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Perdón, la culpa es mía

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Confieso que empiezo a escribir con un poco de aprehensión, luego que mi anterior texto se volviera viral he tenido un poco de bloqueo para volver a escribir, así que creo que lo justo sería empezar dando las gracias a quiénes lo compartieron y leyeron. Dicho esto, me gustaría hacer algunas reflexiones acerca de los comentarios recibidos tanto a favor en contra, porque hubo varias cosas que se repitieron con más o menos regularidad.

1) Culpa y responsabilidad

De los mensajes recibidos en contra uno que se repetía constantemente es: «Ay sí, ahora toda la culpa es del gobierno» cuando en realidad yo lo que hice fue responsabilizar al gobierno por no hacer bien su trabajo y por querer correr la arruga hasta convertir algo que es una obligación suya nada más, en nuestra responsabilidad, a pesar que en la constitución dice lo contrario:

Artículo 55. Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes.

La participación de los ciudadanos y ciudadanas en los programas destinados a la prevención, seguridad ciudadana y administración de emergencias será regulada por una ley especial.

Los cuerpos de seguridad del Estado respetarán la dignidad y los derechos humanos de todas las personas. El uso de armas o sustancias tóxicas por parte del funcionariado policial y de seguridad estará limitado por principios de necesidad, conveniencia, oportunidad y proporcionalidad, conforme a la ley.

Estamos acostumbrados a no exigir, para nosotros exigir es quejarnos y con quejarse no se saca nada, como todos somos «amigos» y los «amigos» no se «echan paja» creemos que tenemos que hacernos la vista gorda cuando alguien falla. Yo entiendo que el actual presidente tiene un vínculo personal/emocional con sus seguidores, que los lleva a pensar que lo conocen y es su «amigo», pero no, el presidente ni es tu amigo, ni es tu papá, ni tu compadre, el presidente es un funcionario público que tiene un trabajo y unas responsabilidades que cumplir, si no, tiene que darle chance a otros que lo hagan. Y lo primero es asumir cuál es su sitio.

Lamentablemente hay que asumir que la situación escaló a un punto peligroso y cada vez menos sostenible. A esta situación no llegamos de un día para otro, es verdad que lo venimos arrastrando desde antes de la llegada del presidente, pero no menos cierto es que el aumento de la inseguridad ha sido exponencial: de 4.481 asesinatos que hubo en 1997, en 2007 hubo 14.000 al menos 19.336 en 2011. Yo como venezolano quiero saber cómo llegamos a este punto y siento que estoy en mi derecho de exigirle explicaciones al gobierno y acciones concretas. Apenas el años pasado se empezó a hablar de desarme, apenas hace unos días Freddy Bernal se le ocurrió que hay que contabilizar las armas ilegales .

Acá llegamos a otro punto importante, el de las armas, varias personas me contactaron para decirme que en Venezuela, donde no se producen cabillas, sí se fabrican armas y municiones pero el registro es poco transparente para decir lo menos. Leyendo un artículo de Luis Carlos Díaz me entero que el 80% de los cartuchos encontrados en escenas de crímenes en Venezuela llevan el registro de CAVIM pero como no se lleva un buen registro no se puede dar con quién está suministrando las balas con la que matan venezolanos todos los días. Se supone que los militares están encargados del parque de armas y sin embargo de sus almacenes salen las pistolas y las balas con que el hampa desangra al país.

Para cerrar el tema de la responsabilidad y la culpa quiero decir que yo no abogo porque vayamos al centro de Caracas cubiertos de alhajas para probar un punto, parte de nuestra responsabilidad en el tema es personal, nos encontramos en indefensos frente al hampa, lo que podamos hacer para evitar caer en sus garras no está de más. Pero recordemos que no hay ningún secreto mágico para no ser víctimas, te matan y te roban donde estés. La culpa es del hampa, la responsabilidad del gobierno, creo que más claro no lo puedo decir.

2) La educación es la salvación

Evidentemente la educación juega un papel importante en la resolución del problema, en especial a largo plazo, pero en el corto y mediano plazo hay que tomar otras medidas para resolverlo. Una buena campaña de desarme, un compromiso más grande contra la corrupción y la impunidad, no es fácil pero hay que hacerlo. La educación no es sólo lo que se da en la escuela o en el hogar, la sociedad juega un papel fundamental en la formación del individuo y lo que estamos transmitiendo es que todo vale, que no hay consecuencias a nuestros actos, algo absolutamente nocivo.

Robar está mal, matar está mal, circular por el hombrillo está mal, colearse en el cine está mal, no respetar el paso peatonal está mal. Son comportamientos con mayor o menor gravedad, pero son erróneos todos. Ese afán por no ser «pendejos» y ser los más vivos es la raíz de la escalada de ilegalidad y anarquía en la que vivimos. Insisto con los ejemplos del tráfico porque me parece el ejemplo que mejor ilustra como hemos involucionado como sociedad. Hay momentos del día en Caracas que simplemente nadie se mueve porque nadie es capaz de dar paso al otro, un absurdo y un fracaso como sociedad.

Y sí, es innegable que hay valores capitalistas que tenemos arraigados y son tóxicos. Pero ¿por qué en los otros países vecinos que crecieron en el mismo capitalismo no hay estos niveles de violencia? Porque que te roben te roban en todos lados, lo anormal es que además te caigan a tiros. Al final eso no es más que una excusa. Ni siquiera en los otros países «revolucionarios» pasa esto, a excepción de Brasil pero que poco a poco está intentando salir del atolladero y cuando hace unos pocos años no se podía caminar por las calles de Copacabana, hoy en día es una zona relativamente segura y completamente turística. En otros países hay pobreza y aún así no son tan violentos como nosotros.

3) Onceavo mandamiento «No Politizarás»

Quizá el argumento en contra más repetido fue que estoy politizando el tema, que estoy haciendo propaganda a favor de un cambio de gobierno, que soy un agente de la ultraderecha y así al infinito. Y si estoy politizando cuál es el problema me pregunto yo. Lo que tiene que ver con las responsabilidades del Estado y del Gobierno es política. La Constitución me da derecho a expresas mis puntos de vista. No estoy utilizando el dolor de nadie para fines ulteriores porque son experiencias que he tenido la desgracia de vivir de cerca.

Además en este país todo se ha politizado, la salud, la educación, etc. en fin, se ha politizado hasta las juntas de condominio. No hay tema sagrado acá que no se pueda politizar. Si algo hay que agradecerle al gobierno actual es que haya activado la conciencia política del venezolano de un lado y otro. Los fracasos del gobierno, sea del color que sea hay que machacarlos y presionar para que resuelvan los problemas. No se trata de hacer propaganda, se trata de aspirar a un mejor país. Creo que lo merecemos.

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