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Horrible Bosses: Film Anarquista


Lucha de clases en clave de comedia de enredo.Batalla de marxismos entre la visión de Karl y la de Groucho.Por fortuna,gana la segunda sin mediación de promesas demagógicas,redentoras o comunistas.Los jefes horribles caen por su propio peso como Golliat ante los proletarios armados de resorteras tragicómicas.Al final,debe triunfar una sintomática moral de corbata «pequeño burguesa»,aunque filtrada con autoconciencia.
Los victimarios pagan por sus fechorías y pecados en la tierra a manos de sus víctimas.
Si Godard hizo la pedantería de «Film Socialismo»,la escuela de Jason Sudeikis produjo la máxima fantasía de la generación adulto contemporánea,afectada por la crisis.A saber,cobrar venganza de la jerarquía burocrática(responsable de la depresión) y salir relativamente airosa del trámite.
Pero según el desenlace pesimista,todo es un espejismo Gatopardiano,pues el yugo del tirano solo cambiará de imagen y de figura,luego de su derrocamiento.
Es decir,un dictador corporativo sustituirá al otro y así hasta la nausea.
¿Les suena conocido?
El problema entonces no es del Leviathan del turno sino de la estructura emplazada para sostenerlo,al margen de su nombre o encarnación.
Cualquier parecido con el orden kafkiano del sistema democrático no es mera coincidencia.
¿Guiño al General en Jefe?
Sea como sea,no hay solución salomónica en el contenido de «Horrible Bosses», a diferencia de otras películas del género como «Dick and Jane»,donde los buenos superaban el despido colectivo y la miseria económica al derrotar a los malos de la compañía.
Los papeles de Jamie Foxx,Jenifer Aniston y Kevin Spacey figuran dentro de lo mejor de su carrera.Ella sobre todo se vuelve a robar el show.
Jamies es demasiado como un falso ladrón «afrodescendiente»,aficionada a la piratería.Es el imposible autor intelectual y gurú de los aspirantes a homicidas perfectos.
Los demás también funcionan.
Dos asuntos me resultan discutibles por su tratamiento esquemático:el sexo y las drogas.Ambos temas son sinónimo de muerte,violencia,degradación y banalidad a lo largo del metraje.
Acá el subtexto peca de alarmista y reduccionista.
Igual tampoco supone una intromisión molesta de lo políticamente correcto.No en balde,el guión es todo lo contrario a ello.
De hecho,las vueltas de tuerca del libreto acaban por convertir a los héroes en espejos de sus villanos psicópatas.
La misma tesis de «Office Space».
Así parecen ser las reglas del juego en la actualidad.Una deshumanización darwinista de la especia condenada a morderse la cola.
Por algo,es una película sobre muchas películas.
Suculento revoltillo de «Wall Street»,»El Diablo Viste de Prada» y «Pacto con el Diablo».
Casi como una deconstrucción gozosa de una terapia de autoayuda.
Me reí bastante con ella.
Agradezco su estreno.
De las mejores comedias del año.

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