Mi hermana y el doble del ché

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Originalmente esto se iba a llamar mi hermana está empatada con un hijo de Hugo Chávez, sin embargo me di cuenta al verlo, que no era hijo de Hugo, que no tenía un reloj caro y jamás había pisado suelo francés, es un hombre que luce trabajador y que los fines de semanas a pesar de tener dos hijas se dedica a hacer labor social por su parroquia. Creo que por referencia me conoce y piensa mal de mí, cree al igual que otra parranda de amiguitos de la duda que soy una especie de sifrino reencauchado cuando en realidad estoy seguro que jamás ese tipo que quiere parecerse al Ché jamás ha caído ni una sola vez preso por leer poesía en la calle. Seguramente debe tener varios números asignados, el cooperador del batallón 600 orden 2, también debe ser coordinador del movimiento de tierra de la cooperativa 4 de la zona 8 de Caracas, y así estoy seguro que debe tener como mil quinientos números que aprenderse además de su cédula porque sino, qué otra explicación tiene que esté vestido de rojo desde la cabeza a los pies con chapas alusivas a toda la moda política que hoy vivimos, sin embargo el hombre luce buen tipo aunque no se haya despedido de mí, aunque mientras estaba yo allí al frente de la tienda de música con mi hermana y mi sobrino se volteara a mirar discos como si fuera un gran melómano sin serlo, porque estoy seguro que no tiene ni tiempo para escuchar música, de hecho tampoco debe tener tiempo para andar mucho con mi hermana, de hecho no debe distraerse mucho y jamás se permitirá tiempo para el ocio como yo, su cuñado que soy bastante ocioso , cosa que seguramente le debe parecer asquerosa; es difícil hacer entender a la gente en una ciudad como esta que el ocio es un derecho ciudadano, de hecho es difícil ser ciudadano acá, pero ese es otro tema. La cosa es que es buen tipo y tiene cara de buen tipo y mi hermana se veía feliz, no me importa si es chavista, revolucionario, guerrillero o cancerbero del nuevo sistema capitalista del estado, lo que si y que me tiene deprimido, es que mi sobrino me hablara mal sin ton ni son de Estados Unidos, diciéndome que es un país al que no le gustaría jamás irse porque es un país capitalista, y al preguntarle qué es el capitalismo, me dijera que es lo que la gente hace cuando la gente compra y quiere tener cosas nuevas, creo profundamente en que la gente no debería gastar en lo que no necesita y si hacia allá hubiera estado orientado su comentario en este momento no tendría indigestión, ni me hubiera caído tan mal el sushimaket temporizado, me asusté y me puse triste, sobre todo porque tiene 12 años y es un joven aún, que debería estar pendiente de mirar el sol, el viento y disfrutar el sonido de la gran sabana o bien el de regueton si así lo decidiera, y pensar en el amor como  gran eslabon de la civilización, me dolió que esté pendiente de pensar en la labor social por un asunto de adoctrinamiento y obligación que viene directo de la primera línea de su vida: de su madre e insisto, no por tema de interés  honesto, verdadero y real. sino por obligación Los quiero tanto a él –a mi sobrino- como a mi hermana y nunca dejaran de ser de mi corazón sin embargo no entiendo por qué si el socialismo es tan idóneo para todos en el mundo y piensa en el beneficio de las relaciones humanas tan intensamente ,a veces quizás en casos aislados y quizás populistas, atenta en contra de la misma familia, obligando a unos y a otros a tomar posturas, a invadir el espacio del otro, a la pugna, o al servicio social obligatorio, este termino me asusta y me conmueve, nada peor que quien ayuda al otro bajo la sombra de la obligación o la muletilla de expiar sus culpas. Lo cierto es que si, se parece mucho al Ché y me imagino sentado con él y una caja de cervezas y el amigo discutiendo sobre la plusvalía y yo bostezando porque me traslado a las canciones de Silvio que ya no toco desde que tenía quince años y que dejé de tocar cuando me enteré de lo bien que vivía Silvio en cuba y que hay ciudadanos de primera y de segunda, digamos, con mucho respeto pero con mucha distancia, hablo de mi hermana, acaso no puede preocuparme que ¿Ella prefiera –pareciera- irse con el Ché en vez de venir a buscar a su hijo? En todo caso mi tristeza no es por el parecido de su compañero con el Ché, es asombro de que a veces el poder se disfrace de maneras sutiles, que igual que el capital copie patrones y tenga explotados, que a veces la plusvalía sea la ideología, que la dialéctica esté alterada como una cervical doblada por mensajes políticos descorazonados, en esta nueva época parece que tendré que aprender a aceptar que mi hermana está con un doble del Ché, espero que ella también entienda que yo por mi lado hago lo propio y estoy con una mujer que quiere ser normal y se rie gigante y anda feliz diciéndole a todo el mundo que existo en su vida, ojala y lo mismo le pase a ella, ojala y no siga adoctrinando a mi sobrino, ojala el propio Chávez y el amor que le queda en el hígado detenga el proceso holocausto de enajenar almas, conciencias y futuros.A mi hermana le regalé una bolsa de bombones de la chocolateria exquisita que queda en Altamira, espero que se los dejen comer en paz, que se los coman juntos sin remordimientos, sin culpa, sin dolor y que no aparezca ningún termino sociopolitico en esa cama, en ese espacio, es ese huerto que es disfrutar y ya.

4 Comentarios

  1. Me identifico 100% con tu articulo, es una critica y real mirada de la
    situacion x la q atravesamos, en este cultivo de anarquias q llaman
    dizque socialismo.

  2. » hay que ver… los socialistas viven como capitalistas…» algun dia la pagaran muy caro…

  3. Es muy triste pero cierto. Vivo con eso y es desesperanzador. Cuando el amor no es suficiente ya no quedan argumentos…

  4. Aqui a la gente de la izquierda, le dicen la «Gauche caviar», la izquierda caviar. Porque estan bien lejos de los ideales de la izquierda y se concentran en grandes fiestas y manifestaciones con mucha champagne, etc, etc

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