Montejo Super Star

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En otras circunstancias, en otras épocas no hubiese dudado en sacarte los trapos

En putearte y maldecirte sin ton ni son

Capaz sin explicación

Pero hoy la cosa es distinta

Y no te pienso recordar por ese forzado poema leído por Sean Peen en 21 Gramos

Eso no se hace, chico

Eso no te hizo justicia para nada

Pero chévere porque te abrió cancha en el terreno de la frivolidad

Menos mal que nunca cediste al chantaje de la fotopose

Aunque los vampiros de Pen Club no te dejaron en paz hasta sacarte toda la sangre

Así son ellos

En otras circunstancias los hubiese culpado de tu muerte

Pero no voy pendiente

Nunca te conocí

Y debo reconocer que de lejos no me caíste nada bien

Quizás asumiste esa actitud porque al final eras el centro de la atención

Y la gente te fastidiaba

Y te pedían autógrafos

Y todo porque eras el hombre de 21 Gramos

Y lo veías a uno como gallina que mira sal

Pero ya te dije que no vengo con reconcomios

Hoy no estoy de vendettas, ni de ajuste de cuentas, ni de ley por mi propia mano

Pero tampoco voy a venir de oportunista, igualado y jala mecate a despedirte como amigo

Tu nunca fuiste mi amigo 

La fama, la distancia, el éxito, el prejuicio y la brecha generacional nunca nos permitió aproximarnos, entendernos y querernos

Por eso, te despido en frío con un simple hasta luego

Para mí fuiste como un fantasma cuya poesía adoraba

Un fantasma que después se convirtió en un simulacro de los media

Un zombie de la televisión y de la prensa al que nadie puede extrañar

Un muerto en vida

Por el contrario, tu poesía ya alcanzó la inmortalidad más allá del bien y del mal

El resto es pura mentira

Lo demás será caldo de cultivo para fondos editoriales

Ahora todos son tus dolientes y de eso sacarán mucho provecho

Te envolverán en papeles literarios y te homenajearán con pasapalos de salmón

Nelson no te va a pelar

Relectura ni hablar, después de criogenizar a Pancho

Es la ley de esta cultura lastimosa condenada a deglutir sus propios despojos

Holocausto Caníbal

Ya eres una fecha en el almanaque, una excusa para vender, una basura en proceso de reciclaje y depuración institucional

Montejo Super Star

La Pasión de Montejo

Memoria y cuenta

Próximamente en su cine de confianza

4 Comentarios

  1. No lo conocí, no lo leí. La gente se muere, punto. Ahora se harán homenajes, como bien dices, cuando en vida todo era sacarle punta y provecho al tipo. Una lucha eterna para no dejarse englutir por aquellos sin talento pero con infinitos contactos, que quieren administrar la cultura de la misma forma nociva que ellos denuncian en la gestión de Chávez. Siempre he dicho que ghettoizar el rancho, la parcelita, el conuquito que es la cultura venezolana, es ridículo.
    Saludo solidario, bro, buena reflexión…

  2. Montejo, uno de esos individuos famosos, yo diría más bien puestos de moda, no exactamente por sus renglones sino por el espaldarazo publicitario y la cómoda repetición de opiniones. ¡Tanto cuesta formarse una diferente de la más vendida!
    De él supe que inventó, aunque sin mayor lustre poético, un idioma consistente en reducir conjuntos de palabras a sonidos elementales. Las composiciones suyas así hechas parecen pirámides invertidas, como las de las cuentas sacadas con el libro de San Cono, destinadas a darnos el número de la lotería. La receta del finado, que apenas pudo reducir oraciones a dos o tres balbuceos bobos, pierde efecto en pocas páginas. ¿A qué entonces tanta condolencia fingida? ¿Se les murió el papá o una lumbrera? ¿O todo se debe a que metieron un poema suyo en un guión? Que lo lloren en Hollywood. Bueno está este asunto de estimar un poema porque lo pongan en el cine, ese lenguaje pobre y vil tan ajustado a las masas. También Neruda y Benedetti, dos poetas pésimos, han sido recitados en la infame pantalla, lo cual no es precisamente un punto a su favor.
    Este revuelo funerario es muy natural en personas ávidas de noticias. No es sino por medio de ellas como entienden la poesía.

  3. Por favor, Montejo no era sino el Benedetti venezolano, un poco más pangola. Es lo que lee la gente que no aguanta poesía de verdad.

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