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Falso dilema

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Eterno ha sido el conflicto entre el comunismo y el capitalismo, al menos considerando que ya el tema era álgido cuando vinieron a este mundo todos los seres humanos que actualmente viven. Todos hemos estado bajo los rigores de este antagonismo en menor o mayor grado.

Siempre se nos han vendido estos términos como diametralmente opuestos, como si fueran antónimos. Y es aquí cuando uno podría empezar a creer que son ciertas las teorías de conspiración, la existencia de los reptilianos y demás especies. ¿Por qué? Porque es  un falso dilema, una verdadera trampa, querer establecer diferencias en términos de existencia o no de capital y capitalistas. En ambos casos hay capitales y capitalistas involucrados.

La verdadera diferencia está en la restricción o no de capitales y capitalistas. En el comunismo solo al Estado se le permite “lidiar” con el cochino capital, es decir se practica el Capitalismo de Estado. Los abnegados burócratas que forman parte de la Nomenklatura, a pesar de, supuestamente, estar convencidos de que el Capital es maléfico, aceptan el riesgo de mantenerse en contacto con él, en procura de la mayor felicidad de su pueblo. ¡Tamaño sacrificio! Habría que desarrollar unas cualidades morales excepcionales, que muchos políticos pregonan tener, pero que en realidad poquísimos (por no decir ninguno) practican.

El comunismo es en realidad un supremo acto de fe, en donde los gobernados confían en una suerte de arcángeles terrenales, que solo actuarán y pensarán en su felicidad. Bueno, en realidad no hay que criticar, las religiones existen. Sin embargo lo que demuestra la historia es que lo peor sucede cuando los líderes también se lo creen, porque siendo sinceros, si tu fueras capaz de hacer feliz a todo un pueblo, como creía Lenin, Stalin, Tito, Fidel, Chavez… ¿No mereces un trato “especial”? Por más que sea, habría que rendirte pleitecía y satisfacer tu más elevado nivel de vida. ¿O no? Sin mencionar que sería un verdadero sin sentido, pensar en alternabilidad en el poder o en limitar a ese ser supremo con una constitución.¡Por favor! ¡Ni que la felicidad se encontrara a la vuelta de la esquina!

En el caso del Capitalismo, al menos los capitales existen en dos modalidades: públicos y privados. Nadie va preso si logra amasar una fortuna legalmente, gracias a su ingenio y esfuerzo. Aquí los de izquierda dirán que es imposible tener en una misma frase las palabras “fortuna” y “legal”. Lo más seguro es que lo vean así producto de una proyección. Yo pienso, por ejemplo, en las fortunas hechas por gente como google, facebook, apple y otras empresas de tecnologías que sacan provecho de la globalización y no veo nada inmoral.

¿Que hay estafadores, especuladores, mafiosos, egoistas, etc? Por supuesto los hubo, los hay y los habrá, pero no son exclusividad del capitalismo. O si no pregunten que pasó con los $24.000.000.000,00 (léase 24 millardos de dólares) que se extraviaron en algo llamado Revolución Socialista Bolivariana del siglo XXI. Ojo, no lo digo yo… dicho por el mismo que los administraba.

No defiendo a ultranza ninguno de los dos sistemas, porque ninguno es perfecto. Los seres humanos no somos perfectos, mucho menos lo serán sistemas creados por nosotros. Pero si me apuran en elegir uno, como que prefiero manejar yo mismo mi poco o mucho capital. Al fin y al cabo creo que solo yo conozco qué cosas me pueden hacer feliz.

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