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Sobre la «Conferencia por la Paz»

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Acabo de ver la “Conferencia por la Paz”, en Miraflores. Ausentes estuvieron los estudiantes y los dirigentes opositores de peso (excepto el resucitado Leopoldo Puchi, con un discurso que no dijo nada; y el diputado copeyano Pedro Pablo Fernández, quién hablo de imitar un modelo económico como el de Lula en Brasil). Básicamente, todo fue un gran saludo a la bandera. Las intervenciones de Aristóbulo Istúriz, José Vicente Rangel, Diosdado Cabello (Diosdado Cabello en una Conferencia por la Paz. El chiste se cuenta solo.), Jorge Rodríguez y el sindicalista oficialista Wilz Rangel, fueron belicosas y nada pacifistas.

Las únicas tres intervenciones que destacaron fueron las de Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, quien dijo que el país no estaba bien y que el principal responsable de controlar el discurso violento era el Presidente de la República. La de Vladimir Villegas, quien fue el único que mencionó a todas las muertes, cosa que no hizo el alcalde carabobeño Miguel Cocciola, y puso tres puntos en la agenda hacia un diálogo: 1) Medida humanitaria para Iván Simonovis. 2) Reunión del Presidente con los estudiantes. 3) Reunión con el presidente de Fedecámaras, para atender la grave crisis de escasez. Y la de Lorenzo Mendoza, quien propuso una comisión de la verdad para saber cuáles son las verdaderas cifras del BCV, y luego dijo que «La empresa no funciona si hay política”; dejado claro que habló cómo empresario y no representando a la oposición.

De resto, mucha retórica vacía, cero agendas claras. No se habló de represión, de Derechos Humanos, de desarmar a los colectivos paramilitares, de investigar y castigar las muertes de civiles ocurridas durante estas dos semanas (de hecho, a excepción de Villegas, nadie mencionó a todos los muertos, sino que se discriminó y se nombró sólo al motorizado muerto por la guaya en Petare), de asesinatos extrajudiciales, de censura (incluso Puchi dijo una barbaridad sobre las redes sociales, ignorando que son la única vía de comunicación que tenemos), de liberar a los detenidos por las protestas, etc.

Gravísima la intervención de la Fiscal Luisa Ortega Díaz, quien mencionó a los militares y policías heridos, y apenas y si medio mencionó que iba a sancionar a quienes violaran derechos humanos. Ni una palabra a las víctimas de la represión salió de la boca de quien es la principal responsable de impartir justicia en el país. Así, es imposible que haya paz. Si la Fiscal Luisa Ortega Díaz quiere aportar algo a la paz, que comience por abrir el camino de la justicia. En sus manos está.

Perdónenme si creo que esto no aportó mayor cosa.

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