reacción en cadena

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«Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos.
Quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quién deja escapar un posible amor, con tal de no hacer el esfuerzo de hacer que éste crezca.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en si mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandonando un proyecto antes de empezarlo, el que no pregunta acerca de un asunto que desconoce o no responde cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.»
*

*** silencio ***
***puntoseguido***
*** silencio ***

Hace mucho tiempo un profesor de literatura durante su cátedra nos leyó este texto, atribuyéndoselo al chileno Pablo Neruda, Yo, lo transcribí en mi cuaderno aceptando como un hecho su procedencia; luego de un tiempo al comentarlo con mi tío B. me hizo notar que ese estilo narrativo no coincidía con su obra, entonces sólo entonces con ese sarcasmo autoritario que lo distinguía afirmó: «si sabes que tu maestro es un burro (perdón con los burros hermanos de Platero) porque no confirmas sus fuentes»…

Busqué entre las antologías de su poesía sin suerte, luego acudí a San Google, quien sorprendentemente le daba la razón a mi profesor, considerando los múltiples enlaces como prueba a mis cándidos años me preparé para demostrarle que no siempre tendría la razón, pues algunas veces los burros rebuznaban con lógica… inocente Yo, acudí hasta su dormitorio llena de emoción lista para la batalla, él me permitió dibujar todos mis argumentos confiada de mi superficial investigación como contundente arma para rebatirlo. Luego de una bocanda de humo junto a su Lider favorito, sólo me dijo: «duda hija siempre duda»… se levantó de su cama para buscar entre sus papeles una hoja café y me la acercó hasta mis ojos, vamos lee dale… entre mis manos la constancia impresa de un email que decía: «Candela: Ese poema NO pertenece a Pablo Neruda. Gracias Fundación Pablo Neruda»

Moraleja, no investigué bien, no acudí a la fuente apropiada para el tema, leí por encima y concluí apresuradamente cuando encontré algo que me diera la razón, sin realmente confrontar la hipótesis que me habían formulado. Me dejé llevar por mi ego como un gallito de pelea demostré «cuan atrevida resulta la ignorancia», pero aprendí mi lección producto del arduo entrenamiento cerebral al que me sometió mi tío B. hasta el día en que se fue a parrandear con la Parca.

Lastimosamente, muchos jóvenes no tuvieron en sus vidas una mamá o unos tíos preocupados por su desarrollo intelectual, pero si muchos malos profesores que sin mayor tino contaminaron con su pereza mental sus absorventes cerebros, maestros que en su ejercicio profesional demostraron con su ejemplo lo fácil que resulta copiar un texto y repetirlo como Verdad Absoluta, pero jamás intentaron enseñarles a esos cerebros sentados sobre un pupitre que lo principal para educarse es leer comprendiendo el significado de las palabras siempre cuestionando la intención del autor al escribirlas, porque en sus vidas la investigación debe ser la estratégia para alimentar la masa gris, efectivamente somos una materia en constante transformación y el cerebro también se desarrolla como los huesos…

Los seres humanos, somos entes sociales producto de un desarrollo anterior a nosotros mismos, es decir, somos el resultado del proceso evolutivo de nuestros padres y la gente que nos rodea, recibimos un cúmulo de conceptos, prejuicios, vacíos, confusiones que a lo largo de nuestra vida debemos afirmar o negar, pero para ello primero debemos confrontarlos, utilizando el conocimiento como vehículo y sólo cuando las premisas son objetivas, concretas, basadas en la verdad irrefutable ante los hechos, podremos concluir para generar una definición u opinión.

Dirán que inteligente que estoy rebuznando ser en estos días, cuánto yakayaka intelectualoide últimamente expongo, mas señoritas y señores es tiempo que exigamos con la fuerza de nuestras ideas a las personas que nos rodean, quienes día a día nos confortan con sus verdades a medias, conceptos nebulosos, divagaciones pseudo intelectuales que con conocimientos a plazos no llegamos a ningún lugar!

Es tiempo de definiciones, llegó la cita con el compromiso, pues a la hora de defender nuestros ideales de nada nos sirve una gran masa humana sin dos gramos de criterio, pues cuando llegue el momento de resistir al discurso engañoso, a las palabras seductoras acompañadas de promesas que sólo nos alargan más esta agonía serán la carne de cañones, los sacos de arena que como grilletes nos hundirán en el fondo de este lago oscuro. Agregarlos a nuestro círculo resultaría una debilidad tan abrumadora, como mortal… es preferible desde ahora combatir su escaso bagaje conceptual ofreciéndoles un plumero para que sacudan esas enormes telarañas que poseen, aceptando como un hecho que su alelamiento producto de un sistema educativo deficiente no es un veneno que se esparce sin cura…

Tenemos la cura? Claro que tenemos el antídoto!

Compartámoslo entonces sin egoismo a todo aquel que necesite esclarecer una duda, no sólo al que tímidamente nos pregunta, sino incluso a aquellos que en sus ojos revelan un miedo enorme a preguntar, el conocimiento no es un bien exclusivo, es un patrimonio universal que debe propagarse como una reacción en cadena de ideas liberadoras, el tiempo demostrará que no estamos equivocados al fomentar esta iniciativa.

* Ese texto se llama » Muere lentamente «, es un mito urbano como tantos que circulan por el internet atribuido a la pluma de Pablo Neruda, así como «La Marioneta» fue endosado a Gabo, su verdadero autor es toda una incógnita, pero si dudan que ese poema de arriba no pertenece al poeta chileno y yo estoy en un error porque el Google lo afirma como uno de sus poemas, pues les dejo el email de la Fundación Neruda: [email protected] para que lo confirmen con sus propios ojos.

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