra era irrefutable. Pronto las heridas de su alma cicatrizaron y de ellas solo quedaron los recuerdos.

Aquí en Londres, en el Tube, la gente de vez en cuando le dedica una mirada escrutadora.

Ella nunca entendió el porqué de estos azares.

Yo creo que era por el enorme lunar que tenía en la cara.

Artículo anteriorlluvia Bis.
Artículo siguienteinvitación a «Mierda: tratado sobre el ano»
Clásico ejemplo de una personalidad INTJ. Escribir, para mí, me acerca a mis emociones pero sobre todo me resulta de terapia para darme cuenta de que no todo en este mundo está sujeto a interpretarse. Escribir es descubrir y una de las cosas que he descubierto es que sobre lo que no escribo, porque simplemente no puedo hacerlo, es infinitamente más importante y relevante que sobre lo que puedo escribir, es decir, sobre lo que puedo interpretar. http://patanium.wordpress.com/

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here