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El fenómeno Podemos desde una óptica venezolana

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«Democracia participativa» y «proceso constituyente» son expresiones que suenan familiares a cualquier venezolano, y ponen de moda tanto la sorpresa electoral de Podemos en el estado español como los procesos soberanistas. Las cercanías con Venezuela van más allá. Pablo Iglesias en una entrevista del año pasado en Venezolana de Televisión decía que «Venezuela es una de las democracias más consolidadas del mundo». El chavismo tiene nuevos amigos en el Parlamento Europeo.

¿Invadirá Latinoamérica a Europa, como dijo Pablo Iglesias? ¿Qué lecciones pueden aprenderse de la historia reciente de Venezuela? ¿Qué significa la irrupción de Podemos para los venezolanos?

En 1998 fue electo Hugo Chávez -con mi voto, por cierto. Hemos tenido casi una cita electoral anual desde entonces, es posible convocar referéndum para casi cualquier cosa, incluso para revocar a funcionarios electos, muchos pobres se sintieron incluidos en la vida pública, en comités de participación y participaron en las llamadas misiones sociales. Al mismo tiempo la pobreza bajó, aunque el pequeño secreto es que en Venezuela siempre que sube el precio del petróleo baja la pobreza, sea en el período chavista o con el bipartidismo anterior. En todo caso, con una lista así, los resultados para cualquiera que se diga de izquierda parecen indicar que nos hemos acercado a la democracia participativa, y que esta nos ha llevado a una mayor justicia social.

Al mismo tiempo, el gobierno chavista ha concentrado los poderes hasta convertirse en una especie de monarquía constituyente temporal en que ellos mismos dictan justicia, y aprueban sus leyes, todo de modo sutil. Como lo resume Margarita Lopez Maya, profesora de ciencias sociales, invitada en 2004 a dar el discurso de orden en la Asamblea Nacional con motivo de la ratificación del presidente Chávez, hemos pasado de la democracia participativa al autoritarismo.

 

El presidente Chávez no era precisamente fan de las autonomías de las instituciones ni de la descentralización del poder. Poco a poco las competencias fueron pasando a Caracas, especialmente, oh sorpresa, desde los estados o alcaldías en que ganaban candidatos opositores. Las estructuras de participación se convirtieron en apéndices del partido de gobierno, recibiendo dinero, siempre y cuando no se atrevieran a protestar, y mantuvieran aceitada la maquinaria electoral. Incluso los programas sociales, tan necesarios, se volvieron mecanismos ideológicos de chantaje permanente, donde una beca viene con uniforme rojo, con camisetas con el rostro de Chávez, y el compromiso de asistir a concentraciones, a riesgo de perder la ayuda. El gobierno que se hace llamar bolivariano, con la bandera de la participación, secuestró la causa de los pobres y la diversidad política, para si mismo, para sus colores y su causa. Los que por cualquier razón se oponen al gobierno son tratados de traidores y apátridas. Ese autoritarismo es el principal miedo de quienes ven a Podemos como un riesgo de que la antipolítica llegue a ser gobierno y mine la democracia.

Claro, estas acusaciones bien podrían responder a matrices de opinión impuestas por EEUU, la oligarquía económica venezolana, y otros villanos sospechosos habituales. No me chupo el dedo. Se de sus intereses e intervenciones. En todo caso corresponde a los venezolanos juzgar a su gobierno, y no solo cuando hay elecciones. No se pueden despachar a priori estas críticas. Debería ser posible decirlas y manifestarse en torno a ellas sin que uno termine en la cárcel.

Podemos y otros grupos de izquierda alternativa europea usan a Venezuela de ejemplo. Enfatizo la palabra «usan», porque como dice el extinto sub Comandante Marcos, a veces resulta más cómodo que los muertos los pongan los otros. Hay situaciones que serían inaceptables en España, como que más de la mitad del dinero que gasta el estado no pase por presupuesto y sea completamente opaco, o la tarifa estándar de corrupción sea de 30%, o que detenidos por razones políticas estén incomunicados por 48h, o que la policía entre en hogares sin orden judicial. Venezuela es importante, y con esa afirmación, con ese interés geopolítico volvemos a los fríos tiempos en que había gobiernos malos pero aliados, silencios convenientes e hipócritas.

Para ello conviene señalar algunos ejemplos recientes. En el mes de febrero comenzaron manifestaciones estudiantiles que han llevado un saldo de más de 3000 detenidos, en su mayoría jóvenes, muchos de ellos golpeados salvajemente, aislados sin saber de su familia, y todo ello de forma masiva y sistemática, con la participación de grupos violentos que apoyan al gobierno; 126 siguen detenidos y 1918 están libres con cargos. Todo ello en medio de una situación cuya radicalidad fue escalando. Han muerto policías y civiles en manifestaciones o barricadas opositoras. La situación es tan grave que el secretario general de Amnistía Internacional pidió en un video acciones concretas de parte del gobierno venezolano, y tuvo palabras muy duras para con el gobierno; la Unión de Países Suramericanos -UNASUR- hacía un llamado al dialogo. No estamos hablando del Departamento de Estado ni de la CIA. También se han sumado otras organizaciones de derechos humanos de larga trayectoria.

 

Seamos aun más específicos. Durante años el centro de estudiantes de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Central de Venezuela fue, es predecible, ganado sistemáticamente por el chavismo, hasta que se hartaron. Se hartaron de sujetos armados, de que lanzaran bombas lacrimógenas, de que los humillaran. Así Sairam Rivas, una estudiante de muy buen rendimiento académico, junto con otros compañeros, se lanzaron y ganaron las elecciones. Ese fue su primer error. El más reciente fue acampar en una plaza de Caracas en el contexto de las manifestaciones estudiantiles. La noche del 7 de Mayo la Guardia Nacional levantó los campamentos, y desde entonces está detenida por la policía política. ¿Los cargos? «Asociación para delinquir» entre otros. Sairam sigue resistiendo. Desde hace años las organizaciones de derechos humanos denuncian la criminalización de la protesta. Líderes sindicales eran detenidos, acusados de varios crímenes, mientras a sus sindicatos se les negaba la posibilidad de lidiar con el gobierno-patrón. El poder judicial, sin el defecto de la autonomía, sigue el juego: dictaminó hace poco que para hacer una manifestación hay que pedir permiso, necesariamente. Poco después removió de su cargo a alcaldes opositores electos por no impedir manifestaciones en sus municipios.

¿Qué dice la izquierda alternativa europea -que no forma parte de la Casta- frente a todas estas cosas? Silencio. ¿Sería comprensible que eso pasara de este lado del atlántico? ¿Cuál es la diferencia a cuando la policía levantaba los campamentos del 15M? El gobierno venezolano está logrando que muchos jóvenes, aunque no todos, se hagan llamar ‘de derechas’ a un ritmo sólo superado por la fractura del bloque soviético. Protestan por la misma razón por la que los jóvenes en el estado español están cansados del bipartidismo. Porque les parece que ya está, que ya basta. Un chico de 20 años venezolano tenía 5 años cuando Chávez llegó al poder. No conocen otro gobierno. No se puede reducir a los estudiantes a tontos útiles porque están defendiendo una posición que a mi me parece inaceptable o incómoda, y mucho menos se puede guardar silencio frente a detenciones de jóvenes manifestantes.

¿Significa eso que Podemos va a trabajar para convertir a España en un estado autocrático, donde se reprimen las manifestaciones y se persigue la diversidad de pensamiento? No, en mi opinión. Lo digo con total seriedad. Los experimentos se hacen en otro lugar. Es, digamos, un sutil imperialismo extractivo, esta vez ideológico.

La plaza del Sol se ha llenado de nuevo en Madrid. Piden que el cargo de Jefe sea electo; quieren república, no un rey. En cambio para la izquierda hipócrita no pasa nada que en Cuba Fidel le pase el poder a Raul, sin que pueda hacerse una manifestación, ni puedan inscribirse partidos opositores. Hace poco tuvimos el placer de entrevistar a Gorka Águila, vocalista de la banda-cubana-que-vive-en-Cuba «Porno para Ricardo». Gorka está siendo procesado por tener medicamentos antiepilépticos que trajo desde México, pero sin receta. Está libre con cargos.

Podemos no es un peligro para la política española, en sí misma. Al contrario, sus ideales recogen muchas de las sospechas y ansias de renovación del 15M, que es todo menos autoritaria o antipolítica. Si avanzan en su agenda se encontrarán que la democracia participativa es también complicada. Por cierto, respecto a los procesos constituyentes, especialmente los soberanistas: mucho cuidado con la conducción política de dichos procesos. Más que una puerta que se abre, es un camino en la selva. Después que se avanza no se puede simplemente cambiar de dirección: hay que concretar, y quien conduce tiene un gran peso en el resultado final.

La situación en España es diferente a la venezolana en los 90. Yo recuerdo mi sorpresa cuando en una asamblea del 15M, que me pilló en Cádiz, discutían sobre los pros y contras, legales y éticos, de hacer una manifestación el día de la jornada de reflexión. ¡Que diferencia! – me decía a mi mismo. Cuando llegó Chávez al poder, ya se nos había olvidado la poca democracia que teníamos. Cuando empezó a exigirnos peaje político para todo, no nos pareció tan raro. Cuando hackearon la constitución hasta hacer inaudito que un partido pequeño se presente sólo, nos pareció normal. Es diferente Europa en varios sentidos. Los venezolanos no tenemos talento para la guerra sangrienta; sino la polarización nos habría llevado a una guerra civil. La última fue a finales del sigo XIX, y nuestra ultima guerra con otro país fue la de independencia. En cambio en Europa, con sus instituciones y su democracia, crece el Frente Nacional francés y los neonazis griegos, sin hablar de Austria o de Bélgica.

Con su complicidad, líderes de Podemos como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero, hunde más a los que viven en lugares donde los experimentos son tolerados, porque quedan lejos, o porque son «complicados», como Siria. Pablo Iglesias defiende la pluralidad de La Tuerka, pero el canal del estado venezolano en que fue entrevistado es un arma ideológica al servicio del chavismo. ¿Y los medios privados venezolanos? Han sido sistemáticamente neutralizados. El caso más patente fue cuando un grupo de pro gubernamental atacó y desnudó a dos estudiantes frente a la misma Escuela de Trabajo Social. Las cadenas de televisión en señal abierta no dijeron nada, mientras los opositores que se iban enterando por las redes sociales lloraban de la indignación, de la degradación a la que hemos llegado; muchos chavistas guardaban silencio o tímidamente justificaban con alguna confrontación anterior. Los que lo vieron por televisión, fue a través de la señal por cable de CNN. Medios como Público, ElDiario.es, Diagonal, Le Monde Diplomatic se presentan como una alternativa frente a la lectura interesada de los periódicos tradicionales, pero tampoco están libres de intereses. Todos cuidan su cuota de poder, no sólo económico.

Felicito a los votantes de Podemos, y me alegro de que la izquierda encuentre nuevos espacios. Confío en la vocación y formación democrática de los ciudadanos, y saludo que el monolítico bipartidismo se rompa. Pero ay de la izquierda que vuelve la cara frente a algunas víctimas. Tanto silencio se me atraganta en el corazón. Me siento traicionado y abandonado por quienes deberían ser mis compañeros de lucha. Conmigo no cuenten. Lo siento.


 

8/Julio/2014.

En las últimas semanas se ha desarrollado un ataque sistemático a Pablo Iglesias y con ello a Podemos. Es triste cuando dichos ataques son contra su persona, no solo porque son ataques débiles, sino porque distraen la conversación. Mi intención con el texto de arriba es señalar la necesidad de que los líderes visibles de las izquierdas europeas, por ejemplo Pablo Iglesias, den la cara frente a situaciones en las que deberían pronunciarse, o al menos aclarar. Primero porque la política cada vez menos se trata de lo que sucede en mi parcela. Segundo porque justamente necesitamos pasar de la politiquería y la conveniencia, a un modo de proceder profundamente más honesto y claro. Pablo ha negado la financiación de Podemos por parte de Venezuela, y de resto básicamente ha guardado silencio, diciendo que está siendo atacado. Sigue en pie la pregunta sobre como ve la propuesta de Podemos frente a otros intentos de acercarse a una democracia participativa, como es el caso de Venezuela. Esto no es un localismo. Es un punto importante. Pero eso no pasa por atacar a Pablo, sino en preguntarle y exigirle que se posicione, así como al PP se le puede preguntar que piensa sobre las políticas de la derecha en Alemania, o de las estrategias que siguen gobiernos de la misma órbita ideológica en otros países. Sobre todo porque Podemos es más que Pablos y Monedero, y los votantes de Podemos son más que los círculos de Podemos. Entiendo la esperanza que tienen, y de hecho la comparto. Hay en todo esto un interés clarificador. Es por ello que me cansa, por ejemplo, el mostrar la asesoría a la Fundación CESP, como financiamiento del gobierno venezolano, cuando muchas fundaciones en muchos países contratan fundaciones locales y extranjeras.


 

 

3/noviembre/2014.

El texto de arriba no es muy potable para lectores españoles por dos razones. Una es que está lleno de localismos venezolanos. La segunda razón es que no empatiza con lo que pasa a quienes en España votan a Podemos. Así, el 25/octubre publiqué un texto trata esos votantes, y menos para Pablo Iglesias y Monedero. Se titula: Querido votante de Podemos.

 

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Foto inicial recopilada por Noé Pernía.

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