¿Por qué “Al Sur de la Frontera” se parece tanto a “Sex and The City 2”?

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Son distintas y a las vez iguales. Pertenecen a diferentes géneros pero se adscriben a la misma corriente evasiva de “cine narco”, tan cerca como lejos de nuestra realidad local y global.

Una baja al sur para dedicarle un corrido melodramático a los Padrinos de la “Gomorra” bolivariana, influida por la sangre de los hermanos Castro, encabezada por la chequera roja rojita de Hugo Rafael y secundada por una Eva al desnudo, recubierta no por una hoja de parra sino de Coca(de la buena).

Otra sube al Norte y viaja al medio oriente, para reencontrar el oro y el moro perdido en un parque temático de Las Vegas, reconstruido por el dinero de la mafia petrolera en el Emirato de Abu Dabi.
Entre las dos existen no menos de cinco paralelismos. En adelante y a continuación, nos abocaremos a deconstruirlos para ustedes.
Bienvenidos al inframundo de la revolución retroprogesista.

See you in hell, bitches!

1-Enfoque de Queer Eye for the Straight Guy.

“Sex and The City 2” arranca con una secuencia estereotipada dentro de un matrimonio gay.La escena se quiere rompedora y liberadora, pero en vedad es reaccionaria y homofóbica, porque redunda en clichés y prejuicios de corte caricaturesco, para el regocijo y el conformismo del público puritano.
Es decir, el intro refuerza creencias y patrones de pensamiento único en el inconsciente colectivo, de miedo y encasillamiento de la otredad.
De nuevo, surge el arquetipo de la “loquita desatada” para provocar la risa demagógica de la dominación masculina.
Únicamente, el esquema es redimido por la participación de Liza Minelli, en una parodia musical del tema de Beyonce, “All the Single ladies”.
De resto, las chicas asisten como madrinas al carnaval del cambio de roles e identidades, aunque sin salir de sus cabales heterosexuales. Hasta la “MTV Movie Awards 2010” fue más atrevida con los besos calculados de las estrellas en busca de atención mediática.
De igual manera, la cámara de Oliver Stone consiente el ego y la estampa heroica de sus retratados, a quienes glorifica desde la admiración, el respeto, la veneración y el enamoramiento casi de tinte freudiano.
Su complejo de Edipo invertido le impide matar o apenas inquietar la imagen idílica proyectada por los supuestos padres fundadores del socialismo del siglo XXI.
Según él, todos ellos andan uniformados de rojo rojito en el continente de la resistencia bolivariana, a efecto de plantarle cara al imperialismo yanqui.
En realidad, cada uno es diferente y tiene un trato distinto en la manera de negociar con la economía de Estados Unidos. Algunos son fariseos e hipócritas como Hugo Rafael, al seguirle vendiendo petróleo a la primera potencia, más allá de su predica manumisa y extremista.También los hay cínicos y chabacanos como Lula. Sea como sea, persiste el baile de las máscaras, de Caracas a la Patagonia.
Sólo faltó la intervención de mi comandante, interpretando un tema de Barbra Streisand, para coronarlo con una guinda al estilo de “Sex and The City 2”.
Quizás allí radique el gran defecto de “Al Sur de la Frontera”, en el hecho de mostrarse excesivamente comedido, mojigato y pudibundo con sus personajes, al punto de lucir siempre solemnes, graves y sentenciosos, en unas falsas poses de notables y estadistas reflexivos. Por favor. No me hagan reír.
Cinco minutos de Alo Presidente, con Esteban cantando serenatas y diciendo groserías, son suficientes para desmontar el castillo de naipes de Oliver Stone. Una curiosa impostura falocéntrica, incrustada en interiores y exteriores de lujo, donde impera la sobreactuación y el culto a la personalidad.

2-Perseverancia de no lugares yermos, ostentosos y carentes de identidad.

En plena época de depresión, “Sex and The City 2” emprende vuelo en clase VIP, para refugiarse en una concha dorada de ostentación y boato afectado. El diseño del oasis jamás peca de tomarse demasiado en serio, y cumple con gastarle bromas a la estética pomposa y neobarroca, producto de la riqueza energética de los jeques árabes. El chiste es sucumbir al espejismo de los paraísos artificiales del tercer mundo.
En el apogeo de nuestra crisis endógena, “Al Sur de la Frontera” tampoco escapa del régimen de los oasis generados por la ilusión de la inmortalidad del crudo.
El Berlusconi de Venezuela viaja cómodamente, como un hermano mayor de Carrie o como un mecenas de Miranda, a bordo de su Camastrón Privado.
Cristina deambula por los prados relucientes y frondosos, de viñeta de calendario, de su isla presidencial empotrada en el limbo de una mansión de estancieros de la Pampa, en la tradición de las villas y castillos de los suburbios de Florida. Con su look, ella tiende a reencarnar la efigie vulnerable y agrietada de Gloria Swanson en “Sunset Boulevard”, mientras le pide a su director no olvidarse de su “close up”, cuando desciende por los peldaños de su palacio en franca decadencia.Para colmo,sostiene una copa de vino blanco con la mano alzada.
En un momento, el camarógrafo hace el trabajo del realizador, y la descompone con un zoom magistral directo a la cara, como un golpe fulminante del monstruonómico, Carlos Monzón.
Ahí, como diría Godard, el acercamiento del lente es una cuestión de principios. Sus mejillas transpiran el veneno del botox, y encajan a la perfección en el contexto de cirugías plásticas de “Sex and The City 2”.
Por último, en una confesión de partes para relevar las pruebas de la valija, Cristina afirma una pavada de boluda total:”por primera vez los gobernantes se parecen a sus gobernados”.
Antes y luego, a Evo lo entrevista en su humilde morada de jerarca y Big Brother de la Paz, en una capital mundial de la pobreza obscena, cundida de miseria y ranchos de hojalata. Después, Stone lo invita a jugar fútbol y mete la pata de calle, al carecer de las condiciones adecuadas para ello. Ya no es el Evo en forma de las caimaneras del Chapare. Por lo visto, las alturas terminaron por afectarle.
Para cerrar, al ex obispo paraguayo,Fernando Lugo, lo proceden a canonizar y a santificar en un emblemático confesionario, la antigua fortaleza del dictador y genocida Alfredo Stroessner. El pasado adquiere ecos de letanía en presente a través de la voz del polémico y promiscuo padrecito de al menos tres hijos. Al respecto, Oliver Stone muere callado, no resulta imprudente y funge de cómplice.
Atrás queda su recuerdo de periodista combativo y riguroso, capaz de sentar en el banquillo a los responsables del desastre del medio oriente, o al propio Fidel Castro, bombardeándolo de preguntas y de planos desquiciantes. Ahora filma de frente y con sólo dos cámaras, en una ecuación formal de reportaje televisivo de rutina.
Para rematar, culmina con los patéticos y aprendidos testimonios de Lula, Correa y Don Rául, en sendos no lugares, desconectados de su entorno.
Paradójicamente, más interacción con la desventura de los olvidados y desheredados de la tierra, se observa en “Sex and The City 2”.
Por su lado, los presidentes de “Al Sur de la Frontera” brindan la mala impresión de vivir aislados y desligados de su patria común.
En un intento por compensar, Oliver Stone acompaña al Teniente Coronel a su humilde vivienda de infancia y juventud.
El ensamble arbitrario de la toma y del instante, permiten agregarle un capítulo adicional a la memoria universal del lenguaje populista. No obstante, es un regalo maravilloso,inconsciente e inocente del productor de la farsa(¿Oliver, Chavez?), para quien sabe leer entre líneas.
Por encima, la lectura es diáfana y sirve de alegato de defensa de la víctima de la conspiración electrónica de Fox News: ¡véanlo con sus propios ojos, el hombre viene de abajo y nació en condiciones de adversidad, como su pueblo! Una viñeta típica del discurso de la publicidad proselitista.
Por debajo, alcanzamos a atisbar la brutal disociación del Chavez menesteroso de ayer con el Hugo Boss acaudalado de hoy en día, ataviado como un galán de “Sex and The City 2”. Nuestro Mister Big regresa entonces a su lecho materno, para ofrecer un espectáculo revelador(por omisión).
Su primera casa se nota abandonada y descuidada, como si la tuviese enterrada en el olvido. Así son la mayoría de las edificaciones y propiedades del estado Venezolano. Ruinas de la modernidad y barracas con techo de zinc.
Desiertos morales, metafísicos y concretos sistemáticamente ocultados por la alfombra mágica de la boliburguesía y el materialismo histérico de “Sex and The City 2” y “Al Sur de la Frontera”, un par de edificaciones de arena a ser disueltas por las tormentas en ciernes.

3-Parcialidad política y visión etnocentrista.

Por si fuera poco, en ambas cintas predomina una óptica maniquea de cara a sus respectivos objetos de estudio en el extranjero.
Para “Sex and The City 2”, existe un doble rasero en blanco y negro. Hay burkas malas y buenas. Las primeras cubren y tiranizan a la mujer en medio oriente. Las segundas son imperceptibles y estimulan la independencia del género femenino en Nueva York.
De cualquier modo, la película es incapaz de descubrir la conexión entre los velos del machismo internacional.En consecuencia, su percepción antropológica peca de superficial, frívola y ligera. Se conforma con tocar la punta del iceberg y ratificar la teoría binaria de la vieja escuela imperial.
Con “Al Sur de la Frontera” ocurre lo propio, desde su título de resonancias westerianas. Aquí el realizador vuelve a adoptar un formato de programa colonial y paternalista, para ir al mentado “descubrimiento” de la verdad en las antípodas. Sin embargo, el director fracasa en su empeño, al llover sobre mojado de docenas y cientos de reportajes y documentales de similar contenido.
Por ende, contemplamos el plagio descarado en un prólogo clonado de “La Revolución no será Transmitida”; un desarrollo calcado de “Memorias del Saqueo” de Pino Solanas, de “Cocalero” de Alejandro Landes, de “Historia del Fondo Internacional” de la cadena Infinito y de “Las Claves de Puente Llaguno” de Palacios; y para concluir, un burdo epílogo rayano en los cantos a la propaganda de Lenin y Hitler, manufacturados por Vertov y Leni.
Aparte, las voces refractarias de la oposición son salvajemente censuradas, y encima, una caterva de intelectuales foráneos nos pretenden representar con sus sesudas disgresiones, cargadas de falacias ad hominem, mentiras y errores. Uno asevera: “Chávez peleó la elección del 98 con Irene Saez”. Además de embustero, el tipo es misógino.
En suma, la filtración y la mordaza unidimensional incurren en los defectos informativos de la manipuladora “red de medios oficiales”, en cuanto silencian y ahogan a la disidencia y a la diversidad.
Si Oliver Stone es responsable y quiere dormir con la conciencia limpia, debería regresar, como en Cuba, para rodar la segunda parte de “Al Sur de la Frontera”, con quienes no figuran en la primera entrega. De lo contrario, la historia lo juzgará por arrastrado, oportunista y por contribuir a la innecesaria polarización no sólo del país sino del continente.

4-Estrategias de ironía y distanciamiento.

En descargo de ella, “Sex and The City 2” merece reivindicarse por su ingenio para la sátira y el sarcasmo disfrazado. Subrepticiamente, la pieza se burla de sus protagonistas y las descuartiza a placer. En el desenlace, por ejemplo, el encuadre hace un ligero movimiento ascendente, de un televisor donde pasan una película clásica a un edificio plagado de brillo, para sugerir y subrayar el tono fantasioso y onírico del relato. En definitiva, nos dice el realizador, es una película naiff,pero a todo color, como las de antes.

Análogamente, “Al Sur de la Frontera” clausura con una canción de Carmen Miranda, para remarcar la importancia de Brasil y para rememorar el período de la alianza para el progreso entre Suramérica y Norteamérica. En el fondo, Oliver Stone lo sabe. Chávez no es el líder de la comarca y vamos de retorno a la etapa de eclosión de “Banana Chiquita”.
Por eso, Stone incluye el plano donde Hugo se cae de la bicicleta, más allá de ser otra barajita para el álbum de cromos populistas.
En el mismo sentido, le pregunta a Cristina: “cuántos pares de zapatos tiene”, como si ella fuese la reencarnación de Imelda Marcos.
Lamentablemente,no puede contener el chorro de baba por sus ídolos de barro del movimiento zurdo, y el resultado es inferior al de “Sex and The City 2”, «Los Papeles de Mandiga» y «La Hojilla».

5-Cantos a la trivialidad del neoliberalismo del siglo XXI.

En síntesis, “Al Sur de la Frontera” y “Sex and The City 2” comparten las mismas contradicciones y pasiones por los emblemas y estandartes del poder, al concentrarse en celebrarlos y erigirlos como estatuas ecuestres, para desviar la atención, relegar al soberano a un papel de relleno y encubrir el triste legado de nuestro prontuario de sangre, sudor y lágrimas.
Alabados sean entonces los señores y las señores del capitalismo del siglo XXI.
Interesados en conocerlos con autenticidad, remitirse al documental argentino, “Yo Presidente”, una cachetada al modelo ceremonial, diplomático y protocolar encarnado por “Al Sur de la Frontera”.
Una apología de la resignación, de la derrota y de la claudicación ante la clase dirigente.
Por todo ello, es vital impugnarlo, refutarlo y rebatirlo.
Bienvenidos a su discusión.

25 Comentarios

  1. Relax man… Solamente es un documental realizado en primera persona, por lo que Oliver Stone se permite dar «su visión», partiendo de aclarar la imagen que los medios de comunicación de su país dan de los mandatarios latinoamericanos. Él mismo dijo en la rueda de prensa acá, que no pretendía hacer un análisis profundo de ningún país, sino una «fotografía general» de la izquierda de la región.
    Sobre la «omisión» de voceros de la oposición, también explicó que su objetivo era dar a conocer al público estadounidense, al cual está fundamentalmente dirigida la película, el otro lado de la historia, dado que allí sólo conocen «los cuentos» de la oposición a Chávez, «el dictador».
    En fin, es SU documental, y siendo un trabajo muy personal, una especie de road movie política, pues tiene derecho a mostrar lo que ÉL vió, percibió, sintió, etc. Así que, los que esperaban un reportaje de televisión, que presentara ambas caras de la moneda… nada, sean como el Camaleón: vean un rato a VTV y otro a Globovisión

  2. Helénica, como crítica de cine, eres muy publicista y propagandista de Oliver Stone. Le compraste cada mentira y le creíste cada sofisma. Toda tu respuesta es una vulgar justificación, cuyos argumentos de baja estofa no me encargaré de desmontar, porque se caen de maduros. Obviamente es en primera persona, obviamente es su visión, obviamente es para el público norteaméricano, pero ello no lo exculpa por sus omisiones, sus reduccionismos, sus defectos y sus anacronismos.

    «Una especie de road movie?». En primera clase y con la traducción simultánea de Andrés Izarra? No me hagas reír.

    Los documentales responsables e imparciales, sean de televisión o de cine, incluyen las dos caras de la moneda, como mínimo. De hecho, fue lo que hizo el mismo Stone en «Persona Non Grata», al retratar el fenómeno de la tensión entre palestinos y judíos. De igual modo, ¿por qué crees que Stone tuvo que regresar a Cuba para rodar una segunda parte de «Comandante»? Porque la primera estaba incompleta, ocultaba la realidad social de Cuba y no le daba espacio a la disidencia para defenderse.
    Por tanto, olvídate de mandarnos a callar y a dormir con tus cuentos chinos y con tus excusas de periodista tarifado.

  3. «Dar a conocer el otro lado de la historia» a los americanos? Repitiendo una y mil veces las tonterías del sistema hegemónico de Venezuela? Y por qué no se habló de la delincuencia?El señor acaso es perfecto?Por qué cambiar una distorsión por una igual o peor? Para que seguir con el esquema maniqueo en blanco y negro?No me lo calo y no lo acepto. Punto. Y voy a hacer todo lo posible por exigir una segunda parte de este bodrio, una corrección, una fe de errata . Así que pendiente.

  4. Claro, Sergio. Lo que pasa es que en el primer caso, no fue tanto una «toma de conciencia» del director. En esa rectificación, tuvo mucho que ver HBO, empresa que produjo el documental. ASdlF, en cambio surgió desde el principio como una propaganda.

  5. HBO quedó descontenta con el resultado final y le exigió a Stone una secuela donde se escucharán a los silenciados de la primera parte. Aquí, no pareciera ser factible que el gobierno (que financió la película) diga: «ay, que parcial. Stone, rectifica»

  6. Igual hay que hacer ruido, men,y no cruzarse de brazos!
    Saludos y abrazos!

  7. Aún no he jamás veré Sex & the City (carece de «Sex», francamente), pero leí una reseña que hablaba de lo increíblemente respingado de la película cuando, en una secuencia, una de las gringas le comenta a otra que noséquién tuvo un hijo y lo está criando.
    -¿Lo cría sola? No sé cómo se organiza -responde el personaje.
    Léase: «Lo cría sola» = *sin mujer de servicio*…
    Agárrame ese trompo en la uña. Igual que el Sargento García que nos gobierna, pidiendo austeridad «al pueblo» y aumentando 700% sus gastos en maquillaje y ropa…

  8. Sergio, no soy crítica de cine, ni escritora de artículos de opinión, sólo espectadora. Sí soy periodista, que cobra un sueldo por trabajar en un medio del Estado, lo que no significa que mi opinión no sea válida. Es como la de cualquier otro espectador: me gustó, no me gustó, más o menos, es un bodrio, etc.

    Me dices: «Por tanto, olvídate de mandarnos a callar y a dormir con tus cuentos chinos y con tus excusas de periodista tarifado.»
    En mi comentario, que por el tono de tus respuestas creo te enfureció de más, jamás mandé a callar a nadie.

    Y lo de justificar a Stone (vulgarmente) tampoco era mi intención. Lo dije porque obviamente Al sur de la frontera jamás iba a ser un documental imparcial. ¿Que eso está mal? Puede ser, pero al tipo, que le gusta la polémica, es obvio que le interesaba eso, hacer ruido. La segunda parte viene, según explicó en la rueda de prensa que dio acá en Caracas, pero no dijo qué meterá allí.

    Ah, se me olvidaba ¿y por qué piensas que una road movie no puede ser en primera clase?

    Saludos!

  9. A Sergio, aunque no siempre hilaste bien la comparación entre una película y la otra, la idea estuvo genial. De hecho leyendo el título me imaginé el poster de Sex & the City, pero en vez de las cuatro protagonistas, a Chávez, CK, Lula y Raúl Castro al frente.

    A Helénica, cuesta un poco relajarse cuando se sabe que la película la pagó el estado, es decir, la pagamos todos los que vamos al supermercado y nos cobran el IVA y que todos los años declaramos el ISRL. Creo que eso da un sentido de propiedad importante a la hora de opinar sobre si fueron bien o mal invertidos esos reales. La polémica por la polémica no puede ser el fin de una película, además para que pudiera generarla, a la gente tendría que provocar verla y estoy seguro que ni la mamá del presidente la vio.

  10. jejejejejej…gracias a los dos por comentar. Cero rollo, Helénica.Tampoco te lo tomes tan a pecho. Saludos!

  11. jejejejeje…
    de verdad no he visto ninguan de las dos, aunque a la del sur de la frontera le tengo puesto el ojo…
    hablando de algo relacionado, hay una parte de la historia que no salio nunca, que hace unos años dos periodistas italianos vinieron a hacer un reportaje o pelicula tipo Stone obvio con menos recursos, que luego de empezar con todas las comodidades, las cada ves mas incomodas preguntas y ganas de meterse pa donde no deben ir les fue jodiendo la paciencia, al final casi los dejan retenidos y tuvieron que sacar la pelicula con salvoconducto diplomatico…
    el documental se llama la minaccia (la amenaza) seria bueno echarle un ojo y comparar con este, se volveria un buen ejercicio…
    igual cuando vea al sur paso y te dejo la opinion correspondiente…
    ah y yo llamaria sex blinblineo and the city, porque la propaganda esta pasada de sifrina payasa…
    saludos sergio…

  12. jejejeje…gracias por refrescarnos la memoria con lo de la «Amenaza». Saludos y abrazos!

  13. O son vainas mías o los Chavistas si se han vuelto extremadamente displicentes con el uso de los recursos y los bienes de ‘todos los venezolanos’ (se me hace difícil no reír cada vez que escucho esas 3 palabras). Me pregunto si huvieran sido igual de ‘relajados’ si el documental hubiera sido filmado en tiempos de CAP.

  14. typo: huvieran > hubieran

    *parezco seguidor de @chavezcandanga, eso es lo que pasa cuando uno typea con una botella de vino en la cabeza

    esta página debería permitir la edición de los comentarios

  15. Wharolio, el documental no habría podido ser hecho en tiempos de CAP porque, sencillamente, CAP no da para documental, así como tampoco dan Lusinchi, Caldera, Betancourt ni ninguno de esos pillos que pusieron a gobernar a sus putas (salvo Caldera, que con todo era un pillo honorable) y luego se fueron al extranjero…

    Invito a los documentalistas del Opus Dei (ya saben a quién me refiero) a que hagan ese documental imposible del Pacto de Punto Fijo.

  16. Seguro Tirso. CAP no daba para un documental. Pero Chavez menos. Hoy corren otros tiempos, pero no precisamente para mejor. La quinta república es una consecuencia de la cuarta. Y entre ambas seguimos entrampados. Gracias por comentar.

  17. Eso Tirso, vete por la tangente y evita el hablar del uso de fondos públicos para financiar propaganda de un proyecto personalista. Al final ustedes son igual de hipócritas y ladrones que los adecos.

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