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CHAVISMO SIN CHÁVEZ A MENOS DE 2 AÑOS DE SU PARTIDA Por Alfonso Carril

melcocha2La democracia se origina según por allá por los años 500 y pico A.C. a manos de Clístenes de Atenas, y así la esencia de todas las democracias que una tras otra fueron  mutando,  adecuándose y evolucionando según los tiempos hasta llegar a nuestras democracias modernas, y lo interesante de la idea de la democracia, que vale recordar se originó en la mente de un ser humano como es obvio que sucediese, es que hoy en día y después de varios miles más cientos de años, tenemos que la democracia está más en boga que nunca, y esto creo que nos habla de su éxito como idea, más allá de quien fuera quien la ideó. Es quizá como hablar del éxito de la electricidad y el bombillo y sus aportes a la humanidad, vistos más allá que de quien la habría descubierto o de quien habría luego ideado el bombillo, el caso es que hoy consideramos como uno de los mayores aportes a la humanidad estás dos herramientas y todos podemos aprovecharlas.

Esto viene al caso cuando queremos hablar del chavismo sin Chávez y del Socialismo del Siglo XXI, del cual se dice que su ideólogo fue Heinz Dieterich Steffan, un sociólogo y analista político alemán nacido en 1.943 y quien fuera asesor gubernamental del gobierno de Chávez, y quien desarrollará el concepto del Socialismo del Siglo XXI en 1.996, luego en boca de Hugo Chávez, quien fuese presidente de la República de Venezuela entre 1.999 y 2.013, durante un discurso en enero del 2.005 es que viene a tomar fuerza y a hacerse viral en las bocas de sus seguidores, colaboradores y ciudadanos contrarios a su gobierno en Venezuela, aunque muchos creen hasta hoy en día que fue Chávez su ideólogo.

Este concepto del Socialismo del Siglo XXI, que podríamos decir que es un refrito de los muchos otros socialismos que hemos conocido a través de los años, y del cual se dice, del Socialismo inicial, que se originó en los tiempos de Jesucristo siendo el mismo Jesús quien acuñara la idea y la pusiera en práctica, es al igual que los otros socialismos que se han tratado de poner en práctica  a través del tiempo, una utopía, por lo tanto, un fracaso en la práctica en todas sus variantes, formas y modos de aplicación, a la vez que al Socialismo del Siglo XXI se le suma la desventaja de que no fue o no ha sido entendido ni aceptado del todo.

Ahora bien, tenemos o podríamos decir que a menos de dos años de la desaparición física de Chávez, se presenta una especie de fenómeno en proceso, el cual nadie ha reconocido como tal y menos podría tener algún nombre, pero es que sigue existiendo un chavismo sin Chávez que acepta a Maduro, un chavismo sin Chávez que no acepta a Maduro, otra masa que estaría en un tránsito del chavismo al madurismo, otra que ya no sería ni chavista ni madurista, otra que se habría convertido totalmente al madurismo, otra que será madurista sin haber sido chavista y así quizá otros sub grupos de masas que se reacomodan para poder identificarse con alguna u otra corriente de ideas que podríamos percibir como abstracta, confusa o semi definida, en las mismas cúpulas y dirigencias del gobierno existen ambigüedades y reacomodos, el mismo presidente actual Nicolás Maduro se presenta como un presidente chavista “el primer presidente chavista” según lo ha dicho en algunas ocasiones, pero también es un presidente obrero y está a su vez como en una especie de transición donde su corazón es profundamente chavista y fiel a Chávez pero al mismo tiempo busca una propia identidad para sus seguidores adoptados y propios, con el eslogan “desde mi corazón Maduro Presidente” en ocasión de su campaña electoral, donde no se hacía mención a Chávez pero donde se declaraba a viva voz como hijo de Chávez, y luego ya como presidente con su publicidad que trata de enviar un mensaje lacónico dirigido a una masa abstracta como lo es la de “Maduro es pueblo”.

Es decir, percibimos una especie de pasta chiclosa y abstracta que no termina de definirse ni de tomar forma como cuando se está preparando la Melcocha, eso es lo que ha dejado Chávez, un gobierno heredado por Nicolás Maduro, que pareciera haber tenido más desaciertos en el tiempo que ha estado instaurado de los que tuvo el gobierno de Chávez durante todos sus años de gobierno, y esto se debe a diversos factores, pero entre ellos unos puntuales a destacar, y es que el extinto presidente Chávez era más una deidad y un personaje para adorar y admirar que otra cosa, con ideas, proyectos y planes que no pudo terminar de ejecutar, no pudo terminar de desarrollar y no pudo terminar de definir para dejar un camino claro a sus seguidores y sus próximos ejecutores, o sea, ha dejado como una especie de limbo entre sus socios, su pueblo, sus colaboradores e incluso hasta entre su familia.

Chávez andaba en un plan de desarrollar, explicar y vender su idea de Socialismo del Siglo XXI, se supone que los ejes eran cuatro: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y protagónica y las organizaciones de base, en un intento de avanzar sobre su idea del Socialismo del Siglo XXI trato de hacer una reforma a la Constitución en diciembre del 2.007 mediante una consulta popular, la cual fue rechazada por el pueblo, lo cual en su momento significó el mayor revés político y personal del presidente Chávez, causándole una evidente y publica molestia que me atrevo a decir que nunca pudo superar, luego habría dicho que el pueblo chavista no habría entendido su propuesta, y a éstas alturas creo que de hecho muchos seguimos sin entender del todo su propuesta y su verdadera intención con lo del fracasado Socialismo del Siglo XXI y es además una de las razones por las que Chávez esté pasando tan pronto al olvido, sus ideas no quedaron claras, por lo que podríamos decir que incluso ni siquiera nacieron, menos aún podrían haberse quedado para crecer y ser cuidadas por quienes pudieron haber estado de acuerdo con ellas y pudieron haber seguido el trabajo para que tuviesen un desarrollo exitoso y palpable, sus adoradores se concentraron más en adorarlo que en entender su ideología y sus aduladores se concentraron más en adularlo y obedecerlo que en cualquier otra cosa.

Es esa la razón principal de que un chavismo sin Chávez se convierta pronto en una masa que tiende a desaparecer, pues Chávez decía que su ideología no era un hombre, no era él, era un legado que pretendía dejar, para que así el chavismo se convirtiese en una idea, un proyecto más allá del hombre, una idea que debía evolucionar, pero en realidad no sabemos si era su verdadera intención y deseo o quizá Chávez era una víctima del egocentrismo, pero digamos que fuera su verdadera intención, esto de dejar un legado a seguir más allá del hombre, entonces si fuese así no supo trasmitirla al alma de sus adoradores, por lo que éstos no la pudieron adoptar y por supuesto menos aún podrían haber logrado entender lo que en realidad iban a defender, se quedaron en el plano de la adoración, con lo que quizá a lo sumo podrían tomar una imagen de Chávez como una imagen santa y milagrosa de alguna manera a la cual se unen por lazos de afecto e idolatría para poder pedirle y orarle, aunque creo que eso estaba muy lejos del verdadero deseo y propósito de Hugo Chávez.

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