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Como un buen salvaje

Soma

Anoche terminé de leer “Un mundo feliz” de Aldous Huxley. Después de mucho tiempo teniéndolo en mi biblioteca, un día decidí leerlo y fue como el comienzo de una revelación. Caí en un estado de introspección tratando de asimilar el mundo que me pinta huxley y el que habito.

Huxley tiene una manera de escribir un poco sagaz y brutal a la vez, con obras repletas de temas que ningún autor, antes de èl, se atrevió a tocar. Yo leì “las puertas de la percepción” y me dieron ganas de meterme acido. Pero eso ya es otra cosa. Hoy pensé mucho en ese “mundo feliz”, en mi propio mundo y tal vez en el tuyo también.

La civilización nos ha llevado por un presente tan turbio, banal y a veces obsceno. Huxley predijo muy bien ese mundo donde ahora estamos, claro, teniendo como punto de referencia ese mismo mundo donde estuvo hace 48 años, sin caer en cuenta que el futuro sería tal cual como lo describió y hasta peor. Depende de cuan fatalista seas. El autor se esmeró en crear una civilización falta  de emociones, completamente drogada y sin un Dios en quien creer. Porque sencillamente la presencia de un Dios conlleva a creer en algo que no vemos, en una cosa divina, más grande que la vida misma, y que para la sociedad de Huxley, ortodoxa  en sus prácticas,  si no lo ves, no existe.

Ahora bien, la sociedad es creada en laboratorios, enfrascada, nadando en combinaciones de distintos químicos, donde, además, se les califica según las capacidades que le son adquiridas al momento de ser creados. En el mundo feliz de Huxley, todos son bueno eso, felices, nadie es dueño de nadie y nada importa. Parece el mundo ideal de muchos. Pero ¿estamos dispuestos a vivir en una civilización donde el sentir, amar y apreciar la belleza es igual a estar loco? Y aquí es donde tenemos a nuestro amigo el “salvaje”, quien es un tipejo con creencias, si bien un poco primitivas, las tiene, y es todo aquello que los  “civilizados” no son. Nuestro amigo el “salvaje” llega a la civilización y siente, al cabo de unos días de observar lo que pasa en aquel lugar, que todo aquello está mal, que ese mundo moderno no es para nada maravilloso sino más bien opresor . Naturalmente, el “salvaje” no soporta estar bajo el ojo instigador de aquellos seres civilizados y termina por suicidarse. No había otra opción. Huxley no se la dio.

Constantemente yo he sentido que este mundo se nos quiebra en frente a nuestros ojos. Más de una vez creo llevar la piel de ese “salvaje”, al observar como nuestro mundo se nos viene abajo, que tanto avance terminará por destruirnos o que quizás terminaremos sublevados ante una raza superior y no seremos más que una “civilización” de mitos. Pienso que no somos tan civilizados como nosotros mismo, en una acto de arrogancia, nos hacemos llamar; lo ves cuando nos matamos los unos a los otros para robarnos lo que tanto esfuerzo nos cuesta, cuando queremos invadir el territorio de otro a la fuerza y porque si, cuando hombres y mujeres por igual juegan al “don juan” y se entregan a la promiscuidad y cuando tomamos cantidades de alcohol que nos inhibe del dolor o esnifamos un poco de coca para olvidarlo todo. Al parecer, Huxley además de ser escritor y todo lo demás, era pitoniso.

Su mundo feliz no está tan alejado del “nuestro”. Obviamente tenemos ingredientes extras que nos delata como seres increíblemente extraordinarios para crear, así como también para destruir aquello mismo que hemos hecho.

Soy parte de esa minoría que a menudo va caminando por la calle con deseos de hacer las vainas con pasión, sin doblegarme ante una autoridad que chupa almas desesperadamente, obligándote a olvidar tus sueños. Al igual que el “salvaje” de Huxley, prefiero sufrir con la agonía de un porvenir y estar expectante ante la vida , que permanecer bajo un letargo mecánico, donde el envejecer está muy lejos de tu meta y  al morir te conviertas en cenizas útiles. Habrá quienes digan que con pasión e idealismos no te llenas los bolsillos. Yo simplemente les sonreiré y callaré, porque probablemente no tenga nada que decirle a un ser conformista y resignado.

Espero que tú, al igual que yo, cada noche te preguntes dónde coño estarás dentro de 10 años y te excites de tan solo pensarlo e imaginarlo. Porque es mucho mejor no saber qué es lo que vendrá a ya tener una vida programada. Tan solo espero  no perder mi humanidad, por más utópica e insana que  le parezca a alguien. Quiero abrir los ojos y disfrutar de la belleza moral e inmoralmente. Si he de convertirme en paria en mi propia tierra, lo harè. Porque mi mundo feliz ya lo tengo y porque probablemente  aquello que me rodea algún día desaparecerá y comenzaremos de cero. Porque todos somos salvajes aunque no quieras verlo…

Y  esos civilizados nos gritaran “ ¡SALVAJE!, ¡SALVAJE! ¡ SALVAJE! “

MIENTRAS QUE “ LENTAMENTE, MUY LENTAMENTE , COMO DOS AGUJAS DE BRUJULAS, LOS PIES GIRABAN A LA DERECHA, NORTE, NOREDTE, ESTE, SUDESTE, SUR, SUBSUROESTE, DESPUES SE DETUVIERON Y, AL CABO DE POCO SEGUNDOS, GUIRARON CON IDENTICA CALAMA, HACIA LA IZQUIERDA: SUBSUDOESTE, SUR SUDESTE, ESTE… “

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