O más bien inercia. Sí mucha negación. Demasiada locura colectiva. Nada de estres! El estres es un heladito de fresa comparado con la insanía mental en la que estamos imbuidos. Nos engañamos todos, unos a otros y a nosotros mismos. Pero lo peor de todo es que «ellos» nos engañan. El pacto está hecho, estoy convencida. Y servimos excelentemente al pacto. Los cerdos pactaron con los hombres (cada quien que asuma su postura) y los animales de la granja estamos en guerra. El guión es perfecto y lo seguimos al pie de la letra. Cada uno tiene su rol establecido y hace su mejor esfuerzo en demostrar ser el propio. ¿Cómo llegamos a esto? Estaba escrito. Mucho antes de elecciones, referendos, golpes, paros, constituyentes, ya el libreto estaba firmado y sellado. ¿Y qué vas a hacer? Lo mismo de todos los días, meter la cabeza en un hueco, porque eso no es peo tuyo. Eso es con otra gente. Porque al fin y al cabo hay que ser felíz, no? Digo, el venezolano es tan «chévere», y «las penas cantando se arreglan». Y hay miles diciendo «es que hay que hacer algo ya!», y se dan la vuelta y se van para su casa a dormir temprano porque hay ir a trabajar al día siguiente. Bien, eres muy responsable y trabajador, ¿y eso de qué coño sirve? Continuamos cifrando nuestras esperanzas en aquellos que ya decidieron hace rato que no valemos nada. Somos esclavos y no lo sabemos. ¿Te vas rebelar? Dale pues! «Ah no puedo, el domingo es el cumpleaños de mi sobrino y le vamos a hacer una piñata». De pinga, la rebelión que espere, primero es la torta. Pero te lo vienen diciendo al oido y no escuchas. Repites como mantra frases vacías que no llevan a nada, pero eso es todo lo que puedes hacer, porque estás ahorrando para comprarte un Iphone. El peso de los acontecimientos es abrumador, esto se fue por una poceta, pero mentira! todavía nadie baja la palanca, así que seguimos flotando en la mierda. Y no hay salida. No creas que se te ocurrirá algo. Ya «ellos» lo pensaron todo, y lo que no han pensado lo resolverán pactando una vez más. No insistas pana! Te quivocaste tú y me equivoqué yo, pero ese es el único camino que queda, seguir equivocándonos. Sobrevive con tus mentiras que yo sobrevivo con las mías, la verdad es que son las mismas, sólo les cambian el color para cada caso. Vive tu mentira felíz, así somos los venezolanos. Móntate en tu carro, vete a tu casa, anda a trabajar, sal de rumba, lánzate un playazo, vete al concierto de la banda tal, cómprate un Blackberry. La vida sigue. A lo mejor el mundo se acaba mañana, pero seguro será en la hora de almuerzo para que nos agarre a todos desocupados. La muerte sería tan dulce como el heladito de fresa, pero nunca me gustó la fresa. Así que me voy a dormir. Mañana me espera otro día de maravillosas sorpresas. ¡El show debe continuar!
Triste y lamentable:
«Somos esclavos y no lo sabemos. ¿Te vas rebelar? Dale pues! “Ah no puedo, el domingo es el cumpleaños de mi sobrino y le vamos a hacer una piñata”. De pinga, la rebelión que espere,»
Típica esta vaina. Siempre ha sido así. Nos pasa igualíto que con los adecos. Éstos estuvieron, por lo menos, 30 años jodiendo el parque y haciendo lo que les dió la gana. Y todo el mundo se los calaba y los seguía votando. ¿Por qué? Porque no había más ná… igualíto es con Chávez y su gobierno. Habrá que aguantar los vejàmenes, abusos y corruptelas hasta que aparezca otro liderazgo, ni modo. Mientras tanto la gente se queja y se toma su whiskey.
como hacer para que el anarquismo no sea tan inviable?
anarquismo utopico aunque les duela