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HUGO CHÁVEZ: EL RETORNO DE DIÓGENES ESCALANTE

LOS GRUPOS Y LAS LEYES SISTÉMICAS

Toda vez que dos o más humanos se vinculan, emerge una nueva dimensión, la cual se rige por reglas específicas, distintas a las del comportamiento individual. La mejor manera de explicarlo es a partir de aquella famosa idea, a saber, el todo es más que la suma de las partes. Así, mamá, papá e hijos conforman una unidad llamada familia, y esta familia comienza a tener una existencia propia, más allá de las particularidades de sus miembros quienes, por cierto, pueden verse condicionados por lo que ocurre en ese nivel, llamado sistémico.

A efectos del análisis que sigue me centraré en una de esas leyes de los sistemas:

Todos los miembros del sistema pertenecen al sistema

Esto implica que toda exclusión de un miembro del sistema acarrea consecuencias. ¿Cómo cuáles? Digamos que uno de los hijos de esta familia sufre de esquizofrenia, y que la familia, por vergüenza, lo aisla de la vida familiar y social. Esta fue una práctica típica de la colonia, y de ahí la frase «el cuarto del loco», para referirse a la última habitación de la casa, la que quedaba más alejada de la entrada y la que se destinaba al miembro enfermo. Los terapeutas sistémicos explican que el sistema mantiene un balance que se altera con las omisiones y exclusiones de los miembros, creando una carga que busca ser reequilibrada en las generaciones siguientes. Es lo que se verifica en la experiencia clínica de corte transgeneracional. Luego de algún suceso traumático de este tipo, algún descendiente termina embrollado, esto es, identificado inconscientemente con el ancestro que fue excluido.

Siguiendo el ejemplo, digamos que el nieto de «el loco» alberga una sensación de inadecuación que no puede explicarse; que tiene afición por lo bizarro y lo extraño y que ahora explora con drogas y va perdiendo el control de sí mismo a medida que, sin saberlo, cultiva una adicción. No es explícito para los miembros de la familia, pero puede verse la semblanza del excluido en estos comportamientos. Esto que los psicoanalistas llaman el retorno de lo reprimido, vale acá en un sentido transgeneracional: el sistema trae a la conciencia del grupo aquello que quedó pendiente unas generaciones atrás (en este caso la injusticia cometida contra el tío-abuelo). Por supuesto, ninguno de los integrantes está consciente del drama, aunque sean los protagonistas de su reedición. Exactamente como en la tragedia griega o como en la histora de Romeo y Julieta.

Para los interesados, resulta muy curioso que cuando se hace el árbol genealógico y unas cuántas intervenciones, lo típico es que los síntomas remitan; en el ejemplo, el muchacho comienza a tomar el rumbo de su vida; ya no es el reflejo del tío-abuelo, sino él mismo. En síntesis, la exclusión al ser reconocida y sanada, permite ampliar la libertad de los miembros del sistema, colocando sus destinos en sus manos, antes que en los conflictos del pasado.

PESADILLA EN LA CALLE DEL INFIERNO: UNA LECTURA SISTÉMICA

Una manera un tanto extrema, y sobretodo pop, de explicar lo sistémico es con la serie de películas Pesadilla en la Calle del Infierno. En resumen, Freddy Krueger fue el hijo de una esquizofrénica que muere durante el parto. El ahora huérfano (y también psicótico) Freddy, deambula por la vida, hasta que encuentra un lugar hermoso que no tolera. Entonces empieza a matar a niños. Lo llevan a juicio, pero queda libre. La horda de padres, enardecida, decide tomar la justicia en sus manos, y queman vivo a Freddy Krueger. Este es el motor que mueve la trama: un miembro de una comunidad cerrada fue eliminado brutalmente y el sistema quedó en desbalance; un desbalance que implicará a los descendientes de los asesinos, quienes pagarán las consecuencias. Por cierto, el tema ético a nivel sistémico es distinto a la lógica de las leyes humanas. Cierto que Krueger merecía un castigo, pero el castigo que recibió no fue con miras a reparar el daño, sino a destruirlo a él como persona. De ahí el desbalance y, en términos de la película, su venganza.

¿CON QUIÉN ESTÁ EMBROLLADO HUGO CHÁVEZ?

Las leyes sistémicas aplican a cualquier grupo humano: familia, comunidad, país… Cuando nos ubicamos en este último nivel, obviamente los ancestros no son los familiares directos de los que ocupan cargos públicos, sino las figuras de la vida pública de la nación. De manera que sí, a nivel familiar, Hugo Chávez tendrá su trompo enrollado con algunos ancestros, pero eso queda fuera de cualquier discusión en este post. Lo que sí podemos ver es con quién se identifica inconscientemente, en tanto presidente de la república. Sabemos que, conscientemente, le gusta vincularse con Simón Bolívar, del cual se siente continuador. Pero ¡atención! no es eso lo que se deduce cuando lo vemos en acción:

¿Se imaginan a Bolívar diciendo la retahila de estupideces, distorsiones e infortunios que fluyen por la boca de Hugo Chávez? Por supuesto que no. Sin embargo, el contenido nos da pistas. A ver ¿quién, de la historia de Venezuela, podría decir cosas similares a las que dice Hugo Chávez? ¡Diógenes Escalante, por supuesto!

La primera clave de la exclusión (y de posicionamiento en el inconsciente sistémico) la tenemos en que casi nadie conoce a este personaje, nacido en 1879 y muerto en 1964. La segunda gran clave, y la principal, es que Diógenes Escalante estaba destinado a ser presidente de Venezuela y, por un brote psicótico, fue borrado del mapa político venezolano al inicio de su campaña presidencial. Venía con una carrera impecable y con el apoyo para continuar el apuntalamiento de la democracia en Venezuela. Sin embargo bastó que, antes de una reunión importante dijera, en estado de ansiedad extrema, que le habían robado las camisas y la chequera (que tenía enfrente) para que lo desplazaran completamente de cualquier actuación pública. Esto ocurrió el 2 de Septiembre de 1945. Lo que sigue es la historia de un país escindido y de un golpe de estado a poco más de un mes de este suceso.

Con estas ideas podemos reordenar un poco la genealogía de la crisis venezolana:

1. Cierto es que Chávez es la consecuencia de 40 años de democracia, una democracia que se encargó favorecer a ciertas élites pero, sobretodo, excluyendo a los más necesitados y desfavorecidos.

2. Sin embargo, Chavez es la consecuencia de una crisis más profunda; la de la pugna entre los que desconfian de la madurez política del pueblo venezolano y los que proponen que sea el pueblo el que elija desde la base. (Hay un drama aún más profundo, al que he aludido en otro post, el de una colonia que nunca quiso independizarse).

3. En su momento, la versión elitesca de la democrácia era representada por el Medinismo, mientras que la versión populista era defendida por Acción Democrática, partido que, en coalisión con las Fuerzas Armadas, da el golpe contra Medina Angarita.

4. En este escenario, un gran personaje pasó a las sombras, y nos persigue ahora, cual Freddy Krueger, en la figura de Hugo Chávez, quien lleva al extremo la confianza en un pueblo que, luego de 40 años de hambre y falta de educación puede ser cualquier cosa, menos maduro políticamente hablando.

La mesa está servida. Bienvenidos a Venezuela: Pesadilla en la Calle Los Mangos de La Florida (a dónde fue a parar Escalante luego de ser recogido en el Hotel Ávila).

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