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Irvine Welsh, pero peor y con razón

 

La flaca esta tenía 14 años y el pelo churón, pintado de castaño rubio. Se creía gran conocedora de la vida. ¿Por qué serán así las peladitas, viejo? Te digo en serio, pensaba que ya había vivido todo. Y cuando la conocí me dio hasta un poco de pena y eso, pero después me dije, ¡que chucha!,  sino me la culeo yo, otro hijueputa vendrá a comérsele el virgo. Y no va a estar con pendejadas de contemplaciones ni cargos de conciencia ni mierda alguna.
Ok, ok, sé que estoy yéndome por otro lado. La cosa es que yo estaba ahí en la casa del man este, el que tiene el tatuaje con ese dibujo bacansísimo de un dragón en el hombro, echo en un tattoo de la USA. Sí, el man dio una fiesta rave de bienvenida a no sé que amiga que había llegado de la yoni también. La casa estaba ful, pero como tenía un patio inmenso con piscina iluminada y toda la cosa no había ningún problema, y la música era punchis punchis punchis punchis a todo volumen. En esas estoy tomándome un trago frente a la mesa donde estaban las botellas y unos cuantos baretos bien envueltos y taquedos, y pastillas de éxtasis con colores sicodélicos y logotipos de superhéroes. Pera ya sabes que yo no le hago a esas pepas, así que  estaba prendiendo un bareto cuando llega la Mafer con la niña esta. Y de plano se me iluminó la escena. Todas esas flacas desabridas en pantalones rayados y con linternitas de colores brincando cerca de la piscina, y ella aparecía en un vestidito rojo que se le escurría por el cuerpecito.  
Enseguida le puse el escáner de arriba abajo, el puntaje fue 8, 45. Un buen puntaje para una cría de esa edad. Las tetas que tenía, la hubieras visto y las piernas, le faltaba un poquito más de cadera, pero comprenderás que a esa edad… Ya, ya. Bueno me la presentó y se llamaba Fely o le decían Fely, no entendí bien el cuento. Loco, enseguida se me vino a la mente la palabra felación, ¿qué significa? pues es cuando te maman la verga bien sabroso. A demás es que tenía una boquita, con esos labios que enseguida relacionas con una chupada fenomenal. Le invité un trago y algo del porro que fumaba. Me habló de la música que le gustaba y resultó que la electrónica no estaba entre sus favoritas. Después me hablo de otras cosas que ya no recuerdo, algo de Galápagos o de una isla en el caribe no sé. Cuando hablaba lo hacía con mucha seguridad, ya te dije como si estuviera venida de todo. Me cansé de escucharla y la subí a la terraza haciéndole creer que era ella la que me subía. En mitad de las escaleras mismo le fui metiendo mano. Le di un beso con lengua, le mordí los labios despacio, la pendejita sabía besar, de verdad. En la terraza le quité la blusa y le chupé las tetas, se las mordisqueé y lamí sus pezones.

-estamos yendo muy rápido.
-no mi amor, la vida hay que correrla así de rápido sino se nos escapa.  
Le metí mano debajo de la falda y dentro de la tanguita de color naranja que llevaba. Vieras que tanga, por dios, sólo de acordarme como se le veía se me para la verga. Esa chucha olía riquísimo, bien aseada la niña, incluso me parecía oler cierto perfume a talco para bebés. Cómo no iba a bajar a esa cuevita peluda, era como si me estuvieran invitando al paraíso de los coños. Y me prendí como una ventosa de su rajilla goteante. Sus labios vaginales estaban cerraditos y entonces estuve seguro que era virgen. Trate de meterle la lengua entera por la entrada de la chucha, se retorcía y me agarraba del pelo. Estaba a punto de venirse, en ese ratito me detuve, desabroche mi pantalón y saqué mi animal rugiente que olfatea a cientos de millas un coño a punto. Me dificultaba metérselo porque no había donde acomodarme y la estrechez del hueco claro, porque de lubricado se pasaba. Hasta que encontré una silla de plástico, me senté y le abrí las piernas encima de mí. Despacio dijo en mi oído como si se estuviera desmayando. La plena socio, eso fue lo que prendió el swich de mi sadismo. Le restregué la verga en la entrada varias veces, ella se retorcía como si le estuvieran haciendo un exorcismo, pero no era para eso que lo estaba haciendo, yo quería que mi verga se engarrotara más, que se hinchara hasta el tope. Cundo me vi el monstruo lleno de venas a punto de reventar lo acomodé bonito en su rajilla y la bajé con fuerza de los hombros. Pegó un grito mi socio que tuvieron que escucharlo hasta en la china. Un aullido de loba alunada que me dejó sordo. Y eso que la música de abajo se escuchaba bastante. Le dije bájate, y suspiró: no no, me apretaba la espalda fuerte y se sacudía con potencia contra mi verga, pero a intervalos, quiero decir de a ratos para que me entiendas. Pero ahí fue la guevada, porque cuando yo estaba dispuesto a imprimirle un ritmo al asunto sale llegando la Mafer y me arma tremendo relajo, que si era menor de edad, que si era virgen. Que yo era un tipo de lo peor, que era una mierda, que debería irme preso por violación, por último dijo que iba a conseguir unos negros para que mi hicieran lo mismo. Yo me subí los pantalones, me acomodé la camiseta y antes de irme le dije a Mafer, no te pongas celosa para ti hay cualquier día y le agarré esa chuchota gorda que tiene como un sapo bocarriba. Tenía la verga hinchada todavía, porque ya sabes la manguera no había tenido tiempo de chisguetear. Pero ya había pensado pasar por donde Carolina para desquitarme.
Me largué de la fiesta en seguida después del asunto, no quería que Mafer empezara a regar el chisme y algún bondadoso quisiera hacer el favor de romperme las pelotas. Qué pasó con Fely, no sé, supongo que siguió en la fiesta. Cuando yo iba bajando las escaleras la vi que estaba como desmayada en la silla. Y después, ya te dije, me fui donde Carolina, hicimos caer la cama de tanto follar. Después me vine para el bar y ya…pide otra biela que tengo la garganta seca, una heladita.

 

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