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Más allá de la Cumbre:por fin algo decente!!

mas-alla-de-la-cumbre-1.jpg Vamos a decirlo rápido y sin anestesia, antes de que salga de la cartelera. “Más allá de la cumbre” es la mejor película venezolana de los últimos dos años, al menos.Y hay que apoyarla, hay que ver para creerla, porque su apuesta es sincera, es honesta. Además, está bien hecha.Por supuesto, si nos ponemos exquisitos y exigentes, le conseguiremos cantidad de defectos. Para empezar, la cuestionaríamos por sensiblera, por apelar a nuestras emociones por medio de una dramaturgia melodramática, ilustrada con animaciones de Power Point. Luego, la atacaríamos (fácilmente) por su acabado televisivo inspirado en “Bitácora” y la serie “Expedición”. ¿Les suena la comparación con “Momentos” de Valentina Quintero?Pero más allá de las “fallas” de la cumbre, la ópera prima de Juan Carlos López-Durán contiene algunas de las imágenes más crudas y conmovedoras de la estética criolla contemporánea. Aquí nos referimos a las tomas registradas en video por parte del estimado José Antonio Delgado, durante su fatídico ascenso por el desfiladero del Nanga Parbat en Pakistán.La montaña responsable de su lamentable caída definitiva.Una muerte con tintes de alegoría nacional.Una tragedia griega con visos de meditación universal, alrededor de temas como la soledad, la solidaridad, el compromiso, la fe y la necesidad de acariciar ideales de altura. Por desgracia y por fortuna, el documental acierta al exhibir tanto el lado idílico como el lado oscuro de perseguir quimeras románticas hasta el fin del mundo. En tal sentido, cabe definirlo como un “Réquiem por un Sueño” por todo el cañón. En dos platos, “El hundimiento” o los “Last Days” de un héroe quijotesco extraído de la realidad.    La Pasión de José Antonio En términos generales, el reportaje se cuenta como un relato bíblico de sacrificio, agonía y resurrección por una causa.En paralelo, el planteamiento “crístico” adquiere matices de fábula moral, por cortesía de una ficción infantil narrada en off al calor de la aventura.La pureza de la niñez determina el perfil psicológico del mártir, enaltecido por entrevistas confensionales en ángulo de contrapicado. Los testimonios de su esposa y de su amigo incondicional complementan el retrato del deportista extremo, junto con textos y palabras tomadas de sus “Postales de Leningrado”. En eso, “Más allá de la cumbre” recuerda no sólo a la semblanza divina de Mel Gibson, sino a “El Diario del Ché en Bolivia” de Jorge Lanata. Es el culto posmoderno a las figuras de éxito y derrota.José Antonio Delgado imprime su huella en el santoral vernáculo,promovido por su apostolado.Consecuentemente, la secuencia más demoledora del film es aquella cuando el gran amigo de la víctima, debe resignarse a abandonarlo en la cumbre,invadido por el complejo de culpa. Oportuna reinvindicación de la amistad en una era signada por el individualismo darwinista.Para cerrar el círculo del género, “Más allá de la Cumbre” evoca al increíble “Grizzly Men” del cineasta alemán Werner Herzog,también sobre un hombre cándido y especial devorado por sus utopías. Quizás a Juan Carlos López-Durán le faltó el rigor, la dureza y el grado de profundidad antropológica de su homólogo teutón. Aun así, le reconocemos el talento, le celebremos el esfuerzo, le agradecemos la capacidad de síntesis y le auguramos un dichoso porvenir. 

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