panfletonegro

Prohibido Abstenerse

Elecciones-en-Venezuela1
La abstención no es la solución. Quedarte en casa no cambiará nada. Hacer parilla, tampoco. Ir a la playa, menos. Mejor aprovecha tu energía y deposita tu voto por el candidato de tu elección.
Nunca la abstención brindó beneficios a la oposición. Así perdimos un espacio vital en la Asamblea Nacional y se consolidó la hegemonía en el Congreso.
Repetir el error no es una opción. Nos jugamos el destino de la nación.
Si no te gusta ningún candidato del tablero, pues piénsalo de nuevo.
¿Todos son iguales, idénticos, los malos de la partida? ¿Vale la pena entregarle el país a los mismos dueños del coroto? ¿14 años no fueron suficientes?
Antes nos aburríamos de un presidente y lo echábamos a los cinco años a través de las urnas. ¿Te imaginas jalarte y calarte a Lusinchi con su familia corrupta por una década? ¿Por qué ahora somos tan complacientes con la dinastía bolivariana y le permitimos la perpetuación en el poder durante el siglo XXI?
¿Incapacidad de superar el pasado, miedo a crecer y evolucionar? ¿Esperanza por la consumación de una revolución inalcanzable? Lamento decepcionarte.
La utopía comunista no tuvo ni tendrá lugar en Venezuela. Es fácil comprobarlo, si sales de la caverna de los medios del proceso.
Lee indicadores económicos, repasa la crónica roja, investiga por internet, consulta con tus parientes, compra en el automercado.
Descubre la enorme distancia entre las promesas de paz social de Maduro y la guerra bipolar instalada en el corazón de la capital, como producto de la inoperancia a la hora de manejar los asuntos del estado.
¿Dónde quedo tu ilusión de vivir de manera independiente y segura?
Yo te cuento mi experiencia y la de mis amigos. Éramos un grupo compacto de diez incondicionales, inseparables. La crisis nos fragmentó y disgregó en el mapa, a consecuencia de la falta de oportunidades y de la violencia. No te miento.
Mi amiga la escritora se cansó de aguardar por el sueño, de “pelar bola pareja” y decidió levar anclas.
A mi amigo lo secuestraron conmigo, por poco lo matan y se arrancó de aquí para reencontrar su equilibrio. Mis colegas de la Universidad se marcharon por razones análogas.
Poco a poco, me fui quedando solo. Las circunstancias me obligaron a reinventarme y a buscar nuevos amigos. Pero al cabo del tiempo, los volví a perder. Porque los quiero de regreso, el domingo votaré en contra de Nicolás. Tu puedes votar a su favor, si quieres. Es tu decisión y te la respeto.
La idea, a fin de cuentas, es contarnos y medirnos. Ojalá después, podamos construir un país en concordia y sin discriminación. Cada quien aportando lo suyo, los de izquierda, los de centro y los de derecha.
Es mi único deseo para el 2013.
Yo voto porque no quiero más desunión en las familias de Venezuela.
Si tu no votas, cercenarás tus atributos como ciudadano republicano. Retrocederás a la edad media. Consentirás la abolición de la democracia. No es poco el riesgo. Asume las consecuencias de tus actos.
La pasividad y la apatía son pésimas consejeras.
Te invito a participar.
Mánchate el dedo.

Salir de la versión móvil